Ni una más

Cartel contra la violencia de género. Ilustración: alastensas.com

Por Javier Herrera

HAVANA TIMES – A punto de escribir este texto me preparo un café y me siento delante de la computadora. Antes de abrir el editor de texto doy un bojeo por las redes sociales y en especial por las secciones de noticias. No pude menos que quedar espantado con el último asesinato del que hay noticias.

Consejo Popular Camalote, Nuevitas, Camagüey, Cuba, viernes 3 de febrero del 2023.Una mujer asustada, apenas una niña de 17 años, Leidi Bacallao, entra corriendo en una estación de policía reclamando ayuda y protección. La persigue su ex pareja armado de un machete con intenciones de matarla. Hay cuatro oficiales presente.

El agresor, un pedófilo de casi 50 años, con graves antecedentes penales, con varias acusaciones por parte de los padres de Leidi por tener relaciones con la víctima desde que esta tenía aproximadamente 14 años, con apenas órdenes de alejamiento que regularmente viola, la persigue con intenciones letales.

 El homicida entra en el  recinto policial y lo único que dice es “Mátenme, porque yo vine a matarla”, y le asesta dos tajos con el machete a la niña, uno en el brazo y otro en el torso,  delante de cuatro policías que nada hicieron por ella y  solo lo hirieron a él para contenerlo, pero era tarde. Una hora después fallecía la menor.

Una vida que se pierde, una menos.

Municipio Cruces, Cienfuegos, Cuba, domingo 29 de enero del 2023. Yoilen Acosta, una adolescente de 18 años, sale de su casa en su bicicleta, a las 8 de la noche, a realizar algún mandado. No se volverá a saber de ella hasta el miércoles 1ero de febrero. La denuncia de la desaparición aparecida en redes sociales sirve como catalizador para la acción  policial. El cuerpo sin vida apareció abandonado en un cañaveral en la zona de Tumba Saco. Investigaciones policiales llevaron a encontrar el cuerpo, así como a detener a  cuatro personas presuntamente implicadas en el crimen.

Otra vida que se apaga, una menos.

Ciudad de Matanzas, Cuba, sábado 28 de enero del 2023. Yerlanis Lázara Pérez Camacho, vecina de calle manzano y 2 de Mayo, Matanzas, sale de su casa a las nueve de la noche aproximadamente. Nunca regresa. Los familiares preocupados realizan la denuncia en las redes sociales ante la desaparición de ella. Nada se volverá a saber de Yerlanis hasta el lunes 30 de enero, cuando fue encontrado su cuerpo sin vida. Allegados a la víctima dicen que fue un feminicidio, sin dar más datos. La familia guarda silencio y no ha dado declaraciones a la prensa independiente.

Una vida arrebatada a destiempo, una menos.

Municipio El Salvador, Guantánamo, Cuba, jueves 5 de enero del 2023. La doctora Damixi Rodríguez Domínguez, Jefa de los servicios de terapia intensiva del policlínico del mismo municipio, viajaba a bordo de la ambulancia conducida por su actual pareja.  Su ex pareja, un policía de las fuerzas motorizadas de tránsito, les da alcance y con el arma de reglamento realiza dos disparos a la cabeza de Damixi. En el atentado resulta herido también el joven paramédico Luis Miguel Bartolo, pareja actual de ella.

Damixi falleció minutos después a pesar de los ingentes esfuerzos para reanimarla realizados por sus colegas del Hospital Docente Agostino Neto. Luis Miguel, herido de gravedad, aún se debate entre la vida y la muerte, aunque presenta síntomas de mejoría. El homicida, luego del abominable hecho, escapó con rumbo desconocido a bordo de la motocicleta, también de reglamento, identificada con el numero 810. Posteriormente se hizo público que el asesino había sido arrestado después de entregarse en una estación de policía.

Otra vida truncada. Una menos.

Mientras el Estado dicta medidas y promulga leyes para contener el descontento social, como la llamada Ley de Comunicación que más que ley constituye una mordaza intimidatoria para aquellos que se atreven a pensar, la mujer cubana continua vulnerable ante la violencia de género.

En Cuba el feminicidio no esta tipificado como delito expresamente en el código penal vigente.  Organizaciones y observatorios feministas han realizado el reclamo pero al parecer sus voces han caído en saco roto.

Los hechos de violencia de género, luego de la denuncia si es que se hace y es aceptada por la policía, por lo general se salda con un regaño al agresor, algunas veces una multa de 50 pesos o alguna orden de alejamiento que nadie respeta ni las autoridades vigilan su cumplimiento. Hasta que no hay un desenlace fatal las autoridades no intervienen.

En cuanto a los feminicidios, no existen estadísticas oficiales en Cuba, como de casi nada y menos de delitos. Tampoco existen refugios para mujeres abusadas o en estado de amenaza e indefensión.  Es llamativo que no existe ningún  medio de alerta temprana ante la desaparición de personas y por lo general la denuncia apenas se acepta días después de la desaparición y las búsquedas solo se aceleran si es demasiado grande la denuncia y escándalo en redes sociales.

 Los medios de prensa oficiales jamás dan nota de hechos como estos, no existen campañas oficiales de concientización o  educación con respecto al tema, no existe una línea de ayuda para que estas mujeres puedan hacer una llamada de urgencia, no existe garantía para sus vidas.

Con la fe y el convencimiento de quien cree en el orden social, en el civismo y en el imperio de la ley, pienso que el Estado debe ser garante de la seguridad de cada uno de sus ciudadanos, en especial la seguridad a la vida. Creo que para cumplir este cometido es menester implementar cuanto mecanismo sea necesario, dígase leyes, sistemas de alerta, observatorios, refugios o cualquiera que sea necesario para detener la masacre.

El año  2022 se registraron 34 feminicidios en Cuba, comprobados por plataformas independientes, que irónicamente el estado persigue con especial saña. Es increíble que un feminicidio ocurrido en la más remota aldea del universo constituya titular en el Noticiero Nacional de Televisión, mientras que uno acaecido a unas calles de mi casa me tenga que enterar por vox populi o mediante las redes sociales, que vienen a ser lo mismo.

¿Dónde están esos uniformados que un día juraron servir y proteger, y que deberían encargarse de hacer cumplir las leyes? ¿Dónde están esos jueces y legisladores que realizan el ordenamiento legislativo? ¿Dónde están los diputados del Poder Popular, órgano de gobierno cubano, que deberían expresar las aspiraciones del pueblo que un día los eligió? ¿Dónde esta la Federación de Mujeres Cubanas que debería abogar por los derechos de la  mujer? ¿Dónde están los periodistas honestos que saben que con su denuncia oportuna constituyen un enorme poder en cualquier sociedad?

Hoy me apropio de una frase corta y lapidaria que escuchamos a diario en voz de los movimientos feministas de todo el mundo:

Ni una más que deja a sus hijos huérfanos.

Ni una más que deja a su familia desconsolada.

Ni una más que pierde la vida por violencia de género.

NI UNA MÁS.

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