Las drogas son un problema político

Erasmo Calzadilla

Foto: Caridad

En un artículo del sábado 25 de junio el diario Granma, órgano oficial del PCC, dice sobre las drogas: son sustancias que producen tolerancia (impulso progresivo a aumentar la dosis) y dependencia (necesidad esclavizante), y su uso determina serios daños al consumidor.

Sabido es que no todos los compuestos psicoactivos provocan tales efectos*1.  Entonces ¿Por qué Granma generaliza tan burdamente? ¿Por qué miente así a sus lectores? Alguna razón poderosa ha de tener.

Las drogas han acompañado al hombre durante milenios. Solo por el acceso que facilitan a lo divino deberíamos tenerlas en un altar; un altar comestible por cierto.

En verdad pueden ser muy peligrosas para la salud, y tras ello se amparan los gobiernos paternalistas (como el nuestro) para prohibirlas.

¿Pero es realmente el cuidado de nuestra salud la razón de tanto énfasis? Tengo la impresión de que no; si así fuera no dedicaran (aquí en Cuba) tantas tierras productivas al tabaco ni darían tanta propaganda a este y al alcohol, que son de las drogas más dañinas y mortíferas hoy mismo.

¿Entonces, si no es el cuidado de la salud lo que motiva tan mala prensa qué entonces? ¿Por qué tanto recelo?

Algunos aducen motivos económicos: la prohibición mantiene altos los precios y así logran beneficiarse los narco gobiernos. Al menos en Cuba esa opción queda descartada: el nuestro puede tener muchos defectos pero no es, que yo sepa, un narco gobierno.

Creo que el quid del asunto gira en torno a la capacidad de tales sustancias de alterar la conciencia y de esta forma también el orden social y las estructuras de poder. He notado un miedo innato a las drogas en las personas poco dadas al cambio, en los conservadores.

Conservadores somos todos de alguna manera, pero unos más que otros. El conservadurismo es más intenso en aquellos que tienen más que perder: los poderosos, los caciques a nivel familiar, barrial o nacional.

Mandarines al fin, gozan de un acceso provilegiado a los medios de comunicación, y usan su influencia para defender el statu quo, contaminar la cultura con sus propios miedos viscerales y alentar de paso el consumo de las drogas más enajenantes, como es el caso del alcohol; los enajenados suelen ser más dóciles.

Pero no todas las drogas son como el alcohol, algunas despiertan la conciencia en vez de adormecerla, o simplemente alterarla. Resulta curioso que la misma sustancia que facilita el acceso a lo que nunca cambia: el Ser, sea a su vez una explosiva motivadora del cambio.

Tal vez por eso el diario Granma*2, que no es ni Religioso (en el buen sentido de la palabra), mucho menos Revolucionario, con tanto énfasis las demoniza.

*1 Los enteógenos por ejemplo no provocan ni dependencia ni tolerancia. A estas drogas relativamente inocuas se les da el mismo tratamiento mediático que a las más tóxicas y dañinas. Curiosamente son ellas las que más poder tienen de provocar alteraciones constructivas y reparativas de nuestros procesos mentales; consumidas de manera moderada, porque hasta el agua potable en exceso es perjudicial para la salud.

*2 Cuando digo Granma me refiero por supuesto a toda la maquinaria que se oculta tras de él.

Erasmo Calzadilla

Erasmo Calzadilla: Qué difícil me resulta introducirme en público; lo he intentado muchas veces pero no me sale. Soy más menos lo que aparento en mis post, añada algunas cualidades impresentables y revuelva; con eso debería bastar para un primer acercamiento. Si quiere profundizar un poco más pídame una cita y espere respuesta.

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3 thoughts on “Las drogas son un problema político

  • “el nuestro puede tener muchos defectos pero no es, que yo sepa, un narco gobierno.”

    Te invito a que des una revisada al inmenso número de materiales que se han publicado con respecto a la ruta de la droga -me refiero a las llamadas drogas duras- el mapa que sectoriza los corredores y rutas hacia los principales mercados de consumo, con sus nauseabundos actores-principalmente los estatales-, la doble moral de estos, su discurso hipócrita, y sus inmensa$$$$ ganancia$$$$

  • Erasmo, no entiendo bien… La actitud que tú denuncias es puramente democrática. ¿No es verdad que el alcohol y el tabaco son una droga tradicional de multitudes? ¿El gobierno no tiene que estar a favor de los más? ¿Asimismo no es cierto que los enteógenos y demás drgoas similares son las de los menos? Me parece una actitud completamente racional del estado. No se pueden abolir el tabaco ni el alcohol no sólo porque dejen dinero, puesto que otras drogas menos comunes dejarían también bastante dinero. Además, las drogas de este orden son alucinógenas. ¿No es cierto que en una sociedad hay que manetner en tanto sea posible la coherencia del obrar en virtud de respetar las leyes legisladas? ¿No te parece a ti que estar alucinando puede privarte, en potencia, del recto obrar establecido por los más de los conciudadanos? ¿De igual modo no piensas que el acohol es mucho menos efectivo en cauanto al aspecto de la alucinación?
    En cuanto a lo de la salud; tanto el tabaco como el alcohol son drogas, en los más de los casos, cuyo efecto nocivo para la salud requiere de una constancia bastante larga en el tiempo, permitiendo así al adicto recapacitar.
    ¡NO A LAS DROGAS! ¡NO AL ALCOHOL! MINSAP.

  • Erasmo estoy de acuerdo contigo, las drogas son un problema político, el hecho de que los enteogenos provoquen alteraciones en la conciencia de las personas, es uno de los motivos (sino el fundamental) por el cual se le hace tanta contra. El despertar provocado por los enteogenos lo combaten los que se benefician en el estado actual de las cosas. Estas drogas nada tienen que ver con enajenacion, sino con todo lo contrario, el despertar de la conciencia, la participacion activa en la construccion de la sociedad, cualquier cosa que ayude en este sentido va ha ser atacado por el estado burgues en unos paises y la burocracia en otros.

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