Los desafíos de la próxima alcaldesa de Lima

Por Ángel Páez

Susana Villarán, foto: Manuel (Imanol) flikr.com

HAVANA TIMES, 28 oct. (IPS) — Cuando Susana Villarán asuma la alcaldía de la capital de Perú el 1 de enero, tendrá ante sí durísimos desafíos, como un escaso presupuesto para obras públicas, 1,5 millones de habitantes sin agua potable y el deficiente manejo del programa de distribución de leche.

El suspenso sobre los resultados de la elección de Lima el 3 de octubre finalmente acabó cuando la conservadora Lourdes Flores, candidata de Unidad Nacional, reconoció el martes 26 el triunfo de Villarán, de la izquierda moderada, tras rechazar el Jurado Nacional de Elecciones su última pretensión de anular un grupo de actas de escrutinio.

Eso colocó a Villarán como virtual alcaldesa electa de Lima, con un triunfo muy ajustado, de menos de un punto porcentual, tras convertirse en la gran sorpresa de las elecciones regionales y municipales de Perú y sacar a la izquierda democrática del país del subsuelo electoral donde estuvo hundida los últimos 23 años.

Villarán, de 61 años, se reivindica como parte de «una izquierda moderna y liberal», con una raíz profundamente social, mientras la alianza que la respalda, Fuerza Social (FS), se esfuerza por presentar una imagen centrista, alejada de radicalismos ideológicos.

La demora en el recuento de votos, aún inconcluso, obstaculiza el proceso de transferencia del gobierno municipal de Lima que conducía el centroderechista Luis Castañeda desde 2003, quien renunció al cargo el día

11 para lanzarse como candidato a las elecciones presidenciales de abril de 2011.

Gustavo Guerra, coordinador político de FS, se quejó de que el retraso en la proclamación de Villarán le impidió acceder a la información sobre el presupuesto de la Municipalidad de Lima, que este año sumó 56,3 millones de dólares.

«Sabemos que los recursos financieros del municipio son limitados y absolutamente insuficientes», explicó Guerra a IPS.  Villarán pretendía «participar en la planeación del presupuesto para 2011», pero la demora en proclamarla como alcaldesa electa le impidió «poder opinar al respecto».

Villarán va a ser la primera mujer al frente de la alcaldía de Lima por votación popular y la segunda figura de la izquierda en el considerado tercer poder institucional de Perú, tras el socialista Alfonso Barrantes, que gobernó Lima entre 1984 y 1987. La próxima alcaldesa también fue ministra de Desarrollo Social en el bienio 2000-2001.

Guerra anunció que los dos periodos al frente de la alcaldía de Castañeda serán fiscalizados a fondo por la nueva administración. «Tenemos en agenda seis casos para investigar, que nos preocupan porque comprometen considerablemente los fondos del municipio», explicó.

Entre ellos, detalló, «están la construcción del sistema de transporte público conocido como ‘El Metropolitano’, la contratación de la empresa Relima para la recogida de los desperdicios y el millonario pago de una deuda a una empresa fantasma». Se trata de «temas que no han quedado en claro», afirmó.

Para el presidente de la organización Peruanos Sin Agua, Abel Cruz, el gran desafío de Villarán será conseguir la transferencia al municipio limeño de la empresa pública que suministra el servicio de agua y saneamiento a la capital y que actualmente está en manos del gobierno central.

«En la capital peruana hay un millón y medio de pobladores que no tiene conexión de agua potable. La gran mayoría son pobres y habitan en distritos alejados del casco urbano», dijo Cruz a IPS.

El programa Agua para Todos del gobierno centroderechista de Alan García, establecido para corregir este déficit, ha tenido «una eficacia más política que social», aseguró.

En el plan se han invertido 5,1 millones de dólares, para sumar al suministro de agua potable a solo 35.000 personas. «Villarán debe despolitizar el programa y municipalizarlo, para que atienda los proyectos más urgentes», planteó Cruz.

La campaña de Villarán se concentró en programas sociales para superar las graves carencias de los distritos más populosos y pobres de Lima, que acoge 30 por ciento de los más de 29 millones de habitantes de Perú.

Entre sus planes está la entrega a cada beneficiario del Programa del Vaso de Leche (PVL) de un bono alimentario adicional de 37 dólares mensuales.

El PVL beneficia a niños de cero a seis años, madres gestantes, ancianos y enfermos y atiende nacionalmente a 4,8 millones de personas.

Flores, la derrotada contrincante de Villarán, había rechazado la propuesta como «anti técnica e irrealizable», ante la falta de fondos para ejecutarlo.

Pero la presidenta de la Coordinadora del Vaso de Leche Metropolitana de Lima, Ivonne Tapia, respaldó la iniciativa, aunque precisó que para concretarla Villarán deberá reformar y fiscalizar profundamente el programa, por la deficiencia en la distribución y la corrupción en las compras de insumos.

Según la ley del PVL, son las alcaldías de rango provincial, como Lima, o distrital (municipal) las encargadas de administrarlo y ejecutarlo. La alcaldía de Lima debe atender tan solo 19.000 de los 2,84 millones de beneficiarios del PVL en los 43 distritos en que se subdivide la extensa capital.

Pero la alcaldía metropolitana «puede liderar una serie de cambios muy importantes para el programa», subrayó Tapia, como mejorar la calidad de los productos, cumplir la exigencia de 207 kilocalorías, verificar los beneficiarios y sancionar a funcionarios y empresas involucrados en corrupción.

Además pidió el incremento de los fondos para el PVL, que en 2010 se redujeron a 30,9 millones de dólares, 7,2 millones menos que el año anterior, pese a ser el mayor programa social de Perú, que precisamente comenzó con una iniciativa del alcalde Barrantes, que organizó Villarán y luego se extendió a todo el país.

Pero hay algo más. La alianza de Flores obtuvo las alcaldías de 15 de los

43 distritos limeños y la agrupación de Villarán ninguna, lo que llevó a la vencedora, nada más reconocerse su triunfo, a plantear a la derrotada una concertación para administrar Lima.

Los regidores (concejales) y alcaldes distritales de la Unidad Nacional de Flores «influirán decisivamente en la gestión de Villarán», adelantó el analista Carlos Reyna.

La futura alcaldesa también va a tener que convivir con los alcaldes distritales de otras organizaciones adversarias. Por ello, la histórica activista social de la izquierda socialcristiana «plantea la concertación»

y «no le va a resultar fácil gobernar Lima», según Reyna.

Pero Guerra es optimista. «Dudo que los alcaldes de Unidad Nacional hagan oposición a Villarán. Ellos van a tratar de entenderse con la alcaldesa para resolver sus problemas distritales», analizó.

La alcaldía metropolitana y las de los municipios que la conforman «se necesitan para negociar con el gobierno central. No hay otra salida», concluyó.