La Nicaragua que queremos
HAVANA TIMES – En los últimos meses es muy difícil desconectar nuestra atención de las noticias… Estamos en alerta permanente… Es lo natural en las circunstancias que estamos viviendo aquí en Nicaragua y es la respuesta de nuestro cerebro, cuya misión es mantenernos vivos.Cada quien, desde su propia historia personal y desde su propia mirada sobre la historia colectiva, tiene un anhelo… El anhelo compartido en estos momentos es una Nicaragua en paz, una Nicaragua con justicia.Para apuntar a la construcción de esa Nicaragua es vital reconocer las luces y las sombras de nuestra historia, las sombras para reconocerlas, honrar que fue así como fue y sanar las heridas, para no repetir los dolores de esa historia.Las luces, porque son lo que nos impulsa a ver a hacia la vida, hacia una vida plena en Nicaragua, porque son los recursos que tenemos para hacer diferente la historia en este momento.En las memorias de hace 40 años aún quedan actitudes que rescatar:
“En el grupo que uno andaba se miraban como hermanos y o comíamos todos o no comíamos… entonces era algo le digo yo, que, dentro de la guerra, sí que daba eso del… del ser amigo, ¿no?… de cuidarle la espalda al otro, ¿no?…” (SYD; Secuelas de Guerra, Tesis Doctoral, J.Kühl, 2017).
“Los añoro, los añoro por ese compañerismo… esa hermandad que tuvimos, yo les digo, fue única… Eso sí… el compañerismo… es que nosotros éramos como hermanos, el uno protegía al otro…” (ZAGA, Secuelas de Guerra, Tesis Doctoral, J.Kühl, 2017).
Esos eran tiempos de guerra, circunstancias diferentes, pero tan dolorosas como las que vivimos hoy. Aquí y ahora ese lado luminoso de nuestro sistema, no está oculto… Hay vivencias importantes, bellas, verdaderas demostraciones de humanidad; lo vemos en Monimbó, un pueblo con un verdadero sentido de comunidad, de solidaridad, de coraje.
Lo vemos en un pueblo que ya no tiene miedo de alzar su voz y que expresa su sentir en un supermercado, en un centro comercial o en un avión. Lo vemos en las manifestaciones artísticas; en expresiones de solidaridad.
Nuestro sistema tiene los problemas y las soluciones, solo falta atender, reconocer ese lado luminoso y desde allí, con su fuerza, dirigir nuestra intención hacia la construcción de esa Nicaragua…
Cuando combinamos una emoción elevada, con un corazón abierto y una intención consciente con un pensamiento claro, nuestro sistema responde de forma asombrosa.
Yo veo una Nicaragua verde, llena de árboles, de pájaros; Veo una Nicaragua en la que gobierna un colectivo y no una persona… un colectivo en el que están representadas todas las voces, todos los sectores, un colectivo que escucha, que permanece conectado a todo el pueblo. Veo una Nicaragua inclusiva, que reconoce el derecho de pertenencia que tenemos todos. Una Nicaragua que conoce, reconoce y honra su propia historia. Veo una Nicaragua sana; que honra a sus muertos desde la alegría y la creatividad, una Nicaragua que va hacia la vida.
Veo una Nicaragua donde las mujeres somos respetadas y podemos salir a la calle sin miedo; un país donde la escucha y la palabra, el amor y la ternura, han sustituido todos los tipos de violencia en todos los ámbitos. Veo una Nicaragua en la que hay paz y justicia; una en la que la educación está dirigida a potenciar lo mejor de cada niña, niño, adolescentes, jóvenes… una educación que nos habla de pensar con autonomía, en lugar de obedecer. Donde todos sin excepción tenemos acceso a un sistema de salud, que tiene una visión holística de la salud, que reconoce la importancia de la salud emocional. Veo una Nicaragua donde hay fuentes de trabajo, justas, dignas, disfrutables.
Veo una Nicaragua que recobró su autoestima, que se sabe fuerte, sabia, justa… que con humildad reconoce cuando necesita ayuda y la pide sabia y equilibradamente. Veo una Nicaragua, que ha aprendido de su historia, una Nicaragua despierta.
Desconectar al menos 20 minutos al día, de las noticias, de la tensión y dedicarlos a imaginar esa Nicaragua que deseamos, es importante; no solamente por salud, sino además, porque como sistema, necesitamos invertir más energía en ella, dirigir nuestra intención consciente hacia allí, darle a nuestro cerebro esos insumos que también nos mantienen vivos individual y colectivamente.
Así que hoy, 19 de julio, reconociendo todas nuestras luces y sombras, quiero invitarte a visualizar esa Nicaragua que deseamos… ¿Cómo te la imaginas?
*Profesora universitaria de Psicología, de la UNAN, Nicaragua