Se puso caliente en el Consejo de DD.HH. de la ONU
Por Francisco Acevedo
HAVANA TIMES – La intervención de la opositora cubana Rosa María Payá ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Ginebra, Suiza, fue el hecho más importante en el ámbito político esta semana relacionado con esta isla maravillosa.
Para empezar, rara vez se consigue que un activista por los derechos humanos llegue a ese escenario porque es mucho el trabajo tras bambalinas con diplomáticos acólitos al régimen saboteando cualquiera de estos intentos.
No obstante, la fundadora de la plataforma disidente Cuba Decide e hija del difunto líder opositor Oswaldo Payá logró enviar su mensaje y fue bien contundente, porque pidió la expulsión del país, que fue reelegido en octubre por sexta vez como miembro de ese ente.
A seguidas ocurrió lo de siempre. El enviado de turno, en este caso el representante adjunto de La Habana ante las Naciones Unidas, Yusnier Romero Puentes, la atacó a ella, pero no su mensaje, con el mismo cuento de que recibe dinero para hacer lo que hace, y es lógico, porque nada es gratis, como mismo a él también le pagan. La diferencia es que a él le pagan para ocultar cómo se violan los derechos humanos, y a ella por defenderlos.
Lo que para el resto del mundo es un mérito, para la dictadura es un crimen, y ni aún así en ese foro salió una palabra para negar lo que ella expuso, pero de entrada eso es imposible porque lo que dijo ese tracatán fue escrito en La Habana y no se basaba lógicamente en lo que expuso ella minutos antes.
Payá, gracias a que la ONG internacional UNWatch le cedió su turno de palabra, denunció las sistemáticas violaciones a los derechos fundamentales que tienen lugar en la isla, y solicitó que se le tratara igual que a Rusia, que sí fue vetada del organismo tras invadir Ucrania.
«Hoy llamamos oficialmente a que se haga lo mismo con Cuba», pidió la activista, y seguidamente criticó la alianza entre el régimen cubano y la dictadura de Vladimir Putin, en particular el envío de ciudadanos cubanos a reforzar el frente ruso, con el beneplácito de La Habana.
La disidente mencionó también las ejecuciones extrajudiciales, incluyendo el asesinato de su propio padre en 2012, y el encarcelamiento de más de mil cubanos por motivos políticos. En especial mencionó a José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), preso desde 2021 en Santiago de Cuba y sometido a condiciones de tortura, según aseguran sus familiares.
Además, hizo un llamado a la comunidad internacional para exigir la liberación de ellos y el respeto a todas las garantías electorales para realizar un plebiscito vinculante en aras de cambiar el sistema e iniciar una transición hacia la democracia.
Por último mostró respeto a los cubanos que a pesar de todas las presiones y el control asfixiante del Ministerio del Interior (MININT), las Fuerzas Armadas (FAR) o la Seguridad del Estado se manifestaron pacíficamente este mes.
Pero aunque fueron sus palabras las más mediáticas, igualmente intervino en la sesión la coordinadora de la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana, Kirenia Nuñez, quien denunció la represión, los arrestos arbitrarios y las desapariciones forzadas que sufren los ciudadanos que se manifiestan pacíficamente en la Isla.
Asimismo, una representante de la ONG Amnistía Internacional subrayó durante una intervención en video que esa organización está «profundamente preocupada» por los continuos desafíos a los derechos humanos en Cuba, particularmente en lo que respecta a la libertad de expresión y de reunión.
A pesar de la represión, el pueblo cubano lleva tres años saliendo a las calles en protestas de diferentes tamaños.
La oposición y las organizaciones cívicas cubanas sienten que el apoyo de la comunidad internacional no es el adecuado, y piden en todo momento que presionen a la dictadura hacia la transición democrática, como se hizo en Chile con el gobierno de Augusto Pinochet.
En este marco, esta misma semana la ONG Prisoners Defenders, que realiza la defensa jurídica de los casos de violaciones de derechos humanos y sirve de fuente sobre los presos políticos en Cuba, fijó en 41 el número de detenidos en la isla por las manifestaciones de este mes contra la dictadura de nuestro entrañable Miguel Díaz-Canel.
De acuerdo con esa organización, hubo personas arrestadas en Holguín, