El agua desde una perspectiva comunitaria

Redacción IPS Cuba

HAVANA TIMES, 9 junio — Especialistas en ciencias sociales forman parte del equipo técnico que soluciona el escaso acceso al agua en dos comunidades de la provincia cubana de Holguín, ubicada a unos 740 kilómetros al este de la capital, trascendió durante una jornada científica auspiciada por el Instituto Cubano de Antropología en saludo al Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra cada 5 de junio.

En las localidades de Báguanos y Tacajó, Holguín, se desarrolla un proyecto con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), que tributa a la construcción de un nuevo acueducto y de una planta potabilizadora en esa región oriental, a través del estatal Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos de Cuba.

La práctica de integrar la mirada sociológica en iniciativas de este tipo no ha sido muy extendida en la isla caribeña, “donde generalmente se ha desconocido la utilidad de la labor de los científicos sociales y antropólogos en particular en este tipo de obras”, enfatiza la presentación de una muestra fotográfica sobre la obra hidráulica y las investigaciones de campo realizadas en ambas comunidades holguineras.

Los resultados presentados durante la mesa redonda titulada “El agua: reclamo de una comunidad”, corresponden a la primera fase del mencionado proyecto, la de diagnóstico sociocultural. Un equipo integrado por hombres y mujeres jóvenes en su mayoría, tuvo a su cargo tales estudios antes de la inversión tecnológica.

Para los habitantes de Báguanos y Tacajó la situación es bien compleja pues carecen de fuentes directas de abastecimiento de agua. A estos asentamientos, históricamente muy vinculados a la producción azucarera, el líquido les llega a través de tuberías extremadamente deterioradas, que hace años traspasaron su límite de vida útil.

La población local de manera autónoma abre pozos para tomar el agua del manto freático, cada vez más impactado y contaminado. Ante la carencia de una red hidráulica que llegue a cada hogar, resulta imprescindible el trabajo de los aguateros, quienes transportan el líquido a través de medios rústicos, por viales en muy mal estado, y haciendo uso de la tracción animal.

“El agua, más que una sustancia meramente química, es toda una plasmación, una conjugación de factores políticos, un punto de encuentro de diferentes relaciones sociales”, explicó el antropólogo Dmitri Prieto Samsónov, al abundar sobre la significación de este escaso recurso en la actualidad.

Por su parte, el historiador Mario Castillo Santana relacionó los imaginarios sociales que produce el mundo azucarero con la cuestión del agua y las representaciones que tiene la población de la localidad. A su vez, añadió, se vinculan con otros problemas contemporáneos como el cambio climático.

“Siempre se establece el efecto del cambio climático sobre la producción azucarera, pero escasas veces se comprende la contribución de las prácticas intensivas de la producción azucarera al cambio climático y su impacto sobre los ecosistemas. La crisis del agua se percibe de manera ahistórica, descontextualizada del devenir de la localidad”, reconoció Castillo.

Las encuestas realizadas por el proyecto arrojan que, aún cuando se construya la potabilizadora o el acueducto, el 75 por ciento de la comunidad se propone seguir usando el agua de pozo y de lluvia, prácticas arraigadas en su cultura y que ofrecen garantías de acceso al preciado líquido.

Manuel Gil Martínez, representante de la Aecid en Cuba, dio detalles acerca del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento, instrumento para el desarrollo que implementa esta entidad en la isla del Caribe, y que ha colaborado también en la realización de estas investigaciones en Báguanos y Tacajó.