Análisis: la OEA, Nicaragua y las elecciones de Bolivia

La 50 Asamblea General de la OEA se realiza de forma virtual por la pandemia de la covid-19. Foto: Juan Manuel Herrera/OAS

Daniel Zovatto advierte: “Lo internacional siempre ayuda, pero no reemplaza ni sustituye lo que uno debe hacer desde dentro”

Por Ivette Munguía  (Confidencial)

HAVANA TIMES – El politólogo y jurista de origen argentino, Daniel Zovatto, está convencido de que la solución a la crisis política que viven países bajo regímenes autoritarios, como Nicaragua y Venezuela, depende de la “unidad de la oposición, de la coherencia y la consistencia para seguir presionando al régimen” y no de “lo que pueda hacer” la comunidad internacional.

A juicio de Zovatto, quien es especialista en temas de democracia, elecciones y gobernabilidad, “hay que ser muy realistas” sobre el aporte que se espera de los organismos internacionales, incluso regionales como la Organización de Estados Americanos (OEA), para buscar salidas democráticas. La experiencia ha demostrado, subraya, que “lo internacional siempre ayuda, pero no reemplaza ni sustituye lo que uno debe hacer desde dentro”.

Estima que las gestiones que ha realizado el secretario general de la OEA, Luis Almagro, para ayudar a los países que están en crisis, con regímenes autoritarios, a buscar una salida democrática “ha fracasado”. En el caso de Nicaragua “ha habido múltiples intentos”, pero “no se han logrado resultados importantes”, valoró Zovatto durante una entrevista en el programa Esta Noche, que se transmite en línea debido a la censura televisiva impuesta por el Gobierno de Daniel Ortega en enero de 2019.

Venezuela es otro ejemplo

Otros casos similares son el de Venezuela, donde la OEA “no ha logrado generar un espacio de diálogo porque no tiene la confianza de ambas partes” y el de Honduras, luego de la reelección presidencial de Juan Orlando Hernández cuando el propio secretario general Almagro dijo que “había que repetir (las elecciones), no se repitió, y ahí tenemos a Hernández”, recordó el politólogo.

Para Zovatto el problema es que hay regímenes que saben que, si participan en elecciones justas y con un organismo electoral independiente, “lo más probable es que pierdan esa elección”. Entonces, se “atrincheran dentro de su propio país y las Fuerzas Armadas los respaldan o se lavan las manos”. En esas condiciones todo lo que se ha realizado a nivel internacional “ha demostrado ser ineficiente”, apuntó.

En el contexto actual de Nicaragua “lo único que queda es seguir presionando fuertemente desde dentro” para forzar a una negociación. Solamente así los organismos internacionales, regionales, y el grupo de países amigos “puede hacer un aporte para facilitar una solución”.

El espejo boliviano

Zovatto también consideró que el proceso electoral en Bolivia es “un ejemplo muy importante que hay que monitorear para el caso de Nicaragua”, ya que a pesar de la crisis política de ese país “se generaron los espacios” y el proceso estuvo acompañado por la Unión Europea, la Iglesia católica y las Naciones Unidas, “incluso cuando el proceso se descarrilaba, lo volvieron a encarrilar”, dijo.

La diferencia, sin embargo, entre el Gobierno de transición en Bolivia y el régimen autoritario en Nicaragua, señala Zovatto, “es muy grande”, por lo que “la estrategia para enfrentarlo también tiene que ser diferente”. Sin embargo, “hay condiciones básicas” que se tienen que generar “desde dentro”, pero este proceso “no es rápido”.

Aunque las elecciones en Bolivia concluyeron con una derrota para la oposición demostraron que la salida electoral, basada en el diálogo, en reglas electorales justas, en un organismo electoral independiente, es  “el mejor camino para buscar lograr normalizar las situaciones de países  en crisis”, explicó Zovatto.

A juicio del politólogo, el papel fundamental en la búsqueda de una solución a la crisis política que vive el país, corresponde a una oposición “unida y consistente”. La comunidad internacional únicamente “puede acompañar, crear espacios de diálogo, generar puentes en momentos de crisis y generar incentivos”, enfatizó.

En el plano internacional, la crisis política de Nicaragua se ha visto eclipsada por la crisis en Venezuela, valoró el politólogo. “Se habla mucho de Venezuela y poco de Nicaragua, y cuando vemos los sufrimientos, las violaciones a los derechos humanos, los asesinatos que ha habido en Nicaragua, son igualmente de graves”, subrayó. Se necesita “un esfuerzo adicional” para tener mayor visibilidad dentro y fuera de la región.

Lo que falló en Bolivia para la oposición

La derrota electoral de la oposición en Bolivia también dejó en evidencia su error, ya que estos creyeron que sacado a Evo Morales de Bolivia habían acabado con el Movimiento al Socialismo (MAS), y no es así. “El MAS es, valga la redundancia, mucho más que Evo, y eso quedó demostrado en la elección”, valoró el politólogo.

El MAS se apoya en un piso del 30% del electorado boliviano; sin embargo, existe un 23% de los votantes que los encuestadores consideraban “indeciso”, pero que realmente se trataban de “votos ocultos”, que terminaron favoreciendo al MAS.

De igual forma, el Gobierno interino de la presidenta, Jeanine Áñez, quien asumió el año pasado después de la anulación de las elecciones y la salida forzada de Morales, tenía el único objetivo de organizar unas elecciones, pero en el proceso cometió “todos los errores que tú te puedas imaginar que alguien puede cometer”, señaló Zovatto. Esto terminó restándole votos a su propio partido.

La presidencia interina Áñez “se confundió, terminó ella proponiéndose como candidata, después tuvo que retirarse”, indicó el politólogo. En el Gobierno interino también hubo “un pésimo manejo de la economía, un pésimo manejo de pandemia, escándalos de corrupción que afectaron a gente muy cercana a ella”, continuó.

Además, la oposición boliviana manejó “un discurso muy racista, un discurso muy revanchista, un discurso que realmente no le ayudó en nada a conquistar al sector que se había ido de Evo y que ellos pudieron haber atraído”, dijo Zovatto. Ese discurso “racista” y “violento”, terminó ahuyentándoles los votos.

En el otro extremo, la fórmula ganadora es “una buena combinación”, valora el politólogo. A Luis Arce se le conoce por ser un tecnócrata, economista de izquierda, con una personalidad tranquila, padre del “milagro económico boliviano”. Mientras que David Choquehuanca, es un líder indígena y excanciller, quien ayudó a Evo Morales a recuperar la conexión que había perdido con el sector indígena.

El voto en pandemia

Adicionalmente, Zovatto destacó que la pandemia del coronavirus se ha convertido en un factor importante en los procesos electorales, este contexto “te puede ayudar a ganar elecciones”, como ocurrió en las elecciones municipales en Uruguay o “te puede generar un voto pandemia totalmente negativo”, como sucedió en el caso de Bolivia.

A juicio de Zovatto lo que ocurrió en Bolivia es “un milagro institucional”, debido a que el país está muy polarizado y a pesar de ello tuvo un proceso electoral “en paz y con un alto nivel de participación”.

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