El cubano más joven en ganar un Certamen Internacional de Guitarra

Helson Hernández

Yali Guerra
Yalil Guerra

HAVANA TIMES — Yalil Guerra, guitarrista y compositor, defiende con total convicción la complicidad entre las emociones humanas, la música, y los espectadores que la consumen. “Tócale el corazón y la sensibilidad a las personas”.

HT: ¿Hace años reside fuera de Cuba?

Yalil Guerra: Sí, ya llevo algún tiempo radicando en el extranjero. Esto ha sido un proceso, primero en España y después en Estados Unidos. Básicamente Cuba ha estado siempre presente en mi mente, he estado en contacto perenne, viniendo a la isla. Tengo familia aquí, por ello vengo para tocar la tierra, a la gente, y la guitarra por supuesto.

HT: ¿Yalil y la música?

YG: Como dice esa frase, hijo de gato ratón. Mi historia comienza por mis padres. Ellos hicieron un conocido dúo acá en la isla en la década de los 70 y los 80, Rosel y Cary. Mi hermana Yamila Guerra y yo, desde niños estamos muy vinculados a las artes, trabajando junto con nuestros padres, de hecho aún continuamos esa labor.

HT: ¿Su formación académica fue en La Habana?

YG: Sí, inicié mis estudios en la Escuela de Arte, graduándome en el año 91, y luego el Instituto Superior de Arte, ISA. Posteriormente cambié mi residencia a España, donde continúo mis estudios superiores en el Real Conservatorio de Música de Madrid, obteniendo aquí la maestría en Guitarra Clásica. Ahora mismo también me mantengo estudiando, haciendo otra maestría en música para cine en la ciudad de Los Ángeles.

HT: ¿Solistas de la Habana fueron nominados a los Granmy 2015 defendiendo su obra?

Yalil 3YG: Nominados como mejor disco de Música Clásica y Mejor Obra Clásica Contemporánea. Iván Valiente ha sido la primera persona en estrenar mi música en La Habana. Estoy feliz porque sus músicos de la orquesta que dirige, Solistas de La Habana, hayan tomado para sí mi obra, y la toquen con amor. El resultado está en esta producción, que fue concebida como parte de un concierto en vivo que se realizó el año pasado en la Biblioteca Nacional José Martí, de Cuba.

Las cosas cuando son del destino suceden sin buscarlas, sin pedirlas, es algo mágico. Las nominaciones a los Granmy de música clásica resultan un apartado bien difícil, porque está generalmente dominado por Orquestas Famosas. Yo como compositor he tenido suerte, ya he estado nominado cinco veces. Ha sido una experiencia muy buena, por el hecho de ser Solistas de La Habana una orquesta de Cuba, y también un compositor cubano.

HT: ¿Se descuida el intérprete y crece el creador y productor?

YG: En mi condición de intérprete gané premios a los 16 años en Polonia a en el año 1990, me convertí así en el cubano más jóven en ganar un premio en un Concurso Internacional de Guitarra, también con 16 años. Pero desde que estaba en la escuela ya me imaginaba convertirme más en un compositor, arreglista, productor. Borraba las partituras de hecho en aquella etapa, para guardarlas en blanco, porque decía que cuando fuera compositor, las iba a utilizar. En este caso, yo me he puesto sobre los hombros algo más complicado, producir un contenido y que sea aceptado no solo por la audiencia sino también por los músicos. Es un reto, pues hay muy buena música escrita a lo largo de toda la historia, y tratar de entrar en esa historia es sin dudas una proeza.

HT: ¿El acto compositivo y los tiempos que corren?

YG: Para mi hay un propósito claro, y es que la audiencia se conecte con la obra musical. Durante el siglo XX y XXI se ha concebido mucha música, digamos cerebral, donde los compositores han empleado solamente técnicas compositivas, los esnobismos, pero ello ha separado mucho el sentimiento entre el compositor, la orquesta y la audiencia.

Todo esto ha influido en que la Industria haya decaído, y que la gente no desee ir con frecuencia ya, a escuchar Música Contemporánea a las salas de conciertos. Sí, uno puede hacer música novedosa, pero a la vez tócales el corazón y la sensibilidad a las personas, que se sientan identificados con el mensaje que estas transmitiendo, sino queda en el olvido, no trasciende.

HT: ¿El Retrato de la Paloma?

YG: Es una obra programática que describe a un ser humano, desde que nace. En este caso dado por el vuelo de una paloma. Describe el nacimiento, cuando comienza a volar. El 1er violín hace esa paloma, hay un solo de cello donde la madre le responde, también el padre se representa por el contrabajo, dándole consejos de no volar. Al mismo tiempo la orquesta va constantemente acompañando toda la intervención de estos tres solistas.

En el tercer movimiento de la obra, es cuando descubre el amor a través de su primer beso, y finaliza con la fuga, buscando, ya adulta, nuevos horizontes. Hay un momento en ese 4to movimiento, de reflexión, cuando detiene ese vuelo agitado, violento, y recuerda un poco de dónde vengo. Regresando de nuevo después de esa parte sentimental a la fuga, para terminar con una salida bien brillante. Esta obra me fue nominada doblemente a los Granmy Latinos, como Mejor Disco, y además, Mejor Obra Clásica Contemporánea. Quiero decir también que mi compañía discográfica, ha tenido otra doble nominación en Música Clásica con otro compositor, o sea que como compañía hemos logrado este año en total 4 nominaciones.

HT: ¿Qué mensaje transmitiría a quienes posee el don de la creación musical?

YG: Que se conecten con sus sentimientos cuando vayan a crear. Que se conecten con sus sufrimientos, el amor. Que no hagan la música por hacerla, sino que la música esté relacionada con lo que vive uno mismo. Creo que las vivencias que todos pasamos, las lágrimas, victorias, derrotas, son lo que forman a un artista. Eso se ha visto en toda la historia. El artista que no haya sufrido, que no haya tenido alguna alegría, es muy difícil que logre expresar algo profundo. Hay que vivir plenamente, amar al prójimo, y el odio desterrarlo del corazón.