Anoche, en la rueda mágica de Fito Páez

Irina Pino

Fito Páez en La Habana. Foto: pagina FB de Fito Páez
Fito Páez en La Habana. Foto: pagina FB de Fito Páez

HAVANA TIMES — Vi la nota sobre el arribo del compositor y cantante Fito Páez con su banda, y el propósito de hacer el último concierto de su gira latinoamericana en nuestra querida ciudad maravilla. Luego, lo confirmé en un noticiario de la televisión. Al cabo de los dos días, pasé por casualidad por el teatro Karl Marx, que está cerca de mi casa, y pregunté por la venta de los boletos.

La empleada de la taquilla me dijo que solo quedaba lugar en el segundo balcón. Aquello me  sorprendió ¿Cómo es posible que se hayan acabado tan rápido?  Más en un teatro como ese, con capacidad para 5000 personas. Entonces, ante mi extrañeza, aquella empleada –algo somnolienta– me preguntó malhumorada: ¿por fin, quiere las entradas o no? Me decidí y las compré, pensando que había tenido suerte después de todo.

Fui al espectáculo con una amiga, que como siempre me daba ánimos, pues mi espíritu inconforme hace de las suyas en todo momento, recordando la mala experiencia sucedida durante el concierto de los Rolling Stones, donde la incomodidad para ver a la banda de los míticos rockeros ingleses, rodeada de rejas y lejísimo, fue como un castigo. Sin embargo, otra amiga que se nos unió, quien iba a probar conseguir una entrada, compró la suya en la platea alta a 2 CUC.

Ya en el gallinero, pegado al techo, nos sentamos en espera de la función. Me alegré un poco, pues la rueda mágica del rockero argentino echó a rodar con frescura, energía, convidándonos  a retornar al pasado con Giros, que cumple 30 años. Pudimos disfrutar de Taquicardia, 11 y 6, Yo vengo a ofrecer mi corazón, y Cable a tierra, intercalando nuevos temas, en especial, Rock and Roll Revolución, dedicado a Charly García.

Escuchamos los emblemáticos Al lado del camino, Mariposa tecnicolor que según las palabras del propio Paéz, todavía podía cantarlo con la frente alta. Orgullo de un músico que conserva su fuerza expresiva, su voz rockera-tanguera, que nos ha tocado con sus bellas canciones, reflexivas, existenciales, irreverentes, otras sobre el dolor y la injusticia social. Estrambótico reflejo de una generación, alguien que se nos adelanta en reflexiones.

Carlos Varela, Pablo Milanés, la prodigiosa flauta de José Luis Cortez (El Tosco), y Diana Fuentes, fueron los invitados del artista, que los acompañaron en su peripecia musical. Me encantó la química con Diana Fuentes en El amor después del amor. Todos ellos son su cable a tierra, a Cuba, su segunda casa.

El concierto de Fito Páez e invitados en el Karl Marx el 20 de junio de 2016. Foto: página FB de Fito Páez
El concierto de Fito Páez e invitados en el Karl Marx el 20 de junio de 2016. Foto: página FB de Fito Páez

Al final, me sentí como si no hubiera captado toda la esencia, allá arriba, en el gallinero, era como estar dentro de un horno, tampoco mis fotos, hechas con un celular sirvieron. Aunque el sonido y las luces funcionaban a la perfección, no era lo mismo que abajo, en contacto más estrecho con el artista.

Quizás si el concierto hubiera sido en la Fábrica de Arte, o en algún otro espacio más íntimo, habría estado más feliz para bailar con Ciudad de pobre corazones, y entonar a todo pulmón: ¡En esta puta ciudad…!

Esta mañana, después de mi desayuno, cuando salí a la calle a hacer mandados, me enteré por una vecina –quien conoce a un revendedor–, que este estaba vendiendo boletos en la platea, cerquita del escenario, a 20 CUC. Esta gente se dedica a hacer cola de madrugada, fuera del teatro, días antes de un concierto. A los habituales personajes les venden cierta cantidad de entradas, que luego en dependencia del artista de turno, fijan un precio tope. Recuerdo que antes de comenzar el concierto de los Rolling Stones, se me acercó una mujer ofreciéndome 30 CUC por una invitación por estar en la parte designada a la cultura.

Esto, por supuesto, no lo sabe Fito Páez, solo los que habitamos nuestra puta ciudad. Pero de todas maneras te decimos: ¡Gracias Fito Páez por venir y ser parte de nosotros, al menos por una noche!

Irina Pino

Irina Pino: Nací en medio de carencias, en aquellos años sesenta que marcaron tantas pautas en el mundo. Aunque vivo actualmente en Miramar, extraño el centro de la ciudad, con sus cines y teatros, y la atmósfera bohemia de la Habana Vieja, por donde suelo caminar a menudo. Escribir es lo esencial en mi vida, ya sea poesía, narrativa o artículos, una comunión de ideas que me identifica. Con mi familia y mis amigos, obtengo mi parte de felicidad.

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4 thoughts on “Anoche, en la rueda mágica de Fito Páez

  • Eso pasa en casi todos los eventos, siempre hay revendedores.
    Para el cruce inaugural de la ampliacion del canal de Panamá vendieron boletos con nombre y apellido y son intransferibles, nada de revendedera.

  • ….cuando veas que no vienen los de siempre a decir “pobre cuba” o “mira a lo que los castro han obligado a los cubanos” o etc,etc es que eso de lo que te quejas ya es cosa normal en todo el mundo….

  • No señor Eduardo, NO, ud sabe perfectamente que EN TODO EL MUNDO no sucede que se vendan en el mercado negro las entradas a un concierto por el equivalente del salario de 2 o 3 meses del ciudadano promedio, por tanto, no es “normal” pues no se ajusta a ninguna norma y si, justo eso es lo que los Castros le han hecho a los cubanos, les han hecho convivir con estos disparates “anormales”. Y si asi fuera en TODO el mundo, por que seria justo que sucediera en Cuba? No se hizo alli una revolucion socialitsta, por los humildes…etc. Cuando conviene se justifica lo que sucede en Cuba con lo que sucede en otra parte y cuando no, Cuba es la excepcion de todas las reglas, es un viejo y falso argumento que hace mucho que no funciona para las personas inteligentes.

  • La reventa de entradas pasa en todas partes y para todo tipo de eventos. Lo que sucede en otras partes es que Ud puede comprarlas desde la comodidad de su casa o del cellular con un par de clicks, en vez de desangrarse en la cola. Si tuviste mala suerte y se acabaron online, siempre queda el recurso de pagarlas el doble o el triple de lo que valen a los revendedores.

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