Amar, temer, partir

María Matienzo Puerto

HAVANA TIMES, 4 abr — Cuando comencé a estudiar la gramática española, hace muchos años atrás, cuando estaba en la enseñanza primaria, ni cuenta me di del carácter romántico de los verbos modelos para aprender la conjugación de todas las formas verbales del idioma español: amar, temer y partir.

Después, cuando estaba en el pre universitario, pensé que eran solo románticos, pero ahora cuando vivo de ellos porque en mi trabajo como editora es constante la alusión a la concordancia, que no es más que la relación entre las formas verbales (en este caso) y el sujeto, creo que mas que románticos, son profundamente trágicos.

Creo que me estoy metiendo en una zona muy peligrosa, pero quiero hacer el intento y encontrar (al menos intentarlo) una explicación lógica a estos signos lingüísticos.

Es como si nos estuviesen preparando toda la vida para amar, temer y partir. Para los que no existen las casualidades, puede parecer ridículo, pero a mí me encanta la coincidencia para explicar mi vida y la de millones en la Isla.

Desde niños nos enseñan a amar. Parece fácil, pero no lo es, sin contar que varía el significado del verbo, según la cantidad de personas lo utilicen y depende, además, del objeto, sujeto o concepto amado.

Amamos a nuestros padres, amamos a nuestros novios o novias, amamos a nuestros hijos, amamos a la patria, amamos a nuestro perro y a cuanta cosa nos hayan enseñado que debemos amar. Por supuesto, no siempre es tan espontáneo como parece, sino que muchas veces somos obligados a amar como algunos quieren que amemos.

Por ahí he conocido a algunos extremistas que dicen ellos amar más que nadie, sobre todo a la patria y se aferran a eso porque comparten ideologías tan extremistas como ellos mismos. Hay que amar. Y no hay opciones.

Con temer pasa otro tanto. Nos dicen que temer es el antónimo de valentía, por tanto no debemos temer demasiado, solo lo que algunos consideran necesario temer, sin embargo, esos mismos son los que con otros recursos te enseñan a temerle hasta a tu sombra. El temor también tiene distintas gradaciones y a veces, se puede convertir en terror.

Pues yo con todas las gradaciones posibles confieso que temo que un día mi cabeza caiga, cortada de un hachazo, sobre una cesta manchada de sangre seca.

Con partir no sucede diferente, pero tal vez se sienta un poco de libre albedrío en su significado. Hay quien decide partir como primera opción, hay a quien las circunstancias lo obligan a partir y hay quien se pasa la vida entera partiendo. Por momentos podríamos confundirnos con el verbo huir porque el infinitivo partir también implica, de alguna manera, una fuga, un respiro fuera de.

Quizás eso justifique, desde lo ¿místico? el éxodo de tantos cubanos, y las ganas de partir de otros que nacen con el gen de la partida incorporado. Yo quisiera un día partir, pero la generación de mi hermano desde que abrió los ojos está pensando en el yuma.

Y sí, parece que nos han estado preparando toda la vida para esas tres acciones. No sé si desde el espíritu ibérico que siempre ha sido trágico y romántico o desde la pedagogía cubana tan visionaria, al menos en conceptos. No conozco los planes de estudio de las escuelas españolas.

A fuerza de tanto repetirlas terminamos aprehendiendo su significado y reaccionando como si esas fueran las únicas soluciones posibles en la vida. ¿A partir de estas tres acciones andamos en la vida?

No sé, pero es seguro que tienen mucho que ver con el espíritu latino de llevarlo todo al extremo sin razones aparentes, y a veces, sin medida. De lo que sí no me cabe la menor duda es que están muy ligados a mí, a Cuba y a su gente.

 

Maria Matienzo

Maria Matienzo Puerto: Una vez soñé que era una mariposa venida de África y descubrí que estaba viva desde hacía treinta años. A partir de entonces construí mi vida mientras dormía: nací en una ciudad mágica como La Habana, me dediqué al periodismo, escribí y edité libros para niños, me reuní en torno al arte con gente maravillosa, me enamoré de una mujer. Claro, hay puntos que coinciden con la realidad de la vigilia y es que prefiero el silencio de una lectura y la algarabía de una buena película.

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One thought on “Amar, temer, partir

  • Sabes.amiga,tengo muchos poemas escritos,los escribo desde “secundaria ” en Cuba,”enamoraba ” a las chicas con “poemas”…en Stgo de Cuba,hoy guardo despues de años una pequeña agenda…..un dia “decidi” partir,lo consegui….despues de año extrañaba” los huecos de la calle,los amigos..deje un “amor”…un hijo….en mi cabeza estaba solo “partir”….lo logre!

    Me sentaba en la orilla de la Playa(stgo de Cuba)solo miraba el “horizonte”…me preguntaba que “habia mas alla”…pero “amaba”a la chica que estaba conmigo,ella igual..se que me Amaba…mi idea era “encontrar” que habia mas alla del “horizonte”…”amar”? creo que a ti misma…”Temer”?? Es tu decicion?…partir”?? no te lo recomiendo!!….besos!!

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