Adaptándose rápido a la Tecnología en Cuba

Graham Sowa

Afuera de una oficina de ETECSA. Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES – Mi aventura  para adaptarme rápido a lo que es una antigua tecnología, comenzó la semana pasada cuando recibí un esperado mensaje de texto de ETECSA, la compañía telefónica de Cuba, informando que los teléfonos celulares ahora pueden conectarse a una cuenta de correo electrónico cubano.

Se mueve a paso de tortuga, que no es mucho más rápido que el propio servicio.

Para activar la cuenta me dijeron que podía dirigirme a cualquier tienda de ETECSA. Al día siguiente llegué fui hasta la de 17 y B  en el Vedado.

El excesivamente desinteresado guardia de seguridad y organizador de la cola me dijo que las únicas tiendas que activan las cuentas de correo electrónico en los celulares son las que se encuentran en  el edificio del Focsa, en el Vedado y en la tienda en el Parque de Curita en Centro Habana, cerca de Capitolio.

Entonces me dirigí hacia el Focsa.

Al principio me sentí alentado por la cola que había en este edificio, que tenía solo 20 personas.

Pedí último y comencé a preguntar a otras personas qué sabían sobre el servicio.

Pude averiguar la siguiente información:

1) El servicio se abre sin “pago extra”, debido a que ya usted  tiene un teléfono inteligente caro y una cuenta de Internet en ETECSA, y el crédito de prepago en su celular.

2) El costo es de 0,01 CUC por 10kb, cerca de 2-3 centavos por un correo electrónico bastante largo con solo texto. Una imagen de 1Mb le costará 1.00 CUC (a little over a US dollar).

3) Todavía el servicio no incluye Internet, solo se puede acceder a su correo electrónico en la dirección de @nauta.cu

4) Todos los sistemas operativos no son compatibles con el servicio. Únicamente las personas con un sistema operativo de Apple o Android se pueden conectar… ni se molesten con en Blackberry

Aparte de conseguir la información anterior no hice ningún otro progreso ese día.

La cola no avanzó más que una persona, más o menos, por hora, sobre todo porque los empleados de ETECSA son pocos y no están bien entrenados para manejar la demanda de este servicio. También gran cantidad de gente no respetaba la cola y usaban sus relaciones con los trabajadores o algún pequeño soborno para salir mas rápidamente.

Después de esperar varios años para que un servicio como este estuviera disponible, no tuve ningún reparo en regresar al Focsa el viernes, sabiendo de ante mano que estaría en una cola toda la mañana y tal vez parte de la tarde.

Las personas que estaban ahí no se mostraban hostiles ni desconfiadas, lo cual es muy normal para Cuba. Por el contrario, hubo camaradería entre los que estamos ansiosos por ser los primeros en adaptarnos en un país que todavía parece indeciso sobre las perspectivas de la revolución digital.

Esperamos con ansiedad que alguien bajara por las escaleras de la tienda para ver si habían conseguido que su teléfono funcionara.

Después de ver que mis compañeros tuvieron una tasa de éxito del 30 al 50 %, llegó mi turno a las 2:00 pm para hacer girar la ruleta de la suerte de las nuevas tecnologías en Cuba.

En una hora tenía todo listo, aunque lo único que tuvo que hacer el trabajador de la institución  fue poner mi número de celular en su computadora. Luego utilicé su hoja de instrucciones para activar el servicio en mi teléfono.

Después de me pidieron que ayudara a traducir un párrafo en Inglés para explicar a los turistas que los extranjeros no pueden comprar tarjetas SIM en Cuba. Me sentí felizmente obligado a realizar el favor,  deseoso de tener un amigo en el interior de la tienda y quizás no tendría que esperar en la cola la próxima vez.

Por supuesto, el servicio no funciona de inmediato, pues el servidor estaba abajo. “Compruebe más tarde”, me dijeron.

Salí sin estar seguro si había obtenido una victoria o una derrota. Cuando los que esperaban afuera me preguntaron si había logrado algún  progreso me encogí de hombros.

Cuando encendí mi celular esa noche estaba encantado de ver que, ¡sí! , se había detectado una red, una red EDGE para ser exactos. Sorprendentemente, ahora, además  de tener servicio de datos, mi teléfono había retrocedido en el tiempo hasta 2003.

Realmente no debería hablar mal de la red EDGE. Claro que es lenta, pero con el precio de 1 CUC por 1Mb ¿quién querría algo rápido?

Solo sé que la red de datos usa la misma red y antenas que no puede entregar un mensaje de texto en menos de 3 horas. Esto significa que las velocidades son tan lentas en horario de trabajo que la cobertura es incompleta y algunos correos electrónicos rebotan.

Mientras cuento esto como un triunfo personal, el punto más grande debe ser que el servicio es prohibitivamente caro, incluso impensable, para el trabajador cubano promedio. Esto explica por qué no he escuchado a nadie, ni siquiera fuera de la cola frente a la tienda de ETECSA, chismear acerca del nuevo servicio.

Esta es solo otra corta sacudida hacia una era digital que aún no llega a Cuba.

Graham

Graham Sowa: He vivido en Cuba durante tres años. Me gustaría achacar la pérdida de cabello, que se ve claramente en esta foto actual, a los rigores de la vida aquí y a la escuela de medicina, pero probablemente se deba a cuestiones genéticas. Las amistades más fuertes que he hecho durante mi estancia en Cuba han sido con otros autores de este sitio web. La fuerza de esas amistades casi ha restaurado mi fe de que el mundo en la red puede traer cambios tanto fuera de esta como en la vida real. Me he ajustado a utilizar Internet una o dos horas al mes. Mientras tanto he redescubierto cosas tales como pasar páginas de libros, escribir cosas a mano alzada, y tener que admitir que no sé algo en vez de buscar rápidamente la respuesta en Google mientras el profesor no está mirando.

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