Cuba: Educación, Burocracia y Sociedad
Por Ariel Glaría
HAVANA TIMES — El estado cubano gasta gran parte de sus limitados recursos en la educación. Sin embargo nuestra educación está en crisis ¿Por qué?
Por años, los centros de formación de maestros graduaron miles de ellos en todas las disciplinas. Puede deducirse que la educación no fue solo una prioridad política, sino que además era una carrera cuyo futuro se garantizaba. Estudiantes habrá siempre, maestros son lo que no debe faltar, era más o menos el principio.
A partir de la década del noventa fue otra la realidad. Las aulas comenzaron a quedarse sin maestros. Los centros donde se formaban se quedaron sin estudiantes. El salario de nuestros maestros se estancó.
Sectores como el turismo y otros ofrecieron nuevas y mejores posibilidades. Durante esos años el sector de la educación sufrió un éxodo masivo de maestros que llega hasta el presente, donde no se ha podido dar con una política coherente que revierta esta situación. Intentos como emplear maestros jubilados, el adiestramiento espontaneo de jóvenes para enseñar las diferentes materias y en menor medida convocar entre la comunidad vecinos con algún conocimiento han influido notablemente en la calidad de nuestra educación, sin que el problema se resuelva.
Estos factores han estado en las causas principales de la crisis pero ellos, sin embargo, no son hechos aislados en el concierto de las nuevas prioridades de la sociedad cubana: Tanto el éxodo de maestros, como el escaso interés en las carreras de enseñanza, son el resultado de un giro más profundo en el interés colectivo de la nación. La crisis de valores de la que hoy se habla se vincula a este drástico cambio. Ahora bien ¿existe realmente una pérdida de valores? De existir ¿esta no está determinada, acaso, por el divorcio entre lo que se enseñaba y enseña hoy en la escuela y la vida?
Vida y aprendizaje han sido el mayor reto desde el inicio de la sociedad moderna hasta hoy. La mayor preocupación de los estados, en materia de educación, ha sido adecuar la enseñanza a la vida. Hablar de pérdida de valores encierra, por lo tanto, una dualidad. Se ha perdido algo en lo que realmente se creía y era útil o sencillamente ¿se han perdido valores que la propia realidad, en su torbellino, ha superado por inútiles y la enseñanza-cuya institución es la escuela –no ha podido suplantar? Este análisis es de la mayor urgencia.
Nuestros jóvenes transitan hoy por una sociedad que no dispone de armas éticas efectivas, que aseguren nuestra salvación frente a la descomunal burocracia administrativa, que se ha revelado como dueña de nuestros valores espirituales y materiales acondicionando la sicología colectiva a sus propios intereses y formas de operar. Ella se ha convertido en paradigma de la sociedad y está en su emulo. La ineficiencia y corrupción son su resultado.
El problema que se nos plantea es el de la escuela frente a la sociedad. El de la educación frente a la vida.
Sin dudas, el factor sicológico con el cual la burocracia intenta condicionar la sociedad ha penetrado la educación, debilitando los referentes morales que orienten a los jóvenes frente a ella, dejándole la triste suerte de sustituirle. El tiempo está en contra nuestra. El costo material y espiritual es demasiado alto. El problema es de todos.
«El estado cubano gasta gran parte de sus limitados recursos en la educación» ?Es esto un chiste? Si ni tan siquiera han invertido en hacer uniformes escolares. Si tú me dijeras que en campos de golf, si te creería !Iluso y muelero!
Evidentemente Ariel Glaría no sabe aquello de que «un pueblo mientras más ignorante sea más fácil será de gobernar». Y mira que lo han dicho con palabras más bonitas Varela, Martí y tantos otros ilustres cubanos.
Y aunque si en una primera etapa de la «Revolución» se procedió a elevar considerablemente el nivel cultural del pueblo posteriormente la Dictadura empezó a entrever cuan «bocón», «preguntón», «cuestionador» y «libre cabeza» podría llegar a ser un pueblo instruido e inteligente. Y ahí mismo se paró todo y se empezó a dar marcha atrás.
La destrucción de los valores culturales, civiles, éticos y morales del pueblo cubano ha sido y es el resultado de una estrategia muy bien pensada y dirigida. Y el autor de todo este macabro engranaje no ha sido otro que el gran Dictador.
La crisis de valores no empieza en la escuela: Empieza por la casa. Si a eso añadimos la deficiente educación (que no «instrucción», aunque esa también está en candela en los tiempos que corren), y el conjunto de falsos valores y de parámetros deformantes que se inoculan bajo el nombre de «trabajo político ideológico» tenemos ahí una combinación letal y de funestos resultados en el educando.
Las consecuencias se pueden ver todos los días en la calle, y las conocemos todos
Creo que dhaniel ha dado en la raiz del verdadero problema de la educacion en cuba, eso ha sido un plan muy pero muy bien pensado, nunca lo habia visto desde esa perpectiva, pero no deja de tener razon.