Las gallinas y su comunión con los cubanos

Esther Zoza

Gallina en Alamar, La Habana del Este

HAVANA TIMES – Las gallinas, esas simpáticas y persistentes aves de corral, han acompañado al hombre desde hace siglos. En Cuba, en ocasiones las encontramos supliendo el papel de los animales afectivos, o tratadas como simple mercancía.

En Marianao, reparto aledaño a la capital, hasta hace muy poco era natural encontrar a las gallinas con sus polluelos, deambulando por las aceras. Ese ir y venir apacible es una estampa que echo en falta cuando visito a mis familiares. Es un aliciente saber que esa ausencia no es generalizada.

El objeto de la cría de gallinas ha variado con el tiempo. En un principio su rol de sustento de carnes y huevos era el natural, a pesar de que en muchas familias el cuido constante y la preocupación por su salud y alimentación las llevó a formar parte de estas. Después de un largo periodo de cría, es frecuente que los dueños se nieguen a comer de las gallinas que deambulaban por la casa.

La situación económica que atraviesa el país, lamentablemente, ha llevado a algunos a las viejas costumbres de los años noventa, cuando proliferaron las incubadoras. Es triste que muchos compatriotas hayan habilitado cuartos en sus casas para la cría de gallinas. Cuartos donde los polluelos permanecen encerrados y alimentados con pienso para apresurar su crecimiento. Más lamentable aún es que se bajen de Internet nuevos modos de hacer las incubadoras y que familias enteras se involucren en el asunto.

En este contexto hasta qué punto puede violarse el proceso natural de crecimiento de un ave y su entorno, no para alimentar una familia, sino para usarlas como mercancía sin ser esta acción violatoria de los derechos de los animales.

Es tan grato ver el incesante picar de las gallinas, ese afán continuo de buscar la semilla, a pesar de picotear e ingerir alguna que otra piedrecilla en el camino, su fidelidad, su amor por sus polluelos,  que es imposible no pensar en las madres cubanas, sacrificadas y laboriosas, hacedoras del milagro cotidiano del sustento en nuestra Isla, bañada por las aguas del Caribe. 

 

Esther Zoza

Nací en la década del 60. Amo a mi país y a su gente sencilla y sacrificada. Gusto de las artes, en particular la literatura. En la música disfruto de la trova tradicional y contemporánea, también de la ópera y la música instrumental. Respeto todas las religiones. Me gustan los temas esotéricos y místicos, además disfruto de los enigmas del universo. Creo sobre todas las cosas en Dios. Soy persistente y disciplinada para cumplir mis metas. Me gusta el campo. Vivo cerca del mar. Creo en las relaciones de pareja y en el amor en todas sus manifestaciones.

Esther Zoza has 41 posts and counting. See all posts by Esther Zoza

4 thoughts on “Las gallinas y su comunión con los cubanos

  • Recuerdo los años noventa cuando vendieron pollos para que lo criaran en su casa, ese fue el comienzo del fin de la urbanización, alguien no se detuvo a pensar que esos animales son del campo, que en un apartamento a pesar que molestan traen enfermedades propia de las diferentes razas o especies, los desechos son tirado en los tragante causando tupiciones, cucarachas, ratones que decir del ruido que ocasionan más la peste es muy lindo sus derechos cuando se respetan los derechos de las personas que viven en barrios residenciales no en vaquería, centro porcino, criaderos de gallinas

  • La verdad qué hay que leer tantas cosas absurdas!: “ acción violatoria de los derechos de los animales” en un país donde a diario se violan los derechos de las personas. Esther mijita, pon los pies sobre la tierra.

  • Creo que la cría de gallinas debe ser en el campo, o al menos en el campo, en fincas, lugares apropiados para su cría. Cerca de mi casa criaban gallos de pelea, los veía picoteando en los canteros de la acera como si nada. Ví en internet fotos de un hombre que viajaba con su mascota, que era una gallina, al parecer le agradaba su compañía. Otras personas crían puercos como mascotas. Me imagino que lleven estos animales al veterinario para mantenerlos saludables y vacunados. En el mundo hay muchas rarezas.

  • Lo pensé hasta 3 veces antes de que aparecieran los primeros comentarios a este artículo. Me parecía que estaba sufriendo una trombosis cerebral al avanzar mis ojos por los párrafos que escribió Esther… no atinaba a pensar que hubiera alguien en Cuba, con el hambre que hay en casi todos los sectores de la población, que dedicara tiempo al “derecho y la dignidad de las gallinas”. ¿Serán mejores esas gallinas que las Damas de Blanco, por citar sólo un ejemplo?

Comentarios cerrados.