El Papa debería recorrer la calzada de jesús del monte

Alfredo Fernández

HAVANA TIMES, 23 mar — La Iglesia Cubana debería  aprovechar la ocasión de que se engalanan las vías de La Habana por las que transitará el Papa Benedicto XVI y realizar un desvío en el recorrido a seguir por el Santo Padre.

Dicho desvío serviría  para aliviar muchos de los problemas arquitectónicos que aquejan a los habaneros.

El Papa Móvil  trasladará a Joseph Ratzinger hasta la oficina eclesial del barrio Miramar en donde pernoctará una noche, por ello,  las vías por donde pasará son asfaltadas al tiempo que son pintadas las edificaciones colindantes.

El Papa, con esa aura bendita que se le atribuye, pudo haber contribuido a la real posibilidad de que, aunque sea mínimamente, se reparara “La Calzada de Jesús del Monte” si esa calle hubiera estado en el recorrido planificado. Esa calzada, por su belleza y esplendor precedente a 1959,  inspiró al poeta Eliseo Diego en 1948 a escribir unos de los libros más importantes de la lengua en el siglo XX.

La Calzada de Jesús del Monte – hoy Calzada del 10 de Octubre- hace tiempo que dejó atrás el verso de Elíseo que la inmortalizó: “El sitio en donde tan bien se está”. Ahora, ha devenido cutre, donde los viejos habaneros que la transitan recuerdan con nostalgia su boato.

El cardenal Jaime Ortega, con esa inmensa capacidad que tiene para quedar bien con todos, entiéndase su iglesia, el Gobierno y la disidencia,   – aunque no siempre lo logre- , bien pudo aludir a las autoridades cubanas como razón para el ilógico desvío que:

 “Nuestro Benedicto XVI es presa de un trastorno psicológico -heredado de los días en que perteneció a los servicios antiaéreos de las SS –  que le impide transitar por espacios abiertos, él sólo puede hacerlo por espacios urbanos”.

Semejante justificación hubiera abiertos las puertas a una reparación – que aunque cosmética –, le urge a la peculiar vía habanera, la cual, hace más de cincuenta años está en manos de un gobierno que –acostumbrado a “limpiar por donde mira la suegra”- ha olvidado una de las arterias más significativas de la arquitectura nacional.