Barriga llena corazón contento

Por Nike

La cueva del gato.

HAVANA TIMES – Hace solo unas horas terminé de ver un documental sobre los hombres primitivos. Su vida giraba en torno al alimento.

Lo que está sucediendo ahora en el mundo nos tiene obligado a los cubanos a no pensar en otra cosa que la comida. Me refiero con esto a todos: graduados de universidad, artistas, obreros y amas de casa.

Nos ha tocado enfrentarnos lo mejor posible a una supervivencia casi primitiva para poner un plato con lo elemental en nuestra mesa.

Cada día nos parecemos más a nuestros hermanos, los hombres primitivos, priorizando nuestra subsistencia más primaria: la alimentación.

Una tienda de viveres.

Somos inmensamente felices cuando alcanzamos un paquete de pollo en una cola o conseguimos uno de leche en polvo. Llegamos a la casa con el corazón contento como si lleváramos un trofeo a la cueva, perdón a la casa.

Tengo esperanza que esto pronto no sea más que un mal recuerdo y podamos volver a tener otros intereses como ir a un concierto, bailar o visitar una galería para compartir con ustedes.

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Nike

Nací en La Habana, Cuba. Toda mi vida he tenido al mar como paisaje; me gusta estar cerca de él, sentir su brisa, su olor, tanto como sumergirme y nadar y disfrutar las maravillas que nos regala. Gracias a la habilidad manual que heredé de mis padres he podido vivir de la artesanía. Trabajo fundamentalmente el papier-mâché, haciendo títeres para los niños. Escribo para Havana Times por la posibilidad de compartir con el mundo la vida de mi país y mi gente.

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2 thoughts on “Barriga llena corazón contento

  • Tener al personal entretenido en buscar la comida es el mejor sistema de control, para que nadie se interese en nada más. Sé lo que es eso, un día conseguí 20 huevos y llegué a la casa como si hubiera cazado un mamut, y me recibieron como un héroe.

  • Mi amiga, nuestra vida se ha convertido en una cosa trivial con eso de pensar solo en comida, pero tenemos que buscar vias para escapar de esto, sé que tu lo haces cuidando tus plantas, cosiendo y escribiendo, tambien viendo cine, que te encanta. Cierto que no podemos bailar, socializar como antes. Espero que todo esto tengan un final, no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que los resista!

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