Un campesino tradicional cubano

Por Osmel Ramírez Álvarez


 

HAVANA TIMES – Anselmo no es el nombre del campesino que motiva este post y me permitió las fotos de su casa y animales. Pero da igual, el nombre es lo de menos. Le asusta la idea de salir en un artículo de Internet y lo comprendo, pero no le molesta que se sepa su historia o su modo de vida. Con eso basta.

Todavía quedan algunos campesinos que se aferran a su modo de vida rústico, de esos que no se pierden Palmas y Cañas los domingos, porque opinan que “es el único programa en el que ponen música que sirva”. Su modo de vida es casi una postal de la Cuba de hace varias décadas. Un escenario que muchas veces se debe a la pobreza, pero en otras tantas es algo más bien cultural, a mi juicio. Así es ahora y así era también antes de 1959.

No todo el que tenía aquellas dificultades sanitarias y de vivienda era por la incapacidad de conseguir algo mejor, sino por hábitos de vida centenarios difíciles de modificar en la propia cabeza primeramente.

Anselmo es el vivo ejemplo. Tiene una finquita de tamaño regular, de 10 hectáreas, varias reses, puercos y sembrados. No es un agricultor muy eficiente por supuesto, pero sobrevive y hace su dinerito. Sin duda, podría tener mejores condiciones de vida y, al parecer, elige vivir así.

 
“Tengo mis ahorros en el banco, para cuando no pueda más” –me confiesa. “hago lo mío con lo que vendo y además mi hijo me ayuda, porque tiene mucho dinero de negocios que hace en La Habana. Tiene máquina de pasajes (taxi particular) y otras cosas”.

“Salió negociante y no le gusta la tierra. Hice una casa más para el pueblo en los años 80, pero terminé quedándome aquí solo y hasta el matrimonio lo perdí con la vieja, porque a ella sí le gustó, claro, (el pueblo). A mí me gusta el campo y el modo en que siempre he vivido”. –dijo un poco nostálgico.

Todos los vecinos están de acuerdo en que el viejo tiene mucho dinero, sin embargo, su casa parece la más humilde de la zona. Muy tradicional, un bohío clásico del guajiro oriental, hecho con hojas y tablas de palma real. No puede faltar tampoco la corraleta de hierro bien pegada a la vivienda, para las vacas y bueyes. Algo que sí es muy moderno en el campo cubano y ni Anselmo, por muy conservador que sea, puede dejar de tener ya que los ladrones no perdonan.

“Me han robado muchas veces y no tuve más remedio que construir esa corraleta con rieles. Pero también en el potrero hay que estar a la viva, el otro día vine un momentico a la casa y al regresar ya me habían llevado la vaca”.

“Corrí a perseguirlos y, por suerte, el animal se había atascado en el fango del arroyo que había crecido la noche anterior. Los muy condenados al verme la tuvieron que dejar. Pobrecita, la tuve que curar, porque, para que saliera del fango, le hicieron heridas con un machete pinchándola. Son unos abusadores, no dan respiro”.

Así, enfrentando ladrones y trabajando duro con sus animales y sembrados, pasa la vida este mayaricero atípico, sin lugar a duda, un campesino raro en estos tiempos. Una especie de fósil cultural viviente de los campos cubanos.

Porque hoy la mayoría de la gente en el campo es como cualquiera de la ciudad, no hay prácticamente diferencias: usan la misma ropa, construyen casas similares y escuchan la misma música: ¡hasta reguetón!

 
 

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Osmel Ramirez

Soy de Mayarí, un pueblecito de Holguín. Nací el mismo día en que finalizó la guerra de Viet Nam, el 30 de abril de 1975. Un buen augurio, ya que me identifico como pacifista. Soy biólogo pero me apasionan la política, la historia y la filosofía política. Escribiendo sobre estos temas me inicié en las letras y llegué al periodismo, precisamente aquí en Havana Times. Me considero un socialista demócrata y mi única motivación comunicacional es tratar de ser útil al cambio positivo que Cuba necesita.

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2 thoughts on “Un campesino tradicional cubano

  • Amigo Osmel, también he conocido personas así, gente del campo que lo único que sabe hacer en la vida es trabajar con sus propias manos para mantenerse a sí misma y a los suyos. Son nobles, sencillos, sanos y auténticos. Te brindan lo que tienen con voluntad, sin malicia. Pueden no ser perfectos pero son de lo más bueno que hay en nuestro país.

  • Muy bonita la casa y los animales. Debe tener cuidado y buscarse una compañía, porque puede repetirse el incidente con la vaca, y puede tener consecuencias funestas para el animal y para él. Unos perros agresivos para que cuiden la casa y una escopeta para ahuyentar a los ladrones.

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