Paseo por 5ta Avenida de La Habana

5to Avenida de La Habana.

HAVANA TIMES – A menudo camino por la 5ta Avenida, me queda solo a unas pocas cuadras de donde resido. Tengo que pasar obligatoriamente, si voy a buscar un transporte en la Avenida 31, o si necesito ir al policlínico en la calle 16.

Es sumamente agradable en las mañanas y al atardecer, pues el tráfico de autos es menor. Sus arboledas trasmiten frescor y nos llenan de energía, por eso la gente escoge hacer caminatas a través de sus parques, van en pareja, solos, o en grupo; también llevan a sus perros; incluso una vez vi un señor con su gato, que lucía muy cómico con su arreo.

Esta avenida es larguísima, comienza después que pasamos el túnel (que comunica Calzada y Miramar), y llega hasta el Río Santa Ana.

Su nombre anterior fue Avenida de las Américas, como la fuente que aún se conserva. Luego está La Casa de las Tejas Verdes.

Se destaca la Torre del Reloj, diseñada por John H. Duncan. Sus campanadas son alegóricas al Big Ben de Londres. Igualmente, este artista fue el artífice de la Fuente de las Américas, con sus sensuales efigies de mujeres.

Mientras la cruzamos, vamos observando las residencias de la gente adinerada de antaño, que luego fueron transformadas en embajadas, casi todas, también en instituciones estatales.

La arquitectura de estas casonas tiene influencias del renacimiento italiano y francés, abundan los arcos y columnas. Asimismo muchos de sus dueños apostaron por el estilo romano y medieval.

Hay varias iglesias, la de Santa Rita, en 5ta y 24; el Santuario de San Antonio de Padua, en la intercepción de 60, y la Iglesia de Jesús, en 5ta y 80. Esta última, de las más fastuosas.

Pensar que en las primeras décadas del siglo XX, Miramar fue un potrero para ganado, no me cabe en la cabeza, es una suerte que fuera urbanizada para los ricos y quedara como la joya que es. Es una lástima que nuestro barrio no se cuide y se regenere, con tantos espacios olvidados. Precisamente en la 5ta Avenida, ahora faltan bancos, unos han sido destruidos, otros se los han robado.

Me resultan interesantes dos moradas, la primera, es una que convirtieron en una ciudadela, ocupada por familias pobres, la cual ha sido innovada (para mal), según las necesidades de sus ocupantes, convirtiéndola en un engendro para la vista. La otra, se encuentra abandonada por años, me imagino el nivel de humedad y suciedad que haya en su interior, aunque la estructura exterior, por su sólida construcción sigue en pie, desafiando el clima y el tiempo.

Entre cada parque, han colocado enormes esculturas de hierro, que pertenecen al artista plástico cubano Alexis Leiva (Kcho). Confieso lo que me desagradan estas obras de gran formato, a las que nombró Manifiesto. Las siento fuera de contexto, más bien parecen como caídas de algún planeta, y no tienen nada en común con el paisaje en derredor. Botes y hélices se calientan al sol, hieren nuestros ojos por su tosca fealdad.

Cuando ando de noche por la 5ta Avenida, acuden memorias de cuando empecé a residir en este reparto de Playa. Había un joven que me esperaba por las mañanas. Día tras día, lo veía sentado en un banco, aunque no se atrevía a abordarme. Hasta que un día lo hizo. En las noches recorríamos este bellísimo paseo, para conversar y besarnos.

Vea más galerías de fotos aquí en Havana Times.