Una invitada no deseada en la fiesta

Rosa Martinez

Preparando las viandas.

HAVANA TIMES, 1 oct.— Hace dos días se celebró en toda Cuba el 28 de Septiembre y me gustaría compartir con los amigos lectores de Havana Times lo que ocurrió en mi cuadra.

El 28 de septiembre es un día de fiesta nacional. En todas las provincias y municipios se celebra con júbilo cada aniversario de la organización de masas más grande del país, los Comités de Defensa de la Revolución.

Este año la ocasión fue doblemente especial, pues la organización cumplió medio siglo y el fiestón prometía ser por todo lo alto.

En mi CDR, al igual que en todo el país, las actividades comenzaron durante el fin de semana con productivas jornadas de trabajos voluntarios y de limpieza y organización  en la cuadra.

Vivo en un barrio periférico en la parte Este de la ciudad, donde la falta de asfalto, los múltiples baches y zanjas hacen de la limpieza una tarea difícil, pero muy necesaria.

Recogimos escombros, limpiamos áreas verdes,  jardines y pequeños canteros que mantenemos cuidadosamente en nuestro territorio. Soy muy activa en las labores de limpieza, no solo porque soy defensora apasionada del medio ambiente, sino porque un peligroso enemigo para la salud, el mosquito Aedes aegypti ha querido mudarse definitivamente para acá y solo una buena higiene puede sacarlo del hogar y fuera de nuestra zona.

En la tarde del domingo 26 los organizadores del Comité se reunieron en la vivienda del presidente para preparar los adornos, planificar las compras de insumos y distribuir otras tareas. Allí  se habló de  la posible visita de una vecina que otras veces ha sido bienvenida, pero esta vez no parecía tener buenas intenciones.

El  27, por la mañana, las amas de casa fueron las encargadas de los últimos detalles. La indeseada llegó de forma impertinente. Dijo vehementemente que echaría a  perder la fiesta y desde temprano estuvo dando vueltas de un lugar a otro. Pero todo el vecindario estaba alerta y guerra avisada…

Durante la tarde se pusieron los carteles que anunciaban los 50 años de la organización. Se colocaron banderas de diferentes colores en frente a las viviendas. Apenas acabaron  de poner unas coloridas cadenetas, la susodicha pasó desapercibida y destruyó indolentemente algunos de los adornos. Ni hablar de lo que  hizo con el cartel  que con tanto esmero preparó Luis Carlos, el artista del barrio, las letras parecían borrotones, no se entendía ni la mitad del mensaje.

Cuando comenzamos a pelar las viandas recogidas entre los vecinos para la popular caldosa, regresó el personaje, pero unas viejitas del barrio dijeron unas oraciones, que dieron resultado, pues se alejó, creímos que  definitivamente.

Soy muy crítica en el barrio y no hay reunión donde no meta la cuchareta, como se dice en buen cubano, pero para las fiestas del barrio no soy muy entusiasta que digamos, así que, como siempre, solo estuve un rato  y me fui a dormir, al día siguiente tenía clases a primera hora y debía levantarme bien temprano.

Según me  contaron algunos vecinos, la  indeseada reapareció en el mismo momento que bajaron el ajiaco del improvisado fogón de leña. La muy atrevida fue la primera en probar, así que los fiesteros no tuvieron más remedio que esperar el 50 aniversario de los CDR  junto a ella, pues no cesó de llover en toda la noche.

One thought on “Una invitada no deseada en la fiesta

  • Hola Rosa!! me gusta leerte..La “indeseada”?..ella solo busco!!yhace!!

Comentarios cerrados.