Trump, Cuba y la presión de Marco Rubio

¿Hasta dónde irá el cambio?

Por Sara Barderas (dpa)

Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES – Cuando en septiembre de 2015 preguntaron a Donald Trump por el acercamiento estadounidense a Cuba, el entonces aspirante a la nominación del Partido Republicano se mostró de acuerdo: “50 años son suficientes”, dijo.

Menos de año y medio después Trump es presidente y en Washington se da por sentado que este viernes, durante una visita a Miami, capital del anticastrismo exiliado, anunciará cambios.

No se espera una ruptura de las relaciones diplomáticas que Obama y Raúl Castro retomaron en 2015, sino que se especula con la posible limitación de los viajes de los estadounidenses a la isla y con la prohibición a las empresas estadounidenses de hacer negocios con sectores ligados a las fuerzas armadas cubanas.

Pero realmente se desconoce hasta dónde llegarán los cambios. El secretario de Estado, Rex Tillerson, aseguró el martes en el Senado que aún se seguía trabajando en la revisión de una política a la que reprochan no haber logrado avances en derechos humanos y que temen que pueda estar sirviendo, a través del turismo y las inversiones, para financiar al Gobierno de Castro.

En Miami fue donde planteó Trump por primera vez la posibilidad de dar marcha atrás en el tema de Cuba. Lo hizo en la recta final de la campaña para las elecciones de noviembre, cuando parecía que las urnas del sureño estado de Florida iban a volver a ser determinantes en el camino a la Casa Blanca.

“Todas las concesiones que Barack Obama ha otorgado al régimen de Castro se hicieron a través de órdenes ejecutivas, lo que significa que el próximo presidente puede revertirlas, y eso haré si el régimen de Castro no responde a nuestras demandas”, dijo.

Turista.  Foto: Juan Suárez

Era un intento de asegurarse el apoyo de los antiscastristas de origen cubano, que tradicionalmente han votado republicano por la posición de ese país hacia Cuba.

Aunque el alcance del contenido del anuncio puede ser limitado, la escenificación del anuncio del viernes en Miami irá destinada a pagar la deuda a ese exilio cubano anticastrista que, por la avanzada edad de muchos de sus integrantes, va menguando.

“Probablemente habrá un gran teatro y una retórica dura en el anuncio de Trump, pero los cambios a la política actual serán relativamente modestos”, apuntó a dpa Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, un think tank de Washington.

“Las empresas estadounidenses ven en Cuba una oportunidad atractiva y Trump y sus asesores serán comprensivos con sus intereses y no irán muy lejos”, indicó.

EngageCuba, un grupo de empresas y organizaciones estadounidenses que trabaja por poner fin a al embargo y las restricciones de viajes hacia Cuba, cifró recientemente el coste de revertir la política de Obama en más de 6.000 millones de dólares y 12.000 puestos de trabajo perdidos solo en este mandato de Trump.

Las encuestas muestran que una mayoría de los estadounidenses está a favor del acercamiento a Cuba. Una publicada por el Pew Research en diciembre cifraba el apoyo en un 75 por ciento.

Un torrente de voces ha aconsejando a Trump en los últimos días no dar marcha atrás: entre otros, analistas políticos y económicos, senadores demócratas y republicanos, productores agrícolas y organizaciones de defensa de los derechos humanos que consideran que esa vía no servirá para avanzar en ellos en Cuba.

Marco Rubio y Donald Trump

Frente a esa presión sobre Trump aparece la del senador por Florida Marco Rubio, anticastrista de origen cubano, que lleva meses intentando influir al mandatario para que dé un giro de timón, una tarea en la que lo ha acompañado el congresista Mario Díaz-Balart, también de Florida y de origen cubano.

“Estoy seguro de que el presidente Trump va a tratar a Cuba como la dictadura que es y que nuestra política a futuro reflejará el hecho de que no es interés nacional de Estados Unidos hacer negocios con los militares cubanos”, señaló Rubio en abril en una entrevista con “El Nuevo Herald”. “Para Rubio no hay nada más importante que echar atrás la política de Obama para Cuba”, dice a dpa Michael Shifter.

Rival de Trump en las primarias republicanas, es uno de los senadores más destacados y poderosos de Washington por su pertenencia al Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Además preside del Subcomité para el Hemisferio Occidental y está en la Comisión de Inteligencia que investiga la interferencia rusa en las elecciones y si existen lazos con la campaña de Trump.

La semana pasada fue muy criticado por ayudar a Trump en la comparecencia del ex jefe del FBI James Comey. Dos noches antes, Rubio había cenado con el presidente en la Casa Blanca.

Con su anuncio el viernes, Trump “podrá contar con un apoyo que necesita por parte del senador Marco Rubio en temas como la investigación sobre Rusia, que claramente preocupa a la Casa Blanca”, apunta Shifter. Ese, sostienen diversos analistas, puede ser el quid de la cuestión en lo que Trump anuncie el viernes sobre Cuba.

2 thoughts on “Trump, Cuba y la presión de Marco Rubio

  • Estoy esperando el análisis parecido sobre lo que aporta la Conceptualización y los Lineamientos, así como el Plan de desarrollo al 2030, al desarrollo económico y social de Cuba. Después del deshielo se ha fortalecido el carácter plattista del gobierno cubano y sigue inundando la prensa oficialista y la no oficialista. Todo el mundo muy preocupado por el gobierno extranjero y ausencia total del análisis de la realidad cubana.
    No creo que el destino de Cuba dependa de los EEUU, pero el gobierno cubano y la prensa en general atan los destinos de Cuba a lograr insertarse en su mercado más próximo y natural, aunque el gobierno tenga relación con más de 175 países al margen de los EEUU.
    No sé adónde está la soberanía nacional del gobierno cubano.

  • El reciente cambio en el enfoque de la Casa Blanca hacia Cuba es mera respuesta al caballito de batalla personal que hace rato viene montando Marco Rubio, que acabó olvidando el revolcón que poco tiempo atrás le propinó el actual mandatario, con tal de llevarlo a la actual posición beligerante…

    Pero como todo lo que responde a claques enquistadas, impuesto a contra natura, habrá que ver cuánto le dura …

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