¿Tiene futuro el proyecto país que propone la nueva Constitución?

Por Osmel Ramírez Álvarez

Foto: Cinthya Garcia Casanas, cubadebate.cu

HAVANA TIMES – El nuevo Proyecto Constitucional elaborado por el Partido Comunista para ajustar la Ley de Leyes cubana obliga a muchas interrogantes: ¿tiene futuro?, ¿podría resolver nuestros problemas nacionales?

Para responder es imprescindible definir primeramente ¿cuáles son nuestros principales problemas u objetivos nacionales? A juicio de este simple periodista independiente, que abraza las muy estigmatizadas ideas socialistas democráticas, son los siguientes:

  1. Instaurar un sistema político funcionalmente democrático.
  2. Conseguir la reconciliación nacional en condiciones de paz y equilibrio social.
  3. Salir de la crisis económica con un modelo de desarrollo incluyente y sostenible que parta de la superación de los dos bloqueos: el estatal cubano a la iniciativa privada y el estadounidense a la economía nacional.
  4. Preservar los logros sociales del socialismo radical, optimizarlos, mejorarlos y hacerlos viables en un nuevo contexto económico que los sustente y persiga el “estado de bienestar”, con el respeto irrestricto a todos los derechos humanos.
  5. Mantener relaciones fraternales y de mutuo beneficio con todo el mundo, en oposición a la guerra y la violencia en general y a favor de la unidad de todos los pueblos del mundo por objetivos comunes.

Tras un pequeño análisis podemos concluir que ninguno de los cinco puntos queda con posibilidades de ser resuelto con la implementación de la nueva Constitución. Primeramente no ofrece un modelo político democrático. Mantiene un solo partido que representa a una minoría poderosa, pero minoría en fin en nuestra sociedad. El resto de la sociedad no tiene derecho a organizarse políticamente ni a participar en el juego político.

También el Partido único continuará situado sobre las instituciones del Estado y del Gobierno desde la propia Constitución y el sistema electoral mantendrá la antidemocrática Comisión de Candidatura, que postula en nombre del pueblo, pero está supeditada al Partido Comunista.

Para remate tienen todo el poder militar y policial, y un cuerpo represivo en las sombras con poder, sobre todo, en Cuba, por encima de las leyes incluso, que acalla voces y aplasta resistencias: la Seguridad del Estado. No hay el más mínimo espacio a la democracia en un modelo así.

La reconciliación nacional es imposible bajo tales condiciones políticas. El Partido Comunista solo ofrece a los cubanos del exterior el acatamiento servil o la aceptación incondicional de su poder. A la oposición dentro o en el exilio les brindan su menosprecio, desconocimiento, ninguneo, injuria, irrespeto, calumnia, represión y vejación de sus derechos humanos.

Cuando el Partido Comunista promulga el concepto de “ciudadanía efectiva” no lo hace para reconocerles a los cubanos en el exterior los pocos derechos que tenemos dentro de la Isla, como son el acceso gratuito a los muy deteriorados servicios de salud ni para que paguen en pesos cubanos un pasaje de avión o de ómnibus nacionales; lo hace para que pierdan los derechos humanos que habrían de respetarles en caso de considerarles extranjeros o en caso de accidentes aéreos o sucesos similares no tener que indemnizar.

No pueden, por la discriminada condición de ser cubanos, invertir en Cuba donde solo los extranjeros tienen ese derecho. Y si se atreven a tener una aptitud políticamente “incorrecta” a los ojos del Partido el Estado podrá actuar con todo el peso que los caracteriza. Incluso si en el extranjero no “se portan bien”, es práctica común prohibirles la entrada al país donde nacieron y donde por ley seremos ciudadanos vitalicios.

Sobre el proyecto económico, ¡cero solución!, pues es el mismo perro con el mismo collar, solo pintado de otro color que incluso tiene una tonalidad similar. El mismo modelo que ha fracasado por seis décadas. Y nada que señale el camino para eliminar el bloqueo estatal que asfixia a los cubanos y no permite la riqueza, sino perpetúa la pobreza, ni el estadounidense que intenta asfixiarlos a ellos.

Los logros sociales quedarán bajo tales condiciones de estancamiento e inviabilidad, en el mismo estado deprimente y disfuncional que tienen actualmente. La salud pública seguirá gratuita, pero pésima y tardía, sin medicamentos. La educación gratis, universal, pero ideologizada, bajando su calidad cada vez más, con escuelas deprimentes y maestros mal pagados. El deporte con peores resultados y en picada. Y la seguridad social cubriendo a los más paupérrimos entre los paupérrimos con limosnas que no les alcanza ni para cubrir el 10% de sus necesidades básicas. Una falacia.

Solo queda el punto cinco, sobre las relaciones internacionales. Pero mientras Cuba siga como está, solo seguirá siendo un ejemplo peligroso para otros países y un apoyo a los gobiernos de izquierda que llegan al poder con promesas loables y luego se enquistan sobre la base del modelo cubano que no acepta que los pueblos decidan sus gobernantes, porque ellos, los “iluminados”, son los que saben qué es lo que más conviene a los pueblos.

Y copiando pequeños segmentos de la receta cubana (de ellos) aniquilan economías poderosas como ha pasado con la de Venezuela, que increíblemente ya está peor que la nuestra, si Cuba no se mueve hacia una democracia inclusiva para los 14 o 15 millones de cubanos y si no se aclimata con el modelo económico universalmente funcional, difícilmente pueda librarse del embargo estadounidense ni integrarse adecuadamente en ningún mecanismo integrador de la región. Es un hecho.

Definitivamente no es esta la Constitución que necesitamos para alcanzar las metas nacionales, es tan solo la que necesita el Partido para amparar legalmente su poder desproporcionado y continuar con su proyecto-país, que juzgo excluyente y disfuncional. Qué bueno si aprovecharan ese inmenso (e incorrecto) poder para el bien de la Patria maltrecha y finalmente volcaran hacia la democracia, la libertad y la prosperidad el rumbo que torcieron con la ideología extremista. ¿Será mucho pedir?, ¿estaré siendo acaso un mercenario o un contrarrevolucionario tan solo por pensar así?

3 thoughts on “¿Tiene futuro el proyecto país que propone la nueva Constitución?

  • “Prefiero ser yo extranjero en otras patrias, a serlo en la mía.” Jamas voy a envilecer mi alma pidiendo permiso para salir y mucho menos para entrar a mi patria. José Martí

    Yo no escogí nacer en Cuba, por VOLUNTAD divina se me dio un cuerpo para que me moviese por esta tercera dimensión, y me ENCARNÉ en Cuba, entonces pregunta: Por qué tiene que venir un GOBIERNO a administrar mi DERECHO SAGRADO a CUBA, por eso me considero martiano, pues Martí supo expresar ideas como esas que se pueden leer al inicio. Por mi moriré en el exterior, PERO NUNCA PEDIRÉ PERMISO PARA ENTRAR A MI PAIS.
    Ese es mi derecho sagrado para mendigarselo a un gobierno que se dice MARTIANO!!!!

  • el futuro de cuba es un eterno baraguá

  • Yo creo q solo tenemos un problema y es la falta de libertad y democracia, todos los demás problemas encuentran cause de solución, progresivamente, con suerte y con cordura, una vez que tengamos la plasticidad social y política que genera la democracia y no este parálisis reumatoide comunista.

    Buen artículo

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