Violaciones en el proceso a los antiterroristas cubanos
Por Elio Delgado Legón
HAVANA TIMES — En mi comentario anterior sobre los antiterroristas cubanos condenados a largas penas en Estados Unidos, sólo por monitorear a grupos terroristas que preparaban acciones de este tipo contra Cuba, expresé que Los Cinco fueron víctimas de innumerables irregularidades y violaciones, que enumeraría en otro trabajo. Eso es lo que trataré de hacer ahora, aunque es posible que no pueda señalarlas todas en el espacio de este comentario.
Una de las principales violaciones de las leyes, específicamente de la Quinta y la Sexta enmiendas de la Constitución de Estados Unidos y del Derecho Internacional, fue celebrar el juicio en la ciudad de Miami, donde esos mismos grupos terroristas mantienen un control que hacía imposible realizar un juicio justo e imparcial. Ello fue denunciado varias veces por los abogados de la defensa, quienes solicitaron un cambio de sede, que fue denegado.
Los abogados de la defensa sólo tuvieron acceso al 20 por ciento de los documentos, lo que constituyó un obstáculo para su trabajo, además de que constantemente se les negaba la posibilidad de entrevistarse con los detenidos, para preparar la defensa.
En el cargo de conspiración para cometer asesinato en primer grado, por el cual se le impuso a Gerardo Hernández una cadena perpetua, la fiscalía comprendió que no podía probarlo y pidió que se desestimara, sin embargo el jurado lo declaró culpable del mismo, una decisión insólita jamás vista en un juicio.
En cuanto al cargo de conspiración para cometer espionaje, no se presentó una sola evidencia de que hubieran obtenido información del gobierno de Estados Unidos.
Numerosas autoridades como dos generales, un almirante y un coronel testificaron en la vista oral que los acusados no tenían acceso a información clasificada. Incluso, un ex director de la Agencia de Inteligencia del Pentágono, declaró como testigo de la fiscalía, que los acusados no habían realizado espionaje contra Estados Unidos, pero fueron declarados culpables del mismo.
Otro de los cargos graves, del que fueron acusados los cinco fue Conspiración para cometer delito contra Estados Unidos, sin embargo, la defensa probó que ellos solo buscaban información de los grupos terroristas radicados en el sur de la Florida y no otras que pudieran afectar la seguridad de ese país. Pero fueron declarados culpables por el jurado.
Otra violación flagrante de la ley norteamericana fue mantener a los acusados en celdas de castigo durante 17 meses, cuando la ley establece que solo pueden ser recluidos en estas por un máximo de 60 días y por hechos de indisciplina grave.
Numerosas violaciones a los derechos humanos de los acusados se han cometido durante los años de encierro, como obstaculizar las visitas de los familiares, incluso denegarlas reiteradamente a dos de las esposas para que visiten a sus cónyuges en la cárcel.
También han sido obstaculizadas las visitas de los abogados de la defensa y de los funcionarios consulares cubanos, lo cual viola las leyes del país y el derecho internacional.
Otra violación cometida contra los cinco cubanos es que han recibido tratamiento de delincuentes comunes, con lo que se viola el Artículo 8 de las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos, el cual expresa:
«(…) Los reclusos pertenecientes a categorías diversas deberán ser alojados en diferentes establecimientos o en diferentes secciones dentro de los establecimientos según su sexo y edad, sus antecedentes y motivos de detención (…)»
Después de 10 años de haber sido condenados, se hicieron públicos algunos documentos que muestran cómo el gobierno de Estados Unidos pagó a numerosos periodistas del Miami Herald, El Nuevo Herald, Diario de las Américas y emisoras de radio y televisión de Miami, para que mantuvieran durante toda la etapa del juicio una campaña de propaganda contra los cinco acusados, hecho que constituye una grave violación de la ley.
Durante el juicio, muchos de los terroristas que participan en la preparación de acciones de ese tipo contra Cuba, permanecían sentados en la sala, mirando de frente a los jurados como una forma de presión y a la salida de la corte anotaban los números de las placas de los carros de los jurados, para intimidarlos.
