Los saqueadores del bolsillo

Osmel Almaguer

Vendedor. Foto: Caridad

A un amigo cuentapropista le ha estado visitando un cobrador que le exige una pequeña cantidad de dinero todos los días por el terreno utilizado. Este impuesto lo reclama la Dirección Municipal de Comercio (DMC), y se calcula con arreglo a una tasa igual a 10 pesos por cada metro cuadrado utilizado.

Este sistema de pago se ha implantado recientemente, sin que me conste ninguna publicación de resolución o legislación alguna sobre el tema. Antes, el cobro del impuesto por la utilización del espacio lo regulaba la Dirección Municipal de Planificación Física (DMPF), y los cuentapropistas abonaban en el banco el importe correspondiente a todo un año de trabajo.

Mi amigo pagó en el Banco 120 pesos por todo el 2011, y ahora se le aparece un sujeto cobrando el dinero y metiéndoselo en el bolsillo, con un carné de la DMC y una planilla que indica la obligación de pagar cinco pesos diarios por colocar su mesita frente al mercado. A cambio, le entrega un vale a los que pagan, porque no todos los cuentapropistas han aceptado pagar.

A mi amigo no le molesta pagar correctamente sus impuestos. Lo que le molesta es “el descaro y la corrupción” de la DMC, que como no es eficiente en su trabajo ha logrado, en medio del ambiente burocrático cubano, arrebatar tal derecho de cobro a la DMPF, con el objetivo de aumentar sus ingresos y crear una ilusión de eficiencia.

Por otro lado, esta es una forma de cobro ideal para la corrupción y el robo, pues no existe nadie que controle tanto al que cobra el dinero como a los que desde la DMC regulan estas operaciones.

Este fenómeno tiene un precedente. Hace unos años, tal vez más de 10, era la DMC la que se encargaba de los cobros del terreno, y lo hacía de esta misma manera. Parece que a algún dirigente honesto o consciente se le ocurrió asignar tal responsabilidad a la DMPF, y estipular así un sistema de pago que duró hasta hace poco.

Luego parece que otro dirigente, o quizás el mismo, pero con algunos años de oportunidad para curtirse en el sistema de putrefacción del Poder Popular, volvió a interceder a favor de la DMC, la que diligentemente ha comenzado a cobrar “su” dinero sin esperar siquiera a un consenso general en cuanto a la nueva medida.

Digo esto porque sé que en otros municipios se han generado airadas reclamaciones e, incluso, hay algunas zonas en las que esta medida se mantiene congelada, en espera de un pronunciamiento definitivo.

Por otro lado, el monto de la suma exigida a menudo suele ser excesivo, pues en el caso de mi amigo, a 5 pesos por 20 días de trabajo mensual serían 100 pesos mensuales, por 12 meses que tiene el año: 1200 pesos, o sea, que lo que han hecho es multiplicar el impuesto por el espacio al 1000 por ciento.

osmel

Osmel Almaguer: Hace poco solía identificarme como poeta, promotor cultural y estudiante universitario. Ahora que mis nociones sobre la poesía se han modificado un poco, que cambié de labor y que he culminado mis estudios ¿soy otra persona? Es usual acudir al status social en nuestras presentaciones, en lugar de buscar en nosotros mismos las características que nos hacen únicos y especiales. Que le temo a los arácnidos, que nunca he podido aprender a bailar, que me ponen nervioso las cosas más simples y me excitan los momentos cumbres, que soy perfeccionista, flemático pero impulsivo, infantil y anticuado, son pistas para llegar a quien verdaderamente soy.

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2 thoughts on “Los saqueadores del bolsillo

  • Pero yo me acuerdo con tada claridad la enrome mierda que despotricaron tantos participantes de h.t., dìas, semanas, meses antes de la celebraciòn del congreso… de pronto me imaginaba que estos “ilusos columinastas” tenìan algùn tipo de intoxicaciòn que los llevaba a vislumbrar el primer mundo en la isla luego de las resoluciones de dicho evento. Ahora entiendo que viven tan alejados de la realidad, que viven con tan poca malicia y la experiencia vital nunca les ha hecho efecto. Era más que claro que las cosas empeorarían, no porque sea una forma preestablecida el deterioro de los organismos sociales, no porque sea lógico el resquebrajamiento de la economía a medida que los bienes empiezan a escasear, sino porque la forma en la que trabaja este sistema ahora se ve plagada de sanguijuelas que provienen de la cultura del derroche, porque desconocen lo que es el esfuerzo ya que nunca lo han vivido y porque las libertades ciudadanas cada vez se ven más acotadas y sometidas a la corrupción de estos mismos seres que se hacen llamar servidores públicos.

  • Joselo, le escribe un colaborador de ht. ¿Puede decirme cuál fue la mierda que despotricamos sobre el congreso? Lo digo solo para saber, porque no me juega lo que usted dice con lo que yo leí, pero a lo mejor me perdí algo.

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