Un llamado a la conciencia

Por Safie M. González

HAVANA TIMES – Dispuesta me fui al mercado, hace algunos días, en busca de verduras con las cuales preparar algo de ensalada. En mi prologada estancia en la cola, llamó de manera especial mi atención un hombre de unos cuarenta años que venía en un bicitaxi, y llevaba consigo algunas jabas (bolsas plásticas) llenas de pozuelos.

Este hombre se detiene muy cera de mí, frente a una casa y toca a la puerta. En escasos minutos, le abrió un señor de unos setenta años, que se apoyaba en un bastón para caminar. El más joven le sonríe y le entrega tres pozuelos con comida. El mayor le agradece, y el otro se despide hasta el otro día, no sin antes dejarle saber el menú del día siguiente, asegurando que estaría ahí poco antes del mediodía.

Realmente me sentí sobrecogida, al poder disfrutar de tal escena; sin embargo, a la mujer delante mío, quien también fuera testigo de lo sucedido, se le humedecieron los ojos y dejó escapar unas palabras: “Si mis padres tuvieran la suerte de que alguien los ayudara así”.

Según me contó la señora, con lágrimas en los ojos, sus padres viven en otra provincia, y ambos son ancianos y están enfermos. Su madre tiene problemas cardiacos y su padre es diabético. Desde casi el primer momento, el Gobierno aseguró proporcionarles ayuda a las personas de la tercera edad. Y en efecto, alguien de Seguridad Social fue a verlos, llevándoles una jaba de viandas y prometiéndoles volver al cabo de los días, pero los días pasaron y nunca más fue alguien a verlos.

Mi compañera de cola me explica que ella no ha podido viajar a provincia por la pandemia, pero les envía dinero a través de un giro y una vecina les hace el favor de cobrárselo, y que, a su vez, cuando puede le hace algunas compras, pero teniendo en cuenta que el número de artículos por persona es limitado, tampoco puede hacer mucho por ellos.

¿Y los trabajadores sociales, nunca más aparecieron?, pregunté a mi compañera. A lo que ella respondió que fueron a informarles que está establecido ayudar a un solo anciano cuando este vive solo. ¿Entonces? ¿Qué pasará con esta pareja de ancianos y con otras tantas que no pueden o no deben salir a la calle para evitar el contagio?

 

Safie M. Gonzalez

Nací en la década del 80. Amo la naturaleza y a los animales, así como a mi país. Admiro el sacrificio de un pueblo. Me considero una persona sencilla y honesta, por lo mismo detesto las injusticias. Gusto de las artes en general, pero en especial de la literatura, la fotografía y el cine. Creo en el poder de la palabra y en la capacidad del ser humano para cambiar el mundo.

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One thought on “Un llamado a la conciencia

  • Es increíble como uno escucha historias en las colas y si son reales, hay personas que están viviendo y lucrando de la situación que tenemos, la ayuda es para los ancianos no importa la cantidad y hay lugares en los que funciona muy bien, este problema lo han explicado en reiteradas ocasiones por la televisión.

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