Cantando con Moncada y Pavaroti
By Helson Hernandez
HAVANA TIMES, 8 feb. —Augusto Enriquez, quien fuera la voz líder durante muchos años de la popular agrupación cubana Moncada, actualmente ha logrado un trabajo lleno de éxitos junto a su Mambo Band y resulto ser el único intérprete cubano invitado a cantar junto al gran tenor italiano Luciano Pavarotti en sus memorables conciertos benéficos.
HT: Cuál es su impresión de “Ecléctico.” la última producción discográfica que ha hecho hasta el momento, en comparación a otros trabajos que ya posee como cantante.
Augusto Enriquez: Bueno yo creo que esta es una producción un poco atrevida. Siempre tuvimos la disyuntiva de que nombre le pondríamos, pero finalmente decidí nombrarlo así porque es eso precisamente, un disco Ecléctico. No se casa con ninguna filosofía, usa de todas la mejor. Tiene como centro la música cubana, usa a discreción el Latin Jazz o el rock, la timba, uno de los géneros de la música cubana con cita a clásicos incluso. Es un disco muy simpático, una especie de divertimento…, por el hecho de ser un disco de fácil escucha, tiene como objetivo hacer divertir a las personas, no es para nada abigarrado. Reírse un poco con ironías musicales que están dentro de los temas. Al mismo tiempo es un disco muy serio, de un nivel musical muy alto.
HT: Intervinieron otros destacados músicos cubanos que apoyaron el resultado del disco “Ecléctico.”
AE: Claro no lo hice yo solo, aunque yo canté, este es un trabajo compartido con el maestro Pucho López quien hizo una labor maravillosa en la concepción general, los arreglos. Yo solo le expliqué lo que quería hacer al maestro y le di mi concepto general del proyecto. Aunque confieso, esto no era inicialmente un proyecto de disco. A mi me contacta un amigo llamado Pino Danielli, cantautor italiano, para hacer un concierto en un estadio de Isquia, una isla cerca de Nápoles, pero esta vez no con mi Jazz Band sino un formato pequeño, máximo un quinteto.
Entonces es cuando recurro al ya mencionado gran músico Pucho López y él me pregunta como yo quería que sonara ese piquete, y le respondo: “Como crees que sonara Yellow Jacket si fuera cubano, con saxofón y guitarra?. Enseguida me dice el maestro: “Augusto ya me diste la idea, dime los temas que te interesa cantar.” Al final ese concierto no se dio nunca porque las cosas cuando no van a pasar no pasan, y como los arreglos estaban demasiado buenos, no pude dejar pasar esa oportunidad y se lo propuse a la dirección del sello Colibrí quienes se interesaron rápidamente en la propuesta y ya estaba grabando un disco que no era mas que el repertorio para un supuesto concierto.
HT: No has podido desprender aun del recuerdo de Moncada, reconocida agrupación de nuestra música cubana con la cuál se diste a conocer como cantante?
AE: Si realmente nunca me lo he podido quitar de arriba (ríe). Voy caminando por la calle y aun me encuentro con personas que después de 18 años de haber dejado esta agrupación me dicen: “Dime Moncada.” Pero no importa, yo me lo llevo siempre en mi corazón como una etapa bien importante.
HT: Lógicamente, un intérprete con los registros y posibilidades que usted tiene, en algún momento sentiría la necesidad de emprender una carrera en solitario para poder explotar mas ese magnífico potencial y responder mayormente a sus intereses artísticos.
AE: Lo que sucede es que la vida se acaba muy rápido, y eso no es un secreto, sobre todo cuando se convierte en una necesidad para ti el hacer muchas cosas. Yo soy una persona muy curiosa en el sentido de que siempre estoy pendiente a lo que me queda por hacer, cuando algo me resulta interesante. Hay un viejo dicho, que no sé de donde proviene, y me perdonan esa laguna de incultura: “La curiosidad mata al gato.” En realidad yo soy un gato muerto siempre (ríe). Teniendo en cuenta estas características de mi persona y sumándole que la vida es corta, llegó un momento en el cuál, en la flor del éxito mío dentro de la ya mencionada maravillosa agrupación Moncada, en que decidí que un día tenía que hacer mi propio camino.
Era una época en la que yo no sabía de ese potencial que usted me elogia, y que me da orgullo realmente escucharlo, me halagas y me llenas de cariño, pero no sabía si tenía esa buena voz. Esa decisión fue como un salto al vacío. Lo hice por una necesidad, pues no podía esperar un momento más sin acometer lo que siempre soñé, y que dentro del grupo estaba limitado, no porque me limitaran, sino porque Moncada tenía una línea con la que había que cumplir, entonces yo deseaba cantar otras cosas.
