Turismo sobre cabezas muertas

Caridad

Representación de pueblos nativos del amazona.

Me pregunto si, dentro de 30, 50 años, el canal de la National Geographic realizará algún video para fomentar el turismo histórico en Cuba, o Afganistán, o Irak…el listado de países o culturas podría ser extenso.

Una rubita con pantalones cortos, camiseta, y botas de alpinismo, me habla desde la pantalla del televisor. Se supone que este sea una canal un poco más serio que el resto de los que, a veces, logro ver por cable. He leído reportajes en la revista de la National Geographic que me han parecido muy interesantes. Pero esta rubita nos invita a hacer turismo en Oklahoma.

¿Y qué hay en Oklahoma?

Pues el atractivo de este viaje es acercarse a la cultura – diría yo: lo que queda de ella – de los habitantes nativos de norteamérica.

Me llama la atención que escogiera, precisamente, Oklahoma, territorio a donde fueron confinados los restos de las menguadas tribus que dejaron con vida los bravos guerreros de piel blanca, allá por el siglo 19.

La muchacha de botas de alpinista se entera, mientras arma un “moderno tipi,” del significado de esta palabra. Camina por las calurosas praderas hablando sin parar, con la misma cadencia de quien reporta desde una peluquería o una tienda boutique. Incluso muestra cómo preparar una sauna, para la purificación, al modo de los habitantes primeros de Oklahoma. Y para mostrar su respeto cambia sus pantalones cortos por una saya.

Ahí mismo comencé a imaginarme a los ancestros de esta ¿locutora, periodista? colocándose sayas antes de comenzar el ¿combate, la matanza? de los Kiowa, por poner un ejemplo.

Me pregunto qué tendrá que ver el turismo con el conocimiento y respeto hacia una civilización reducida, hace un siglo atrás, por la sociedad que es hoy Estados Unidos de Norteamérica.

¿Acaso sabrán la rubita o el productor del ¿documental? que los Kiowa se reconocían como Kwu-Da , “saliendo fuera,” porque salieron a la tierra, después de reptar dentro de un árbol, a través del agujero donde vivía una lechuza?

Si no hicieron referencias a ninguno de estos detalles, es probable que no les interesara, mucho menos decir que estos guerreros fueron capaces de detener  la construcción del ferrocarril durante 40 años.

Eso no sería alentar el turismo. Al menos no del tipo que les interesa.

Es mejor hacer que la gente vaya en  busca de gangarrias exóticas, rituales que han perdido su esencia o que no la tienen para los neófitos; indios en plan de simpáticos guías que finjan atraso cultural o ser guardianes de diabólicos misterios.

Es mejor invitar al juego, a la ficción de caminar sobre la misma tierra donde, antaño, pastaban los bisontes y corrían lo salvajes indígenas a los que temían tanto como para masacrarlos o dejarles vivos solo bajo la condición de hacerles creer que no tienen derecho a nada, que  son inferiores como cultura o supuesta raza.

Es el mismo modo de tratar a los habitantes de África u otros tantos pueblos del 3er mundo (y digo 3er mundo aunque podría llamarle 5to infierno, pero nunca la hipocresía de “en vías de desarrollo”).

Primero destruir, aniquilar, reducir a cero; luego hacer turismo sobre el polvo de los muertos.

Caridad

Caridad: Si tuviera la oportunidad de escoger cómo sería mi próxima vida, me gustaría ser agua. Si tuviera la oportunidad de eliminar algo de lo peor del mundo borraría el miedo y de todos los sentimientos humanos prefiero la amistad. Nací en el año del primer Congreso del PCC en Cuba, el día en que se celebra el orgullo gay en todo el mundo. Ya no vivo al este de la habana, intento hacerlo en Caracas y continúo defendido mi derecho a hacer lo que quiero y no lo que espera de mí la sociedad.

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One thought on “Turismo sobre cabezas muertas

  • ¿Acaso sabrán la rubita o el productor del ¿documental? que los Kiowa se reconocían como Kwu-Da , “saliendo fuera,” porque salieron a la tierra, después de reptar dentro de un árbol, a través del agujero donde vivía una lechuza?

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