Paralímpicos: La campeona de Cuba

Fernando Ravsberg*

HAVANA TIMES — Yuniry Castillo es una joven cubana que, en los juegos paralímpicos de Pekín, venció en los 100 y en los 200 m, estableciendo además un nuevo récord en las dos modalidades.

Su actuación no fue casual, en el mundial se llevó las medallas de oro en los 100, 200 y 400 m planos y fue campeona panamericana.

“Yo siempre he practicado deporte, cuando tuve el accidente me sentía mal porque mi cuerpo necesitaba hacer algo, sentirme útil”, nos cuenta.

Agrega que en 2000 el comisionado de judo –deporte que practicaba antes de perder el brazo- le presentó a los entrenadores dedicados a atender atletas con discapacidad y comenzó a correr.

“Para mí el atletismo ha significado todo, decirle que antes no me gustaba, pero es el que me ha enseñado a ver la vida desde otro punto de vista, me ha hecho sentir útil.

Es el deporte con el que he logrado representar a mi país, poner el nombre de él bien alto y para mí esto es muy importante”, nos cuenta.

La entrevistamos en La Habana, durante los últimos entrenamientos antes de salir para Londres a representar a sus compatriotas en los Paralímpicos (29 agosto – 9 septiembre), las competencias deportivas en las que participan personas discapacitadas de todo el mundo y en las que Cuba tiene un lugar muy destacado.

De discapacitado a atleta de alto rendimiento

Los resultados paralímpicos se deben a que los cubanos minusválidos son atendidos desde niños en escuelas especiales, cuya matrícula es superior a los 50 mil alumnos. Allí se les educa, se les atiende física y mentalmente, se les enseña a vivir con sus limitantes y se les impulsa a la práctica deportiva.

Cuando el deportista alcanza cierto nivel o se le detectan potencialidades los ponen bajo la tutela de personal especializado para convertirlos en atletas de alto rendimiento. Es común ver en centros como la Ciudad Deportiva de La Habana a ciegos corriendo en las pistas bajo la guía de su entrenador.

Las victorias deportivas de estas personas tienen una connotación mayor que la de los demás atletas porque les permite sentirse iguales al resto de los seres humanos. “Yo no pienso nunca que hago menos que los demás, para mí no hay barreras, yo lo que me propongo lo hago”, nos dice muy orgullosa Yuniry.

En reconocimiento a su carrera deportiva “el país me regaló un carro”, uno de los mayores premios que se conceden en Cuba. Inmediatamente nos aclara que “es un automóvil automático, igual que todos los demás que pueden haber, solo que no es mecánico”.

De Pekín a Londres

La joven deportista aún mantiene vivo el recuerdo de Pekín, “fue algo maravilloso, muy especial que logré con la ayuda de mi entrenadora, Mirian Ferrer, quien siempre me ha estado apoyando. Para mí fue lo más grande porque todo atleta se prepara para ser campeón olímpico y yo cumplí esa meta”.

A Pekín “de atletismo fuimos 9 (personas) solamente y alcanzamos un buen resultado, 3 medallas de Oro, además de las medallas de plata y bronce. A pesar de que fue una delegación pequeña nos supimos crecer en el terreno y representar a Cuba como es debido. Este año estoy entrenando para volver a tener un buen resultado en las paralimpíadas de Londres”.

Sus entrenadores ya han hecho un estudio sobre sus oponentes en las pistas y ella ya sabe que entre las adversarias más peligrosos está en primer lugar las de Rusia. Nos dice que también tiene que estar muy atenta a las atletas de Brasil y China pero se niega a hablar de estrategias cuando se lo preguntamos.

A pesar de su juventud quisimos saber cómo ve su vida tras el final de su carrera y nos explica que durante estos años se preparó para ese momento “soy Licenciada en Cultura Física, quizás me ponga a ejercer este trabajo, no lo sé aún. Me gustan los idiomas y quiero psicología también”.
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(*) Leer el blog de Fernando Ravsberg.

 

 

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