Eso les pasa a muchos cantantes de grupos, que intentan hacer carrera en solitario, algunos fracasan, otros triunfan. Yo particularmente me siento privilegiando, creo que he tenido la posibilidad de saborear el éxito dentro de un colectivo que me llevó a la cima, no quisiera parecer pedante al decirlo, pero yo estaba muy bien, fueron conciertos para más de cinco mil personas, y todo eso lo logro Moncada conmigo cantando. Hubiese podido quedarme allí toda la vida, pero sabemos que eso no es verdad, porque toda la vida no durarían las 5 mil personas. Las fuentes son agotables.
HT: Cuéntenos, cómo se dio la posibilidad de cantar junto a un personaje tan importante de la música lírica, Luciano Pavarotti, además con tantas reconocidas figuras que han estado acompañándole en sus mundiales conciertos “Pavarotti and friends”?
AE: Es una pregunta fácil y difícil de contestar. El primer disco de la trilogía de la Jazz Band lo hice con la RCA Víctor, y este sello le presentaba a Pavarotti todos los años la producción más vendida, y yo increíblemente sin esperarlo me había colado en la producción de mas ventas en el verano anterior. Se vendieron no sé que cantidad de miles de copias. Cuando Luciano oyó el trabajo dijo: “Quiero eso.” Incluso la disquera le expuso que era cierto el éxito de ventas pero aun yo no era muy conocido, en Italia era solo escuchado por un circuito muy alternativo.
El maestro dejó claro que no le importaba eso de muy o poco conocido en los intereses de su evento, o sea los grandes conciertos que todos conocemos. Y así fue, parece fácil pero la obra de la casualidad, que la RCA lo vendiera de esa manera y que llegara a las manos de Pavarotti, todo eso fue un ciclo de casualidades que parten de una idea o que de pronto él, entre sabe dios cuantos discos tenía allí, escogiera el mío para oírlo, y que le gustara por supuesto. Pues nada, me llamaron y se materializo. Todo lo demás fue después más fácil que ir a cantar a cualquier provincia de Cuba con una figura local del lugar (ríe).
HT: Y quién eligió el tema Guitarra Romana, para que fuera la obra que finalmente asumiera junto a Pavarotti?
AE: Eso lo determino el propio Luciano Pavarotti. Él quería hacer algo “cubanoide.” aprovechando la orquesta, las percusiones… Pero como gran cantante lírico que era no tenía ese dominio o conocimiento de la clave cubana, es muy difícil que cantantes o músicos de otros países la puedan tener, y mucho menos un intérprete lírico como él. En otras palabras, sincopar al modo cubano es realmente muy difícil para un cantante lírico italiano.
Luciano me comenta: “yo no me puedo meter en ninguna de las músicas que tú hiciste en ese disco porque me voy a embarcar.” así mismo con estas palabras dando una muestra de humildad enorme. Entones ahí yo le pregunto que cuál era su proposición y sugiere Guitarra Romana para tratar de cubanizarla un poco. Trajimos para Cuba esa pieza, Demetrio Muñiz le hizo el arreglo, o sea el arreglo para Jazz Band y Orquesta Sinfónica, un trabajo precioso por cierto.
Mostramos el resultado completo y ellos estuvieron de acuerdo. Con todo y eso, Pavarotti tenía un maestro o director para ir marcándole el tiempo, eso nunca se vio en el espectáculo pero fue así. Te cuento esto porque muchas veces nosotros subestimamos nuestra música cubana, sin embargo es difícil y muy rica. Gentes tan grandes como ese artista y tan generoso, porque para mí fue uno de los mejores seres humanos que conocí en mi vida, reconocen no entender la síncopa cubana, fíjate que él se busca una persona que le está marcando todo el tiempo desde abajo para no perder el ritmo.
HT: Imagino lo que representa para usted esta experiencia, por el hecho ser el único artista cubano que pudo cantar junto al gran tenor italiano Luciano Pavarotti en sus conciertos benéficos.
AE: Fue una experiencia preciosa que siempre llevo en el corazón, en mi mente, en mi recuerdo. Sí, el pueblo al que pertenezco, la gente que me para por la calle, mis coterráneos que me preguntan esto mismo… yo me detengo y reflexiono: “no sé si eso servirá para algo, si eso quedará en la historia.” No es de mi interés averiguarlo, eso tiene que ser del interés de la sociedad porque definir qué cosa es patrimonio, depende de los intelectuales, de los que piensan en lo que debe o no constituirlo. Pero para mí si lo es y para mi familia también. Yo siempre he dicho que cualquiera de nuestros cantantes pudo haber estado allí, incluso te digo que hay artistas cubanos que se lo merecían mucho más que yo y que tienen más condiciones que yo para poderlo hacer. No es una cuestión de falsa modestia es lo que creo realmente, pero a mí me tocó y lo hice con dignidad. Eso es suficiente.
