Latinoamérica buscará una salida a la migración venezolana

Por Ramiro Carrillo (dpa)

Ecuador ha facilitado buses para que los venezolanos pueden cruzar el pais de manera segura desde la frontera norte con Colombia hasta su destino en Peru y otros paises del sur.   Foto- Mario Faustos / elcomercio.com

HAVANA TIMES – Los países latinoamericanos que han sido recientemente los principales receptores de migrantes venezolanos buscarán el lunes y martes próximos en Quito una salida conjunta a la inusual situación generada por el fuerte flujo migratorio.

Once países, incluido Ecuador, han confirmado su asistencia al Encuentro Regional por la Movilidad Humana, en el que se espera también la presencia de delegados venezolanos.

Las naciones más cercanas a Venezuela como Panamá, Colombia, Brasil y Ecuador, son las que han recibido el mayor impacto, pero también Argentina y Chile, aunque más distantes geográficamente, han acogido a una importante cantidad de migrantes venezolanos.

Ellos han salido de su país en búsqueda de un trabajo que les proporcione ingresos y les permita enviar remesas a sus familias. Su partida, incluso de a pie, se vio impulsada por la falta de alimentos y empleo, así como por la inseguridad.

La situación amenaza con profundizarse, lo cual empujaría al éxodo a hasta los propios seguidores del chavismo, según advirtió el analista económico Walter Spurrier, al señalar que la inflación en Venezuela llegará al millón por ciento a fines de año.

“Preparémonos para una nueva ola de refugiados. Ahora la tocará a los chavistas: ni ellos pueden subsistir en el paraíso de (el presidente Nicolás) Maduro”, sentenció.

Para el presidente Nicolás Maduro no hay una crisis en Venezuela y mantiene que su nuevo plan económico, incluyendo el control de precios, comienza a dar resultados.

Sin embargo, el presidente Maduro niega que hay crisis en Venezuela, ni migratorio de sus compatriotas desesperados por emigrar.  Ha rechazado muchas ofertas de ayuda humanitaria alimenticia y de medicinas, ya que no reconoce que existen escaceces de estos.

La masiva presencia de una población flotante en varios países ya ha tenido consecuencias como el desvío de recursos económicos para atender con servicios de salud, alimentación y alojamiento. Las ayudas de familias locales que ofrecían bebidas y ropa a estas personas no fueron suficientes.

En otros casos los servicios colapsaron como ocurrió en las ventanillas de trámites en las fronteras que no pudieron regularizar la atención de los documentos migratorios y obligaron a los venezolanos a hacer filas de días.

La violencia xenófoba también se hizo presente como la quema de los campamentos levantados por venezolanos en la ciudad brasileña de Pacaraima o las marchas convocadas por redes sociales en Quito para gritar “afuera Venezuela, primero Ecuador”.

Asimismo, se registraron peleas a puño limpio entre nacionales y venezolanos en Colombia, Ecuador y Perú por el espacios en las vías destinadas a la venta callejera.

Pero también hay optimismo sobre la presencia de venezolanos en Ecuador. “Esa ola viene cargada de personas valientes, sacrificadas y llenas de esperanza, personas con muchísimo talento, ganas de trabajar y emprender. Su presencia en Ecuador contribuye a fomentar el comercio, la competencia, la innovación y nuevos conocimientos”, puntualiza la analista política Daniela Salazar.

Aunque esas perspectivas aún no se registran en la práctica en la vida ecuatoriana, existen otras que provienen del fuero ciudadano como el caso del “banco de favores”, que se creó en la ciudad costera ecuatoriana de Santo Domingo.

El banco no funciona con dinero sino con tiempo y consiste en entregar ropa, medicina o alimentos a los migrantes a cambio de pequeños favores que puedan hacer en sus casas.

Desde el lado estatal uno de los mayores apoyos fue la inscripción de los niños venezolanos en el ciclo lectivo que se abre en los próximos días en Ecuador. El Ministerio de Educación informó que se otorgaron matrículas en las instituciones educativas a 2.500 niñas y niños venezolanos.

Estos infantes asistirán desde el 3 de septiembre a clase con nuevos compañeros en un nuevo país. Será el mismo día en que las altas autoridades de una docena de países asumirán decisiones que marcarán su futuro y el de sus familias.