Me tomé la Coca Cola del Olvido

HAVANA TIMES – Han pasado cinco años desde que me alejé de Cuba en busca de libertad en tierras extranjeras, lejos del torbellino político y los espectros de mi otra vida. Hoy, algunos amigos que re-encontré me dicen que “me tomé la Coca-Cola del olvido”, y si, me la tomé con todo el derecho, y por mi propio bienestar.

Haré un poco de historia: En 2018 me fui en absoluto secreto, pocas personas sabían de mi salida supuestamente temporal, y cuando llegué a mi destino final tomé la decisión que pocos podían comprender.

Arriesgar todo por una nueva vida.

En el proceso de adaptación corté lazos con todo lo relacionado con Cuba: cambié mi número de teléfono, eliminé mis cuentas en redes sociales y me alejé de cualquier conversación relacionada con política, en especial ligado a mi tierra natal. No fue un acto de indiferencia, sino un intento desesperado por sanar.

Salí de Cuba con el temor a perder mi vida, desilusionado por una sociedad que me había decepcionado profundamente. La desilusión, las traiciones y el tormento mental eran insoportables. Mi salud mental se deterioró y tuve que enfrentar una elección: seguir ahogándome en paranoias, miedo, dolor y mucho odio, o encontrar una manera de empezar de nuevo.

Obvio que opté por lo último.

Entonces decidí dar un sorbo metafórico a la “Coca-Cola del olvido”. Debo aclarar que no es una bebida real, sino un símbolo de que necesitaba olvidar, encontrar la paz interior y sanar, o como decimos en buen cubano; darme un chance. La salud mental, es como un iceberg, gran parte de ella yace bajo la superficie, oculta a la vista. Ahí es donde necesitaba enfocar mi atención.

No ha sido un camino sencillo. Hay días en los que los recuerdos irracionales inundan mi mente. Pero también hubo días en los que puedo respirar con libertad, esa que me daba fuerzas para sonreír cada mañana, y actuar para obtener la ayuda para poder reconstruir mi vida en mi nueva tierra, y poco a poco priorizar mi bienestar mental por encima de todo lo demás.

Mi historia no trató solo de abandonar un país, dejar atrás el periodismo y el activismo “real” donde te la juegas de verdad. Sino de abandonar una forma de vida que me sirvió de ungüento para opacar mis demonios. Con la cual imperó reconciliarme y emprender una búsqueda de paz interior. Y encontrar la fuerza para poner mi propio bienestar en primer lugar.

Así que, ¿si me tomé la coca cola del olvido?

Me la tomé ¡y bien!

Pero recuerden, algo muy importante: cuidar de su salud mental no es egoísta, sino un acto de auto-conservación y amor propio.

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Luis Rondón

Luis Rondón Paz: Activista, Queer, informático, actor, fotógrafo, estudiante y aprendiz de periodista. Original de Santiago de Cuba. Creo que las personas somos proyectos de vida en constante transformación. Soy consecuente y responsable de mis actos. Comprometido con las causas justas y amante de las buenas acciones. Hoy escribo sobre Cuba en el exilio, libre de la tortura psicológica y persecución de la dictadura cubana.

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2 thoughts on “Me tomé la Coca Cola del Olvido

  • Luisitin,

    Te conoci en el mas aca, luego que dejaste por detras “aquello” y he vivido mas o menos de cerca tu recuperacion emocional. Te felicito por tener el valor de decir lo que muchos no se atreverian.

    Pero ese eres tu…

    Por eso te aprecio.

  • Hace bien, su vida es suya y no tiene que dar cuenta a nadie de nada. Cuando se emigra hay que cortar amarras, al menos al principio, si se quiere prosperar y sentirse realizado en el nuevo país. Imposible comenzar una nueva vida con la cabeza en otra parte.

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