Ecuador, Snowden y las relaciones con EEUU

Por Ramiro Carrillo

HAVANA TIMES (dpa) —  El gobierno de Ecuador estaría a punto de adoptar una decisión que podría aumentar la tensión de sus relaciones con Estados Unidos: conceder un asilo diplomático al ex agente de los servicios secretos estadounidenses Edward Snowden.

El pedido de asilo fue recibido en las últimas horas por Ecuador, cuyo gobierno inició el análisis del mismo. La decisión será adoptada de manera “muy responsable” y con “absoluta soberanía”, dijo el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa.

Mientras Ecuador estudia la respuesta, sabe que de por medio están sus relaciones con Estados Unidos, que bajo el gobierno de Correa se han visto crispadas por varios sucesos marcados por la política internacional que implementó el mandatario andino desde su ejercicio en 2007.

En abril de 2011 Ecuador expulsó a la embajadora estadounidense Haether Hodges después de que en unos cables filtrados por Wikileaks fuera expuesta como autora de comentarios contra el mandatario ecuatoriano. En reciprocidad, Estados Unidos también expulsó al embajador ecuatoriano en Washington y las relaciones se restablecieron 18 meses después.

En agosto del año pasado Ecuador concedió asilo diplomático al creador de Wikileaks, Julian Assange, quien se encuentra en la embajada ecuatoriana en Londres, al compartir los temores del periodista australiano de ser extraditado a Estados Unidos por sus revelaciones sobre las guerras en Irak y Afganistán.

Otros episodios se registraron en su gobierno, el último un llamado de atención al actual embajador estadounidense en Quito, Adam Namm, a quien Correa calificó de “metidito (entrometido)” y le pidió “portarse bien” tras haber participado en una protesta pública de gremios periodísticos por la libertad de expresión.

La concesión del asilo a Snowden complicaría más las relaciones, de lo cual ya está advertido el canciller Ricardo Patiño, quien dijo hoy que se monitorearán las reacciones estadounidenses. “Consideramos por supuesto las consecuencias de nuestras decisiones, pero actuamos fundamentalmente en base a nuestros principios”, manifestó.

Patiño, sin embargo, reclamó reciprocidad del gobierno de Washington, al que recordó se le ha solicitado la extradición de banqueros ecuatorianos prófugos de la justicia, a los que Estados Unidos en “función de su soberanía” no los ha regresado a Ecuador.

El analista internacional Francisco Rocha comentó a dpa que ahora habría que determinar si es política del actual gobierno “recibir a todo aquel que se enfrente a los Estados Unidos”, lo que consideró que incorrecto.

Para Rocha, ahora Ecuador debe adoptar sus decisiones, “en el marco jurídico que tiene a nivel internacional e interno” para que no queden sus decisiones como “una utilización propagandística” frente a temas como la reciente expedición de la Ley de Comunicación.

El catedrático de la Universidad Andina Michael Levi cree que para dar asilo a Snowden Ecuador debe considerar tanto el factor de los límites a exponer secretos de los estados “que pueden traer problemas con otros estados” y el factor de que “no se puede permitir que un estado espíe a sus ciudadanos”. Ambos factores hacen “complicada” la decisión diplomática, dijo.

Dar asilo a Snowden, dijo Levi a dpa, es abrir la puerta “a que otras personas acudan a Ecuador” por asilo, aunque no siempre recibirán el mismo trato. Y aconsejó que los gobiernos tomen medidas “para evitar la fuga de información por parte de ciudadanos estratégicos”.

En tanto, Estados Unidos ha evitado hacer una crítica directa contra Ecuador y los pronunciamientos del canciller Patiño, pero según el portavoz de la Casa Banca Jay Carney hay dudas sobre la credibilidad de Ecuador frente a los tópicos de defensa de las libertades. Carney censuró además la contradicción de Snowden entre defender “la transparencia, la libertad de la prensa y la protección de los derechos individuales” frente a la “potencial protección que ha elegido: China, Rusia, Ecuador”.

El asilo a Snowden complicaría las tensas relaciones que viven Ecuador y Estados Unidos y determinaría nuevas posturas que salten de lo diplomático a las áreas comerciales y económicas, que afectarían a las sociedades de los dos países.