Mi experiencia desagradable con los rusos

Erasmo Calzadilla

Calle de La Habana.

Algunos ya han hablado sobre el tema y no quiero quedarme sin contar mi amarga experiencia con “los rusos.”

Durante los 80 hubo en mi barrio un “guetto” al que llamaban “los rusos.”  Se resumía a unos edificios de microbrigada, de los igualitos, habitado por militares soviéticos y sus familiares.

Una cerca separaba su fracción de barrio del nuestro y aunque la valla era cruzable, el caso es que, al menos los niños, poco se mezclaban en sus juegos con los chavales cubanos. Las contadas veces que presencié algún contacto entre chicos de ambos mundos hubo ofensas y humillaciones propinadas festivamente por los del patio y replicadas con el susto de las miradas.

Para mi próximo encuentro con “los rusos” ya iba como por diez años vividos. Frente a mi casa permutó una nativa de Kasajastán casada con un militar cubano, los acompañaba una simpática cubano-rusita de unos cinco abriles y luego vino al mundo otra. Con el tiempo nuestras familias llegaron a ser como una sola. No se usaba tocar la puerta para entrar de una casa a la otra, y las niñas crecieron creyendo que mis abuelos eran también suyos; en verdad lo fueron.

Llegados los 90 con su miseria y su turbulencia, mi vecina-hermana ruso-cubana, hecha ya una mujercita se casó con un apuesto gallego, y con la distancia el parentesco entre nosotros se ha ido enfriando. Luego su familia tuvo la suerte de salir de “fango al pecho” hacia un suburbio menos tétrico y así, la misma suerte que nos la trajo nos privó de su compañía.

Cursaba el preuniversitario cuando conocí al Misha. Mijail era un ruso cubano grandote que hacía pensar en la posible descendencia del hombre a partir del oso. Andaba muy solo, y algunas sabandijas lo molestaban, siempre en grupo. Lo sentí de los míos y le brindé amistad; me correspondió y poco a poco fuimos estrechando lazos. Luego Mijail se largó a la tierra de su madre, y nunca más ha respondido un correo.

Con su hermano fue peor. Menor algunos años el Fifo formaba parte del club de locos del barrio, integrado por rockeros y amantes de la vida hipie medio bacanal a la cubana. Pero la vida seguía siendo dura después de resaca, y el Fifo fue deslizandose más y más hacia dentro de sí mismo. Ya no visitaba a casi nadie y su casa había dejado de ser guarida de la pandilla cuando Fifo intentó y consiguió traspasar al otro mundo.

Hoy por hoy conozco a uno que con su devoción a la causa por la que lucha, por su amor a la verdad, su imaginación, creatividad e inteligencia me hace sentir pequeñito cada vez que lo veo. También escribe para el havanatimes.

Supongo que ahora nadie me discuta que yo también he tenido experiencias desagradables con “los rusos.”

Erasmo Calzadilla

Erasmo Calzadilla: Qué difícil me resulta introducirme en público; lo he intentado muchas veces pero no me sale. Soy más menos lo que aparento en mis post, añada algunas cualidades impresentables y revuelva; con eso debería bastar para un primer acercamiento. Si quiere profundizar un poco más pídame una cita y espere respuesta.

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2 thoughts on “Mi experiencia desagradable con los rusos

  • ¿es que me quieres hacer llorar? yo también te extraño, te quiero como si fueras mi hermano, tienes mi correo, si me escribieras te contaría tb mis experiencias desagradables jejeje, y no se ha enfriado nada, no te me pongas melodramático, sin embargo espero que te acuerdes de todos los momentos buenos y cómicos que pasamos, sobre todo por los bichos que metías en tu casa :D. Besos miles.
    ¿Puedes dedicar una noticia a La Lenin? ahí sí q hay de q hablar…….

  • Me gustaría saber si alguien puede contar algo acerca de una experiencia agradable con los bolos… es más o menos tan difícil como encontrar el árbol del queso, o un cangrejo con espejuelos… de todas formas creo que haberse conectado again ya hace válido el esfuerzo del artículo, si acaso están en Cuba lo tienen crudo, pues las posadas ya no existen, así que tendrán que dar rienda suelta a sus remembranzas en algún matorral. Por suerte las áreas verdes siguen echando una mano en ese aspecto… pues nada, un saludín…

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