La empresa estatal cubana ante la coyuntura Díaz-Canel

Foto: Greg Mac Dougall

Por Vicente Morín Aguado

HAVANA TIMES – Conversar con Emilio Morales es un privilegio. Pocos economistas conjugan capacidad profesional, experiencia empresarial al más alto nivel dentro del país y libertad de expresión. Varias horas de explicaciones retan la tijera periodística, viene en nuestra ayuda la elocuencia del entrevistado: “El modelo económico cubano opera como una economía medieval en pleno siglo XXI”.

Suelta la frase y sin dejarme preguntar sigue: “Ellos van al desastre en cualquiera de los escenarios posibles, es el sistema que sencillamente no funciona”. Interrumpo, entonces pregunto: sistema es un concepto abstracto, el presidente Díaz-Canel ha reiterado que “El eslabón esencial y actor más importante del modelo económico cubano está en la empresa estatal socialista.” ¿Está maldecida esa entidad económica? ¿Por qué no es eficiente?

EM: La empresa basa su desarrollo en un concepto de capitalismo monopolista de estado. Todas las cadenas minoristas estatales venden los mismos productos a igual precio. La publicidad está limitada solo al punto de venta, por tanto, los canales de comunicación con los clientes están muy limitados. Venda más o menos productos el trabajador va a percibir el mismo salario, se incentiva el robo en los almacenes y la adulteración de precios, se estimula el movimiento comercial hacia el mercado informal. La propia fuerza laboral se convierte, entonces, en una amenaza y un riesgo para la propia empresa.

HT: Un mal crónico del sistema empresarial cubano es la cadena de impagos, deudas interempresas, asunto debatido en el Parlamento cubano sin solución efectiva. ¿Cuál es la explicación de esta manifestación inequívoca de la ineficiencia económica?

EM: El Estado dispone de los recursos financieros que las ventas de esas cadenas minoristas generan, por lo que en muchas ocasiones ese capital no se reinvierte en la mecánica de comercio de la propia entidad, sino que el Estado puede usar esos fondos con otros propósitos.

HT: ¿Cuáles son las consecuencias?

EM: Esa no disponibilidad de sus propios recursos trae como consecuencia atrasar los pagos a los proveedores de mercancías, lo cual daña la confianza con los proveedores y detiene el abastecimiento de productos. En muchas ocasiones genera escasez injustificada en las tiendas, falta de liquidez, y una insatisfacción creciente de los clientes, quienes buscan solucionar sus necesidades en el mercado informal.

Foto: Greg Mac Dougall

HT: De su larga experiencia en la dirección de entidades como la corporación Cimex, la mayor empresa cubana, Tecnoazúcar, Habanos S.A, Servimed y Cubacel, entre otras, ¿Recuerda un ejemplo notorio de la inapropiada intervención estatal en las empresas?

EM: Sucedió cuando Fidel Castro decidió distribuir televisores chinos por todo el país. Recuerdo que a la empresa Tecnoazúcar la dejaron sin un centavo. Sus cuentas en divisas se congelaron para pagar los televisores chinos. La empresa no pudo, entonces, pagarles a los proveedores de botellas y etiquetas, necesarias para envasar los rones de la marca Mulata y Bucanero, así como el aguardiente de la marca Santero. Esa situación duró alrededor de tres años.

Al final los ATEC Panda nadie los quería, casi 1 millón de equipos fueron a parar a escuelas, hospitales y centros de trabajo, pues no tenían salida comercial en las tiendas. La Corporación Cimex sufrió fuertes pérdidas en la venta de televisores, pues el dictador congeló por un tiempo la importación de otras marcas para obligar a comprar la baratija china. A los seis meses tuvo que descongelar las importaciones, porque la venta en el mercado minorista dolarizado estaba totalmente detenida.

HT: Semejante panorama no se ha modificado, sin embargo, el nuevo Gobierno puesto a dedo por Raúl Castro decretó recientemente aumentar salarios y fijar precios obligatorios a los alimentos. ¿Es sostenible esa combinación de decisiones?

EM: La agudización de la incapacidad productiva interna, dada la ineficiencia de las empresas estatales, regidas por una economía centralizada y desenfocada totalmente de las leyes que rigen la oferta y la demanda, creando un sistema económico totalmente incompatible con la economía internacional, estas dos irracionales medidas acelerarán el estallido de una crisis inflacionaria a gran escala en el país.

HT: ¿Puede explicarnos mejor?

EM: De hecho, aumentará el uso del dólar como moneda de pago, pues es la moneda usada por los viajeros que introducen mercancías compradas fuera del país, y con la cual los cubanos se sienten más protegidos financieramente. Ambas medidas provocarán un exceso de liquidez en pesos cubanos (CUP). Eso aumentará la tasa de cambio con respecto al dólar en el mercado informal y se dispararán los precios en dicho mercado.

Foto: Greag MacDougall

HT: ¿Cómo afectará a los trabajadores por cuenta propia, que superan el medio millón, convertidos en el sector más productivo del país?

EM:  El tope de precios ya comenzó su efecto destructor de bola de nieve, tanto productores porcinos, como emprendedores dueños de cafeterías y taxis han tenido que abandonar sus negocios, pues los costos superan su gestión de ventas. Ese es el mágico efecto que ya comienza a hacer visible lo irracional y destructor de la impopular y descabellada medida. Están dándole el tiro de gracia a los emprendedores en Cuba.

HT: El espacio termina, la conversación incluye temas tan importantes como la inversión extranjera, la circulación monetaria y la industria azucarera. Emilio Morales se despide con un desmentido a la pretensión de presentarnos un desastre económico en calidad de situación coyuntural:

EM: Van más por ajustar una economía de guerra – con 60 años de experimento–, que por un cambio que implique liberar las fuerzas productivas, abriendo las puertas del desarrollo y la inversión extranjera.

Vicente Morín Aguado: [email protected]

 

2 thoughts on “La empresa estatal cubana ante la coyuntura Díaz-Canel

  • Muy buen trabajo y muy fácil de entender la explicación, es cierto, se dirige el país a capricho y el no querer reconocer, la incapacidad económica que error, en los años ochenta escuche a un económico decir nadie puede decir que la zafra azucarera no era rentable, desde entonces e visto un despilfarro de capital que no le cuesta a nadie, bueno si al pueblo trabajador

  • Vale la calificación del entrevistado y la agudeza del entrevistador. excelentes opiniones por lo fiel a nuestra realidad. necesitamos más de estos análisis cualificados. la sentencia final fue magistral> economía de guerra> de subsistencia no de desarrollo. lo que quieren es sobrevivir como déspotas no permitirnos la prospperiodad por que ella amenaza sus privilegios. ellos saben bien cómo resolver el estancamiento económico, pero no lo hacen porque los amenaza, es la verdad.

Comentarios cerrados.