Preparando para Irma en La Habana

Lo que se siente en las calles

Por Vicente Morín Aguado

El meteorólogo Jose Rubiera salió de su retiro para contradecir a los manipuladores políticos. Foto: granma.cu

HAVANA TIMES – Las autoridades prohibieron la venta de bebidas alcohólicas en Ciudad de la Habana, los administradores locales, estatales y privados responden: “se trata de alerta ciclónica.” En la capital apenas llueve ni hay vientos huracanados, no obstante, la gente compra velas y, en lo posible, alimentos de larga conservación.

Irma ataca. Desde su retiro, reapareció el viernes el decano de los meteorólogos cubanos, Dr. Jose Rubiera. Hasta ahora querían minimizar el temor al gigante huracán hablando de un posible desvío hacia el norte, pero nada está claro. Rubiera, conciso y didáctico, esfumó las esperanzas de los manipuladores políticos.

Hasta la intervención de Rubiera a las ocho de la noche del viernes en el noticiero estelar de la televisión,  la situación se reducía a “lluvias y vientos de categoría tormenta tropical”—menos  de 100 kilómetros por hora—, ahora la cosa se pone gris con pespuntes negros. De la reiterada “recurva hacia el norte” queda claro según el prestigioso meteorólogo que no hay pronóstico seguro, más bien anhelos—no lo dijo él—de quiénes temen un desastre natural en Cuba.

Primeras incursiones del mar en el litoral habanero. Foto: Sergio Alejandro Gómez

La llamada a evacuar o permanencia en casa de los habaneros vale toda una información oficial del Instituto encargado de predecir el tiempo en Cuba. Hay un claro temor ante la posibilidad de que Irma alcance con sus vientos actuales—230 km por hora— o bandas menos fuertes pero aún huracanadas, la capital cubana, extremadamente vulnerable ante el abandono de los últimos 50 años.

Nadie desearía el desastre, somos humanos, de ocurrir, únicamente estarían a salvo hoteles, casas reconstruidas por personas con dinero, en su mayoría convertidas en negocios vinculados a los visitantes foráneos y, bueno, los dirigentes burócratas que bien ocuparon su tiempo en crear auténticos bunkers.

Desde Guantánamo nos dicen: “Otra vez quitar tejas de fibrocemento y volver a poner tejas nuevas, nada va a cambiar. Esto es llover sobre lo mojado.”

Irma amenaza de verdad según se aprecia en la temperatura callejera de La Habana.

Vicente Morín Aguado: [email protected]