Hacerle el juego al enemigo
Rosa Martinez
HAVANA TIMES — De la prensa y los periodistas cubanos se habla muchísimo en las redes sociales. Los propios trabajadores de los medios cubanos han arremetido contra ellos mismos, o contra la prensa, en la que creen no jugar un papel fundamental.
Todos se sienten con facultad de opinar sobre los intelectuales de los medios, mas son ellos los que menos culpa tienen en ese mal llamado secretismo que tanto nos afecta.
Yo misma, más de una vez, he comentado en este mismo sitio sobre los problemas que afectan a nuestra prensa nacional. He hablado especialmente del miedo que ha tenido el Partido y el Gobierno cubano de brindar información al enemigo. Quizás hace 10 años esto funcionaba, pero en el mundo de hoy no.
El enemigo no necesita de nuestros profesionales ni de sus informaciones para enterarse de las noticias más importantes del país, ellos tienen sus propias maneras de conseguirlas.
Lo que sí es un hecho es que si no lo dices tú, lo digo yo. Es decir o nosotros contamos las historias vergonzosas de nuestro país a nuestra manera o alguien más lo hará agregándole cuanto ingrediente desee.
Debemos acabar de aterrizar y dejar que nuestros periodistas se atrevan, se arriesguen a dar cada noticia sin importar si alguien va a juzgar nuestros principales logros, o criticar las privaciones que aun tenemos después de tantos años de revolución.
No importa lo que digan otros, los que importamos somos los cubanos, los de adentro y los de afuera, y nosotros sí sabemos cuáles son nuestros logros y cuáles nuestras deficiencias.
Nuestros directivos de prensa, y otros jefes más arriba, pueden decidir que nuestro pueblo se informe adecuadamente a través de una prensa sagaz e incisiva, o pueden seguir creyendo que informar sobre ciertos temas es hacerle el juego a un enemigo que gracias a facebook, twitter, google, blog personales y llamadas telefónicas infiltradas conoce más de nuestra casa que nosotros mismos.
Ojala te escuchen Rosa, pero falta mucho timb…les . entre los peroidistas
Tanta culpa tiene el que mata la vaca como el que le aguanta la pata.
Los periodistas, los artistas, los intelectuales en general, que prefirieron anteponer la ideología a la propia ética profesional son corresponsables de TODOS los problemas de la Cuba actual.
Quien calla la verdad se va pudriendo por dentro.
Mi padre se tuvo que ir de Cuba por defender la verdad, por defender su ética y sus principios, por no prostituirse a la ideología totalitaria del PCC. Fue valiente y lo pago caro pero cada día puede dormir tranquilo con su conciencia. ¿Cuántos en Cuba pueden dormir tranquilos con su conciencia?
¡Ah! Olvidaba comentar que el apelativo “el enemigo” es ya tan obsoleto como el mismo personaje que lo puso de moda: Fidel Castro. En la actualidad, el único ENEMIGO del pueblo cubano es el mismo pueblo que acepta sumiso ser expropiado de sus derechos.
Si Fidel Castro hubiera utilizado toda su inteligencia y talento en bien comun, hoy Cuba seria uno de los mejores paises del mundo. Sin embargo se dedico a manipularnos y tupirnos con este tipo de argumentos, solamente para encubrir sus errores, caprichos y payasadas, imaginence, alguien tan autosuficiente tenia que aparentar ser infalible.
Lueve sobre lo mojado!!!
En cuántos congresos, entrevistas, simposiums, mesas “redondas”, etc, etc, etc, se ha planteado esto!! Pero todo sigue igual, como si a los que dirigen, no les importa lo que piensen los propios periodistas, demás intelectuales, y el pueblo mismo SIEMPRE están equivocados y sólo los “elegidos” (nunca democráticamente) son los que tienen la razón y además el poder de decisión. Huelga ya hablar sobre todo esto. Esto se trató en los Objetivos de la Conferencia del PCC, nada, se trató en el congreso de la UPEC, nada, en fin nada…
Para qué seguir insistiendo inutilmente jugando a la “democracia”, a que hay sensibilidad por lo que piensa la gente?
LLueve sobre mojado!!!
El único talento que tenía FC era el de hablar horas sin parar. Y la inteligencia, a lo más que le alcanzó, fue a eliminar a toda costa y cualquier medio a los que lo superaban en cerebro y valor.
El problema de todo es que la tiranía usó como maniobra de mordaza, el subterfugio de validar la verdad o no sobre algo, a partir, no de su correspondencia con la realidad, sino en dependencia de quén lo dijera: Así las cosas, lo que dijera FC era la verdad absoluta, aunque la realidad lo contradijera a cada paso; y lo que dijera “el enemigo” (Que no tenía que ser necesariamente EEUU), aunque fuera la verdad más grande, y la realidad lo pregonara a gritos, era, necesariamente falso. Esta es una verdad simple que es el abc de toda censura totalitaria.