Que NO clonen a Lázaro Exposito

Erasmo Calzadilla

Hace poco el periodista de la BBC, Fernando Ravsberg, encontró en su facebook una invitación a un grupo cubano que se hace llamar “Clonemos a Expósito” (Lázaro Expósito es un dirigente al que han presentado como el responsable  de la parcial recuperación económica de algunas ciudades al oriente del país), y decidió escribir un artículo contando lo que sabe del hombre y comentando la falta que le haría a esta isla que los dirigentes estuvieran tan fundidos con su pueblo como este cuadro ejemplar.

Al contrario de Ravsberg considero que la clonación de Expósito es más dañina que beneficiosa para el desarrollo de esta sociedad, y cuento ahora por qué lo considero así.

En primer lugar Lázaro Expósito no es un dirigente votado por el pueblo, sino un cuadro del PCC al que su partido ha apoyado y permitido ciertas libertades e iniciativas prohibidas a otros.

¿Tal vez por su parentesco con los Castro?  He conocido personalmente a varios jefes de circunscripción, estos sí elegidos democráticamente, que han presentado iniciativas sumamente modestas en cuanto a los recursos necesarios para llevarse a efecto, surgidas además de la propia comunidad, que no han contado con el apoyo de Lázaro.

Entonces, existiendo en Cuba ese sistema loquísimo de doble mandato: popular (que rinde cuentas al pueblo) y partidista (que rinde cuentas al secretario general), ¿Será casualidad que el apoyo vaya a parar al segundo y sea la cara de Expósito la diviulgada por  los medios?

Sea cual fuese la causa que lo motiva el mensaje es claro: son los dirigentes partidistas y los administradores ejemplares como el Tavo en el Coppelia los que están resolviendo el problema económico en Cuba.

Si esta lección no está siendo intencionalmente preparada para actuar sobre el imaginario popular, de todas formas lo está consiguiendo a las mil maravillas.

Mi imaginación loca me sugiere que tal vez estén preparando premeditadamente al nuevo presidente de la república o algo por el estilo, y podría estar en un error, pero lo que si es cierto es que con la promoción del mesianismo partidista se está trabajando para la continuidad de un sistema de gobierno burgués, autoritario, paternalista y muy poco democrático.

Lázaro estará muy fundido con su pueblo, pero no lo suficiente como para que este pueda controlar su trabajo, pedir cuentas de su labor, investigar el manejo de los recursos o destituirlo de su cargo en caso de que lo considere conveniente.

Soy de la opinión que mientras más gloria alcance este hombre, más demorará la gente en concebir que la única vía digna es el autogobierno. Ojalá sonara una campanita cada vez que bajo un nuevo rostro se esconda la misma esencia.