Por una Cuba con menos violencia

Rosa Martinez

Foto: Caridad

HAVANA TIMES — Cuántas veces han escuchado a alguien llamar animal a otro por su brutalidad o violencia tanto verbal como física. Lo curioso es que decirle animal a una persona violenta no es ofensa alguna, porque en realidad somos animales, pero con la marcada diferencia del raciocinio y el pensamiento.

Cuando vemos en lo que nos hemos convertido algunos hombres y mujeres dudamos si en realidad los perros, leones y osos son más bestias que nosotros mismos.

Generalmente cuando mencionamos el tema de la violencia no referimos al maltrato de padres a hijo, esposo a esposa, o de un familiar a otro, pero olvidamos que también somos víctimas de la violencia en el centro de trabajo, la escuela, la calle.

El maltrato por parte de vendedores estatales en tiendas recaudadoras de divisas o en puntos de venta en moneda nacional; las malas palabras en nuestras calles, centros estudiantiles y hospitales; los empujones en las colas; las riñas frecuentes en fiestas de barrio; los escándalos nocturnos y la música alta en cualquier horario del día y de la noche son algunos de los muchos actos violentos que enfrentamos diariamente.

Las personas han sacado definitivamente de sus vocabularios las frases: con permiso, gracias, por favor, disculpe. Parece que es más fácil empujar, gritar u ofender para lograr lo que se desea de nuestros semejantes.

En los medios guantanameros se habla con frecuencia de las indisciplinas sociales y se ha hecho un llamado especial a la familia como principal educadora de nuestros niños y jóvenes. Se desea formar hombres y mujeres respetuosos, educados, tolerantes, que sepan escuchar, que respeten a sus vecinos, compañeros de aula o de trabajo.

Es una tarea difícil si tenemos en cuenta que en ocasiones los padres son peores que los propios hijos, o que los niños son así porque algunos familiares también lo son, o porque en el vecindario no se puede ser diferente.

Pero nunca es tarde para educar a nuestros hijos, siempre podemos enseñarles las formas mágicas de persuasión, que no son más que la comunicación, las buenas maneras, el buen trato y sobre todo el entendimiento cuando no se está de acuerdo con algo.

Siempre habrá alguna manera para expresar nuestro descontento o insatisfacción con algo o con alguien. Nunca es acertado ni el grito, ni la amenaza, mucho menos el golpe, especialmente porque sabemos que violencia es igual a más violencia.

Cada uno de nosotros puede ser el primero en aportar su granito de arena en lograr una sociedad menos violenta. Yo me sumo a un mundo sin violencia ¿y tú?

3 thoughts on “Por una Cuba con menos violencia

  • Traduccion de google.translate:

    Todos los puntos de verdad y bien hablado, Rosa.

    Hace tres días aquí en Santa Monica, California, un joven que le disparó a su padre y su hermano, a continuación, establecer su casa en llamas. Luego fue a la universidad local y asesinó a 3 personas antes de ser baleado por la policía del campus.

    Este tipo de cosas suceden casi a diario en los EE.UU..

    Así, Rosa, puede ser mucho más violento (y mala educación) en los EE.UU. que en otros países, especialmente el suyo. Saludos.

  • No es lo mismo la ocurrencia de casos puntuales dispersos y localizados de violencia, que una agresividad, maltrato social y grosería constantes, cotidianos y generalizados prácticamente en todo lugar de un país.
    El mundo puede estar lleno de inmundicias, pero eso no justifica que nuestra casa lo esté. El mundo puede estar lleno de inmorales, pero eso no justifica que nosotros lo seamos. Las cosas negativas de los demás no justifican las nuestras. El justificar nuestros defectos a base de exponer y criticar los defectos ajenos es amoral y propio de mediocres y malintencionados. Esa forma de actuar no desmiente la realidad denunciada ni tiene nada de constructivo. No es esa la forma de corregir lo malo, sino una manera de ayudar a mantener el statu quo.
    El que compara su situación con otras peores acabará conformándose con la que tiene y nunca mejorará. La comparción debe hacerse con algo mejor y correcto. Hay que plantearse metas y realzar accionar para lograrlas.

  • Rosa, DISTES EN EL CLAVO. Nadie le da importancia a este tema, sin embargo es FUNDAMENTAL en todas las sociedades. No solo la violencia sino sobre todo la educación formal. Unos de los grandes errores de la revolución fue menospreciar esta ultima. Se decía que la cortesía y los buenos modales era cosas de “burgueses”. Parece ser que en algún momento en el camino alguien se dio cuenta de la metedura de pata y entonces vino aquello del “caballerito revolucionario”. Pero como dice el lamento gitano;- “Tarde llegaste Marqués en volver arrepentido”. Ya era muy tarde y el daño estaba hecho. La educación formal no es solo cuestión de lubricar relaciones sociales. También crea auto control y disciplina interna, tan útil para todo en la vida. Si el ciudadano se comportar civilmente, no hace falta tanta policía ni tanta disciplina externa. Mucho menos tantos cartelones gigantes en las calles gritando DISCIPLINA para laborar o para cualquier cosa.

    Antes de la revolución hubieron grandes pedagogos, (Levy Marrero y otros), ellos eran los que escribían los libros de texto que se impartían en la escuelas tanto publicas como privadas. Uno de ellos, no me acuerdo el nombre ahora, escribía una asignatura que era OBLIGATORIA. Se titulaba, “Educación, Moral y Cívica”. No se cuantas veces les he puesto a mis hijos ejemplos de esa asignatura, muchos de ellos del Quinto Grado escolar. Un ejemplo;- “Mira hijo, tu tienes derecho a poner la radio en tu casa, también tienes derecho a ponerla alto. Pero desde el momento que la pones tan alta que empieza a molestar al vecino, tu derecho termina ahí y empieza el derecho del vecino”. Y ejemplos tan sencillos como ese. Los de moral también era así de sencillos y preciosos.

    No tuviera ningún problema en desempolvar este libro y ponerlo en lugar de la asignatura de “marxismo-leninismo”. Me parece que dada las circunstancias actuales del país es mucho mas necesario, útil e urgente. A lo mejor ni siquiera hay que actualizarlo. Y si los niños tienen “que ser como” alguien; diría que tendrían que ser como Jose Marti, que ademas de ser un gran revolucionario era un hombre educado y de muy buenos modales. Iría mas lejos aun . Estoy de acuerdo en devolverles los colegios religiosos a sus antiguas iglesias católicas y protestantes, aunque hayan por ahí “socialistas” que me acusaran de crear “desigualdades sociales”. Prefiero mil veces mas a un niño con filosofía “idealista” educado y con buenos modales, que a un niño “materialista”, pero chusma.
    En Cuba hay muchas cosas que hay que cambiar, otras se pueden quedar y en otras simplemente hay que “volver al pasado”. El fracaso ha sido TOTAL. En este tema especifico me pueden acusan de “burgués” y de “reaccionario”. La revolución cubana aumento el grado de “escolaridad” de la población, no los critico por eso. Todo lo contrario. Pero “educación”, es otra cosa.

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