Retiran fotos de Fidel, Raúl y el Che de bodegas en Cuba
Las tiendas y carnicerías descuelgan a Fidel Castro y al ‘Che’ de sus paredes, por ‘orientación’ de Comercio Interior
By Natalia López Moya (14ymedio)
HAVANA TIMES -«Nos mandaron a quitar las fotos», advierte el empleado de una bodega en Nuevo Vedado, La Habana, antes la pregunta de un cliente sorprendido por la desaparición de las imágenes de Fidel Castro, su hermano Raúl y Ernesto Guevara que, hasta hace poco, alternaban en la pared con la pizarra que anuncia los menguados productos del racionamiento. «Llamaron del Ministerio de Comercio Interior y nos orientaron que no podíamos tener nada de mártires ni líderes», resume.
La práctica de colocar cuadros con el rostro de dirigentes del Partido Comunista (PCC), guerrilleros o personas caídas en combate durante las contiendas revolucionarias era muy común en los locales del mercado racionado. «Uno iba con la libreta a comprar algo y en lugar de frijoles te encontrabas un cartel con Camilo Cienfuegos sonriendo o una propaganda de un Congreso del PCC», cuenta Liuber, vecino de la calle San Lázaro en Centro Habana que se sorprendió hace una semana cuando llegó a su bodega y «nada, ya no estaban aquellas caras en los anaqueles».
Uno iba con la libreta a comprar algo y en lugar de frijoles te encontrabas un cartel con Camilo Cienfuegos sonriendo
Este diario pudo confirmar en un periplo que las imágenes ya no estaban en al menos una decena de locales donde antes se exhibían ante los ojos de los recién llegados. Una carnicería, en la calle Basarrate, en El Vedado, que hasta hace poco mostraba un retrato de Ernesto Guevara, con boina y barba rala, ya no tenía la fotografía, antes ubicada sobre la mesa tras el mostrador.
«Parece que no quieren que la gente siga haciendo y publicando en las redes sociales las fotos de las bodegas y las carnicerías sin comida pero llenas de propaganda», considera otra trabajadora de una bodega de La Habana Vieja que recibió también la «orientación desde arriba» de retirar las imágenes «que llevaban más años puestas ahí que lo que hace que no viene puré de tomate por la libreta», ironiza.
No obstante, la empleada aclara que la nueva normativa no les ha llegado por escrito. «Nos lo dijeron en una reunión, que la contrarrevolución estaba usando las fotos que tiraban del interior de las bodegas para crear malestar popular y asociar a los líderes del proceso con el desabastecimiento». La mujer lamenta la decisión porque «esas imágenes atraían a los turistas, que entraban, se ponían a conversar con nosotras y algunos hasta nos dejaban un regalito».
Ahora, el poco arroz que llega cada mes por la cuota normada no posa para las cámaras junto al rostro de un dirigente enfundado en su uniforme verde olivo ni el azúcar que se retrasa en el suministro comparte ya espacio con un cartel de un guerrillero con fusil al hombro. Los altares políticos no pueden estar ya junto a la exigua ración de comida que se vende en las bodegas y carnicerías cubanas.