Obama abrirá la primavera en Cuba

Manuel Alberto Ramy (Progreso Semanal)

HAVANA TIMES — El presidente Barack Obama estrenará la primavera en Cuba. La noticia, que desde hace semanas ha circulado especulativamente por los diversos medios de comunicación, pues solo hablaban de un deseo manifestado por el presidente, ya ha sido confirmada por ambos gobiernos.

Se trata, según declaró a la prensa Josefina Vidal, jefa de la dirección de Estados Unidos de la cancillería isleña, de una visita oficial a efectuarse los días 21 y 22 del venidero mes de marzo, de ahí lo primaveral. Nada que ver con otras “primaveras”.

La confirmación de la visita, de inicio puede dar por finalizadas las opiniones discrepantes entre analistas y periodistas especializados en torno a si era conveniente realizarla antes de las elecciones presidenciales y precisamente en medio de las campañas para las nominaciones por cada uno de los partidos, especialmente si la visita condicionaría en alguna medida al o la candidata de su partido (Demócrata). Decisión tomada supone evaluación a fondo.

No se trata para Obama de dejar encaminado el tema Cuba como parte de su legado blindándolo en lo que estime apropiado, aspiración legítima, pues cualquiera de los contendientes demócratas que sea nominad@ candidato presidencial no estaría en contradicción con su política hacia la isla. El o la que fuese candidata demócrata seguirá el rumbo aunque sin dudas matizarán el accionar.

Visto desde un ángulo más abarcador, la decisión de visitar está en consonancia con el sentir de la mayoría de la población estadounidense, según la última encuesta realizada por Gallup. Hasta el hábil provocador que es Donald Trump, no se declara opuesto a las relaciones con La Habana.

Y si bien poco puede creerse de los mensajes y discursos de campaña de cualquiera de las dos banderías, la certidumbre de que la política de la guerra fría con Cuba ha fracasado es evidente. Métodos nuevos para aspiraciones viejas renovadas ahora en el global forcejeo por la hegemonía a ese nivel es lo que prima y vivimos y padecemos hoy.

Cuba, además de las añejas aspiraciones de Washington, está en ese ruedo y precisamente en el patio trasero al cual se encaminan a recuperar. Allá quienes hayan tenido que aguardar por aquel discurso de Obama en Miami (2013) donde llamó a ser novedosos y creativos en los métodos a instrumentar con relación a nuestro país, gobierno y proceso.

De momento, a mi juicio, lo curioso y llamativo es que el viaje presidencial será apenas unas semanas antes del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC). Durante la máxima cita partidista deberá definirse, al menos así se espera, la conceptualización del modelo económico que será el programa de la política cubana. Esa conceptualización dibujará más claramente la profundidad de los cambios y el alcance de los actores económicos existentes y por venir.

¿Casualidad en la fecha? Que estas existen no lo niego, pero tampoco que existen causalidades y causalidades. Y una visita presidencial, coordinada obligatoriamente por ambos partes y con tiempo, incluye, además del cronograma de trabajos y diálogos, la fecha de la misma. A La Habana esta le pareció propicia. A Washington también.

Visto desde otro ángulo, la visita del presidente Obama implica más claramente la aceptación de una Cuba socialista que se va definiendo en su propia dinámica interna mediante la interacción de los diferentes sectores de nuestra sociedad, de ahí que la conceptualización del modelo económico no signifique un libro cerrado, así lo señaló con otras palabras el presidente Raúl Castro Ruz. Muy atinado porque la vida no se cierra como un libro concluido, mucho menos los procesos de cambios que, como el nuestro, paulatinamente se ha ido abriendo a la pluralidad—por cierto bienvenida– existente en nuestra sociedad.

Que Washington aspire a escribir algunos párrafos en dicho libro carece de novedad –debemos ser audaces, no pecar de ingenuos. Precisamente ahí está el reto: seguir nuestra marcha; detenerla rozaría con el suicidio ya que por lo general todo proceso de cambios profundos cuando se detienen no se detienen, por el contrario busca asidero en métodos del pasado por lo que retrocederíamos al borde del precipicio, como una vez definió nuestra situación el presidente Raúl Castro.

Curioso el momento de la visita de Obama y también la concordancia oficial con la misma. Esperemos. El tema no está agotado. Tampoco sus aristas.