No pierdo la Fe
Por Kamil Kenders
HAVANA TIMES – ¿Qué cubano no ha pensado en irse del país? Sin saber el dato exacto, puedo asegurar que un gran por ciento de la población lo desea, y yo me incluyo en ese elevado por ciento. Muchos han tenido suerte, se han trazado una meta y han llegado. Y no hablo exclusivamente de la peligrosa travesía que cuesta mucho dinero, sino de aquellos a los que les ha llegado el parole, a los que finalmente les llegó la tan deseada reunificación familiar y quienes han logrado una beca o un contrato de trabajo.
Lo cierto es que casi a diario uno se entera de que alguien conocido se fue del país.
La vida “allá afuera” debe ser difícil para un extranjero, pero creo que más difícil aún es seguir luchando en esta batalla que no ganaremos. Y la gente se rinde. Quienes se atrevieron a sublevarse ya están pagando las consecuencias de sus acciones. Quedó bien claro que a quien protesta, “se la aplican”. Así que la mejor opción es irse, no importa la vía. Muchos venden sus casas por precios risibles para poder pagar un boleto con destino a “cualquier lugar”, a la libertad que no hubo manera de encontrar aquí.
Tengo familia regada por todo el mundo, una familia a la que le gusta colgar en su muro de Facebook la felicidad, pero una familia incapaz de ayudar a quien más lo necesita, porque a fin de cuentas ya resolvieron su problema.
Una amiga cubana que vive en Perú, estuvo dispuesta a ayudarme. Me documenté en la embajada y cumplí con todos los requisitos establecidos para ver si esta vez todo salía bien. Sin embargo, luego ella tuvo miedo de invitarme y que en el tiempo establecido que otorga el país para visa de turismo yo no encontrara un trabajo, decidiera quedarme y esto le buscara un problema a ella. Yo no iba a permitirlo, sin embargo, esa vía tampoco fructificó.
Luego vino la oportunidad de publicar uno de mis cuentos con una editorial mexicana, la cual me invitó al lanzamiento del libro en la Feria Estudiantil, pero, tristemente, la embajada no me dio cita, por la cantidad de requisitos que la misma pedía, quizás, teniendo en cuenta que, los cubanos se quedan en México con la idea de llegar a Estados Unidos.
Pienso que no me he ido de Cuba por un motivo de fuerza mayor. Quizás mi momento no ha llegado. Aunque sé que ese día llegará y voy a poder regalarle a mis padres la tranquilidad que merecen y necesitan. Una vejez digna. Es importante no perder la fe.