El Cabo de San Antonio

Es el extremo oeste del archipiélago cubano. Pinar del Río, península de Guanahacabibes. Donde los cubanos pueden ver los últimos rayos de sol.

Donde apenas viven personas porque la naturaleza se resiste a ser domada.

La mayor parte de la península pertenece a un Parque Natural no exento de depredadores humanos que se las ingenian para llegar a un lugar donde recién comienza a construirse una pequeña carretera.

Quienes habitan en el cabo se dedican a hacer carbón, a la cría de animales, a cuidar los tesoros naturales. Poco les importa las plagas de mosquitos, jejenes. Lo más importante para ellos es permanecer en ese contacto íntimo con el monte y el mar, con esos atardeceres inolvidables y esas noches repletas de estrellas, el canto de los pájaros y el zumbar de las abejas.

Símbolo del Cabo es el faro Roncalli. Y casi todos los que visitan la zona se acercan a la casa de Tito, el ermitaño que es amable con todos, pero se deja ver poco, sobre todo cuando sale en busca de un puerco jíbaro.

El Cabo de San Antonio es, sin dudas, uno de los sitios más llamativos y menos conocidos de Cuba.

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