La amiga secreta
Jorge Milanes

Los fines de año para mi son muy emocionantes. Dejo atrás un año viejo y comienzo otro, en medio de una serie de acontecimientos buenos y malos.
Hace días en mi trabajo hemos sacado unos papelitos de una rifa que hicimos con los nombres de las personas del departamento. A cada uno le tocó una dama y a cada dama un galán, le llamamos El amigo secreto nadie puede decir quien le tocó.
Comenzamos con pequeños obsequios puestos en diferentes lugares por donde el amigo secreto pasa o lo enviamos a través de diferentes manos para que no sepan quien es.
Un día llegué temprano y de repente… un chocolate encima de mi mesa.
-! Que sorpresa!
-¿Quién será mi amiga secreta? -Tomé el chocolate y miré a mí alrededor. Todos mis compañeros me miraban.
-¿Quieren probar? Con mi rostro iluminado les ofrecí.
-No, gracias. A nosotros ya nos llegó el nuestro.
-Contestó uno del grupo.
-Continué comiéndome el riquísimo chocolate pero pensando en que tenía que hacer algo para mi amiga secreta y me dije:
-Haré una sucesión de indicadores con pequeños papelitos y al final la sorpresa. No. Mejor llamo ahora mismo a Fernando, el hijo de mi amiga secreta para coordinar con él algo que sea desde la casa. Tomé el teléfono y me puse al habla con Fernando:
-Hola Fernando, soy yo Jorge, ¿Cómo estas?
-Muy bien.
-Soy el amigo secreto de tu mamá y quisiera que me ayudaras en algo que quiero hacer pero ella no debe saber quien lo envía.
-Eso me gusta, cuenta conmigo. Me dijo emocionado.
-Bueno, vas a ponerle en su gaveta personal una tarjeta que yo te voy dar esta tarde, OK?
-No hay problemas. -Me dijo.
-Luego te veo a la salida para dártela. Chao.
Y colgué. Al girar, ella estaba detrás de mí. No sé si escuchó. No noté nada extraño. La saludé y continué mi camino como si nada.