Cambios en las economías
Regina Cano
Aumenta un rumor en las calles de La Habana. Se establece el temor a las consecuencias de los últimos acontecimientos (sobre el despido masivo de trabajadores).
Y es que cada vez que se hace difícil sobrevivir, los robos en viviendas, arrebatos de carteras y cadenas de oro u otros asaltos callejeros a personas por prendas u otras posesiones de valor, hacen su aparición en el universo capitalino.
Al menos en mi barrio, cerca de donde vivo, se han habilitado nuevos espacios o mini estaciones para el trabajo de cuentapropistas.
Para muchos de los lugareños este síntoma parece una previsión de la posible avalancha delictiva que incidirá en los citadinos, como consecuencia del futuro índice de desempleo residual.
O tal vez, será parte de las “soluciones” para fiscalizar las nuevas relaciones financieras que se establecerán -con tan diversos y numerosos trabajos por Cuenta Propia a instaurarse- además de los empleos extraoficiales que son dables a subsistir.
Ahora pudiera no ser diferente, pues cada cambio de esta envergadura -que sucede de repente- es digerido por la población a medida que transcurre el tiempo, cuando se pone a funcionar el mecanismo y las circunstancias del mismo se hacen evidentes.
Obvio es que el bandidaje por las carencias económicas significa una disminución de la seguridad para la mayoría poblacional, pues los períodos de carestía a veces cuestan sangre, donde el vestuario y otros indicadores transparentan la posible liquidez en el bolsillo.
Es posible que vuelva la proscripción del uso de prendas de oro en público y se acabe la conquista callejera de los confiados celulares colgados de las cinturas y cuellos.
Al parecer serán desgraciadamente bienvenidos los cambios y habrá que guardarse temprano en casa, pues la calle pronostica estar bien caliente.
que diablos tiene que ver el aumento de asaltos con los famosos depidos? No entiendo la intencionalidad, la verdad es que siempre ha habido maliantes, antes y despues. Los que no trabajaran aun con las nuevas reformas. A esos, mano dura.