HT: Todavía se acuerda de cómo proceder en algún asunto relacionado con la Medicina o con la Gineceo -Obstetricia, para ser más específicos?
AE: Bueno yo me he convertido en un “remitiólogo” que viene siendo una especialidad de la gente que pierde la práctica (risas). O sea, llega alguna persona solicitando mi ayuda, y yo le digo que ese dolor pudiera ser catarro, diabetes, en fin, entonces le mando a ver a cualquier doctor amigo de mis años de carrera de medicina. Esa es la especialidad de la que te hablada, “remitiología.” yo lo que hago es remitir.
Pero sí me acuerdo aun de muchas cosas, todavía la estudio como hobby aunque no lo crean, un poco para matar el enano de la nostalgia que siempre me ha quedado de ejercer mi carrera. Yo hice toda esa vía crucis que es estudiar la Medicina, mi primera carrera profesional, porque sinceramente me apasionaba. Yo me considero un Médico. Soy artista a la carrera no de carrera (ríe). Puedes llegar a desarrollar una cierta cantidad de habilidades en dependencia de lo despierto que seas, de lo curioso que seas, y de lo coherente que logres ser, y es lo que me ha pasado. Pero esa no es mi carrera, yo soy médico.
HT: Y qué propició entonces dejar su carrera que se decidiera por la aventura de la música?
AE: Fue circunstancial, imagínate en ese momento me dicen ve a cantar a Moncada, una agrupación tan popular en aquella época y que yo tanto admiraba… me dije entonces voy para allá y hago las dos cosas, hasta que la vida me demostró que 20 mil o 30 mil personas en la escalinata de la universidad de espectadores mirándote, por cierto la mitad se iban a consultar conmigo al otro día, no era compatible con la medicina.
En la música ya se hacía necesario dedicar mucho tiempo a aprender. Para enfrentarme a ese público tenía que crearme herramientas que yo no las tenía porque me faltaba formación escolástica en la música. Debía dedicarle tiempo al estudio de cómo convertirme en comunicador, porque una cosa es que tengas carisma y otra que sepas llegar o comunicar a la gente. Para eso hacen falta ciertas reglas.
Entonces tuve que aprenderlo corriendo se puede decir, más que a cantar a comunicarme con ese público. Eso me llevaba un tiempo inmenso además de la cantidad de conciertos que aparecían, cuando no estaba en el oriente de la isla me encontraba en Europa. Teniendo en cuenta todo esto, cómo poder llevar una profesión como la medicina y mi trabajo de cantante a la vez? Definitivamente por eso te decía que eran incompatibles y hubo que decidir.
HT: Ahora mismo está enfrascado en un proyecto muy interesante con la obra de Silvio Rodríguez, si pudiera darnos algunos adelantos?
AE: Yo creo que sin lugar a dudas Silvio Rodríguez es el compositor más importante que ha tenido Cuba en muchísimo tiempo. Particularmente a mi generación los textos y las canciones de Silvio nos hicieron cambiar nuestras vidas y nos hicieron pensar de otra manera. Para mí ha sido un maestro. Es la persona por la cual yo tengo hoy una guitarra en la mano, sus canciones me motivaron a agarrar el instrumento por primera vez, por lo cual lo considero un maestro sino espiritual, circunstancial pudiera ser también.
Entonces llevaba mucho tiempo pensando qué podía hacer con su obra y se me ocurrió, conjuntamente con Abel Acosta el Presidente del Instituto Cubano de la Música, que es un “silviofilo” también, crear este proyecto de hacer la trilogía. El trabajo va muy bien, ya tenemos terminados el equivalente a dos discos, nos queda uno por hacer. Llevamos un año y tres meses en ello. Será algo bastante grande, un trabajo que se las trae, la trilogía contendrá en su totalidad 36 canciones.
HT: Y cuando reaparecerá ante el público cubano Augusto Enriquez?
AE: Yo tengo planeado una Gira Nacional por toda Cuba pero aun no he decidido la fecha exacta, sí estoy seguro que la haré este año. No estaré con la banda, será algo más personal, Augusto con la Guitarra y un video: “Augusto canta su historia.” Son videos sincronizados con la música donde podré cantar con Pavarotti por ejemplo, es decir varias atracciones, como una especie de soliloquio interactivo con el público, un espectáculo pensado para grandes Teatros. Lo que puedo decirles a modo de conclusiones es que yo siempre estaré.