Exilio en la Patria de uno

Por Abraham

Marino Murillo, el hombre del Partido Comunista que dirige la economía cubana. No sabe lo que es hacer una cola kilométrica, ni vivir de un salario normal.

HAVANA TIMES – No hay peor exilio que estar en la Patria y sentir que te han expulsado. Es doloroso ver cómo a ellos no les importamos. El “con todos y para el bien de todos”, de José Martí, pasó al recuerdo. ¿Qué ha ocurrido?

La caña de azúcar no es la misma. Nuestro café perdió su aroma, nuestra risa se ha convertido en una mueca. Nuestros hijos sobreviven en decadencia. Solo observamos con la boca cerrada y el corazón sangrante.

Nuestra Cuba ha sufrido una metamorfosis kafkiana. ¿Cómo es posible? Los burgueses que el régimen dijo “eliminar” solo les cambió el nombre: dirigentes. Poseen un alto grado de actuación; venden la imagen de señores de pueblo. Cuando al mismo tiempo ostentan una vida digna de emperadores. Ellos no tienen idea lo que es un salario para todo en 30 días. Tampoco lo que es una interminable cola para comprar un jabón de baño.

Andan por las calles en autos de cristales oscuros, y nunca los veremos caminando por las mismas avenidas convertidas en jungla. En estos días en Cienfuegos (ciudad donde vivo) están restaurando el edificio del Gobierno provincial. Se ha destinado todo tipo de recursos para “retocar” esa icónica construcción.

¿Por qué gastar en eso? ¿Acaso no es mejor reparar las calles? Esas llenas de huecos, salideros y basura. Estos burgueses del siglo XXI controlan todo y disponen de todo. Existen recursos inagotables para la reparación y/o construcción de sus intereses.

Mientras, a los que estamos abajo nos toca mirar y callar. Es triste ver tu ciudad caerse a pedazos. Proyectos que se comienzan para quedar inconclusos y ser parte de la fealdad urbana.

Tiempos de sobrevir en el anonimato

Corren unos tiempos en Cuba de supervivencia. En los que sales a la calle como cazador en busca de comida. Ver como las personas se agreden en las largas filas de las tiendas, resulta vergonzoso. Personas que duermen días antes frente a las puertas de los mercados es una de las escenas más tristes que he visto.

Pero hay algo aún más doloroso: el anonimato. Existe una persecución bien disfrazada con los que “pensamos diferentes”. A estas personas que no piensan diferente, sino dicen la verdad. Les espera el peor de los calvarios si son “detectados”.

Los expulsan de sus trabajos sea cual fuere, y les imposibilitan cualquier gestión que deseen. Desde mejorar en su trabajo, construir su hogar o salir del país. Hace poco un médico hizo eco en las redes sociales y fue expulsado de su empleo.

Esta situación se adapta a una frase de Voltaire: “Es peligroso tener razón cuando el Gobierno está equivocado”. Ellos piensan que con amenazas e injusticia bajaremos la cabeza. Al menos en mi caso jamás sucederá.      

Escribo este artículo para que se conozca la verdad de la Isla. Corro el riesgo de que si me descubren perderé mi trabajo y quién sabe qué más…

No hay peor exilio que estar en tu tierra y sentir que te expulsaron, que no te tienen en cuenta, y que solo se favorece la minoría. Si hacemos silencio y agudizamos los sentidos podremos escuchar un llanto. Es nuestra Patria, está de luto. 

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2 thoughts on “Exilio en la Patria de uno

  • Muy triste, ese exilio dentro de Cuba o inxilio, como yo le llamo, porque no nos dejan “contribuir y pertenecer”, dos premisas fundamentales para el arraigo. Sí, se pueden estar desarraigado en nuestra propia tierra cuando nos obligan a ser espectadores pasivos de la destrucción. Eso hay que cambiarlo.

  • Con Marino Murillo, el hombre del Partido Comunista que dirige la economía cubana quisiera conversar para ayudarlo explicándole que hice yo para bajar unas 40 libras de peso. Una tarea difícil pero no tan difícil como sacar a la Economía Cubana de la crisis. Aunque el señor debe bajar mínimo, unas 14O libras extras.

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