Debatir sobre el Internet en Cuba hasta el cansancio
Nonardo Perea
HAVANA TIMES — Cada vez que mis amigos se reúnen en mi casa, recurrimos al tema que aún sigue en boga: la Internet en Cuba, específicamente la wifi por pago en algunos lugares públicos, que es el medio más fácil que tenemos para acceder a las redes. Un servicio que deja a muchos insatisfechos por lo caro, teniendo en cuenta que en otros países, incluso, del tercer mundo, en lugares públicos se oferta gratuitamente.
Algunas de nuestras interrogantes fueron las siguientes:
¿Quién es el proveedor de dichas antenas?
¿Quién es la persona responsable detrás de este supuesto experimento?
¿Por qué no se dan detalles de este proceso en una Mesa Redonda?
¿Por qué si la wifi funciona por una antena, y la señal está en el aire, como mismo funciona la televisión y la radio, esta se cobra a un precio excesivo?
¿Cuánto puede tardar para que todos tengamos acceso en las casas, y no tener que estar sentado en una acera o debajo de un framboyán?
¿Por qué los usuarios están destinados a no tener privacidad?
¿Cuán difícil resultaría poner una tarifa fija mensual, y así acceder libremente, e igualmente evitar los negocios ilícitos, como la reventa de tarjetas y los que conectan por un CUC?
¿Por qué la antena que está en el municipio de Marianao, encima del edificio Levanta que tiene gran altitud, no expande más su señal y se limita a un reducido espacio que no abarca ni siquiera una manzana, cuando podría dar la señal a buena parte del territorio?
¿Cuánto durará el experimento?
¿En este sentido, se toman en cuenta los criterios de las personas que se ven afectadas?
Y por último, ¿Qué pasó con el famoso cable que vino de Venezuela, a quién o quienes beneficia en realidad?
Warhol las dictaduras son enemigas a muerte de Internet. Realmente no vale la pena hablar técnicamente de las posibilidades de masificar el Internet en Cuba, cuando la unica limitación para hacerlo es política.
Pienso que no es ni tan siquiera política. Es caprichosamente personal. Ese grupito dictatorial -que tiene Internet en sus casas de última generación y con más ancho de banda que el grueso de sus impresentables barrigas- simplemente no quiere que el pueblo llano tenga acceso libre, ni mucho menos gratuitamente; a libertad de información en el mundo, pues saben que ese será el principio del fin de sus robados e inmorales privilegios.
En otras palabras, es un capricho pero politico.
No hay que debatir nada, a la dictadura no le conviene que los cubanos tengan fuentes alternativas de informacion. Punto,