Por Javier Herrera

HAVANA TIMES – Cuba, la mayor isla de Las Antillas y la número 17 en el mundo por su tamaño se hunde, pero no por el cambio climático.  El nivel del mar no ha aumentado. La línea costera no se ha hundido.  Cuba se hunde y es culpa de décadas de desidia, décadas de abandono.

Luego de que los meses de abril y mayo hayan resultado inusitadamente secos, el mes de junio parece haber acumulado todas las aguas que faltaban por caer. Más de 20 días lloviendo con intensidad entre moderada y fuerte han colapsado los sistemas de drenaje pluvial provocando inundaciones en zonas bajas en casi todo el occidente pero más específicamente en La Habana.

El alcantarillado de La Habana ha sido heredado de la república, construido hace más de seis décadas.  Cuando se construyeron los drenajes de la ciudad la población no alcanzaba ni la mitad de pobladores que malviven en ella hoy. A la antigüedad de los drenajes hay que sumar las mismas décadas sin el mantenimiento adecuado y sin crear nuevas vías de evacuar las aguas.

La ciudad está cruzada por múltiples ríos y manantiales. Esos ríos y manantiales están colapsados por la basura lanzada durante las mismas décadas por los propios vecinos y diversas industrias que colindan.  Rios que jamás han sido dragados en los últimos 65 años, con la consiguiente pérdida de pendiente, caudal y capacidad para evacuar las aguas que llegan a él. 

Las fuertes precipitaciones que comenzaron en horas del mediodía del día 22 de junio, después de casi 20 días lloviendo a diario, se extendieron hasta la madrugada y dieron como resultado un acumulado de 56 milímetros de lluvia caída en solo en tres horas entre las 2 y las 5 de la tarde, medidos en la estación meteorológica ubicada en la localidad de Casablanca. 

El Instituto Nacional de Meteorología (INSMET) explicó que actualmente se observa un amplio centro de bajas presiones localizado sobre el suroeste del Golfo de México el cual está generando una gran área de lluvias desorganizadas y tormentas eléctricas. Por esta misma razón el INSMET advierte sobre la ocurrencia de numerosos chubascos, lluvias y tormentas eléctricas en gran parte del país, durante los próximos días y que pueden llegar a ser fuertes en algunas localidades.

Algunos de los lugares más afectados han sido las zonas bajas de vedado. En estos días hemos podido ver el agua llegar hasta la calle 11 (seis cuadras adentro), con múltiples afectaciones en los inmuebles de la zona, entre los que destaca el histórico Hotel Presidente en la calle Calzada (7ma), que vio sus instalaciones anegadas. 

Dentro de los municipios más afectados destacan Habana Vieja, Centro Habana, Cerro, El Vedado, 10 de Octubre, Arrollo Naranjo, San Miguel del Padrón, Guanabacoa, Playa y Marianao.  Diez de los 16 municipios que conforman La Habana han sido fuertemente afectados anegándose las calles e incluso entrando el agua a las viviendas de las plantas inferiores. 

Pero no solo las inundaciones mantienen en tensión constante a los habaneros. Con las lluvias salen a la luz las vulnerabilidades de un parque habitacional que consta de 185.348 inmuebles en mal estado, de los que 83.878 necesitan una reparación parcial y 46.158 requieren una reforma capital, según datos oficiales que siempre pueden ponerse en dudas, además de necesitarse 43.854 hogares para damnificados por derrumbes previos -que residen en albergues estatales-, así como otras 11.458 casas por el aumento de la población en la ciudad.

En las últimas 48 horas se han reportado en las redes sociales más de 40 derrumbes parciales y totales aunque el régimen de la Habana solo reconoce cuatro en la ultima semana oficialmente y aunque reconoce varios heridos, no da cuenta de pérdidas humanas.

Dentro de las redes sociales destaca la pérdida de una vida, durante un derrumbe en el municipio Cerro, así como un par de decenas de lesionados y heridos, cifras no mostradas por las estadísticas oficiales. Mientras la población capitalina espera con temor la llegada de días soleados, momento en que muchos edificios tienden a colapsar producto de la acumulación de agua en sus muros, cimientos y paredes y la consiguiente expansión térmica provocada por los rayos del sol.

Dado el conocimiento del estado del fondo habitacional y el estado de ríos y drenajes, año tras año se realiza el ejercicio Meteoro, durante el cual se realizan labores de limpieza y mantenimiento a las alcantarillas, calles y azoteas, en vísperas del comienzo de la temporada ciclónica que en esta región se extiende desde el 1ero de junio a finales del mes de octubre.

El ejercicio Meteoro es realizado por el ejército, el cuerpo de bomberos, los organismos de la Defensa Civil, la policía y se convoca de paso a la población mediante las organizaciones adeptas al régimen como son los CDR o la UJC y sindicatos.

Este año, escudándose en la crisis de combustible y otras, las autoridades anunciaron que dichos ejercicios no se realizarían porque ya todos los planes estaban actualizados. Al parecer olvidaron que los planes son solo teorías plasmadas en papel y las ideas sin acción se quedan en nada. Aunque sea real que la falta de combustible cree dificultades era posible acometer acciones con recursos locales y la participación de los mismos habitantes de la localidad como puede ser destupir tragantes y alcantarillas, limpiar las riveras de los ríos, limpiar azoteas y tragantes, poda de árboles que puedan estar molestando las lineas eléctricas, chapea de parterres que terminan vertiendo tierra y desechos a las alcantarillas o recogida masiva de desechos sólidos, escombros,  que suelen acumularse por el ineficiente trabajo de los servicios comunales.

Un mes de lluvias moderadas y tres o cuatro horas de lluvia intensa han evidenciado cómo la isla de Cuba se hunde y no me canso de decir: no es por el cambio climático, es por el abandono sistemático a que se ha visto sometida la nación durante los últimos 65 años.

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