Nadie, en su sano juicio, puede afirmar que se les celebró un proceso imparcial. Los cinco cubanos fueron condenados por razones políticas para crearle más dificultades a Cuba. Como presos políticos que son y condenados en un juicio con tantas irregularidades, el Presidente de ese país tiene el deber de subsanar ese error, que desprestigia al sistema judicial norteamericano, por las violaciones aquí señaladas y otras que no incluí para no hacer demasiado extenso este comentario.
Y de los presos condenados por razones políticas en Cuba ¿quién se ocupa? ¿quién les defiende? ¿quién puede ver lo que es real de lo que les han inventado para justificar su encierro?
Antes de decirle al presidente de los Estados Unidos de América que “tiene el deber de subsanar ese error, que desprestigia al sistema judicial norteamericano” empecemos haciendo limpieza en la propia casa, pidiéndole al presidente de la República de Cuba de subsanar tantos y tantos y tantos errores que desprestigian al sistema judicial cubano.
¿O es que, lo que vale para los otros, no vale para nosotros mismos?
Hola , Elio.muy Buenos tus comentarios ( como siempre) has dicho la pura verdad. Te felicito.
Un saludo desde N.Y.
¿Y qué tal si los llevamos los dos parejos?
Luisita Pérez, si usted está tan de acuerdo con lo que dice el artículo ¿Por qué escribe desde N.Y.? ¿Cómo puede vivir en un país tan «malo» y con una justicia tan «desprestigiada»?
No pierda tiempo, váyase a vivir a Cuba para que pueda «disfrutar» de las bondades de la dictadura cubana.
Estimado Isidro:
Bueno, dígaselo usted a Raúl Castro a ver si esta es la vez buena de que realmente haya algún cambio efectivo en Cuba.
Le pido que se lo diga usted porque hasta ahora no ha escuchado (o no ha querido escuchar) a los millones de cubanos de adentro y de afuera que sufren toda esta situación y que desde hace rato se lo están pidiendo.
¡Quién sabe si tendrá más suerte usted!
Es cuando menos cobarde, que el autor se dedique a «denunciar» violaciones en el sistema judicial de los EEUU y nunca hable de uno de los sistemas judiciales más vergonzosos y violatorios de los derechos del ser humano, como es el de Cuba.
Carlos, cobarde es hablar del sistema judicial cubano en esos términos, porque en Cuba existen todas las garantías procesales para todos los acusados, aun para los delitos más graves. A ti te pagan para denigrar a Cuba en todos los aspectos y de todo lo que se hable, eso sí es ser cobarde.
Nathan:
Siempre pienso que esto será una larga carrera…un poquito por aquí, otro poco por allá…desgraciadamente no tengo acceso a Raúl…y ahora mismo me está quedando bien lejos…pero sigamos en el empeño, aunque por lo pronto sólo sea de palabra, que como el Viejo Tonto de la leyenda china, podremos remover montañas con el paso del tiempo..
Bueno señor Elio, yo no conozco a Carlos y no sé si le pagan o no por denigrar a Cuba, pero lo que sí sé y, bien que lo sé, es que en Cuba no existe ninguna garantía procesal para ningún acusado. Usted está diciendo una gran mentira y sabe bien que está mintiendo.
Usted sabe también muy bien que en Cuba el poder judicial no es independiente del poder político y que son los mandos políticos e ideológicos los que deciden a quien y como hacérsela pagar sea culpable o no, eso no les importa, sobre todo si se habla de personas valientes que no temen decir la verdad de todo lo que pasa en Cuba.
Le repito que no conozco a Carlos, pero no importa, porque estoy casi seguro que no recibe dinero para denigrar a Cuba. En cambio lamento mucho que personas como usted, que mienten sobre la realidad cubana, denigren a Cuba y a los cubanos con sus mentiras.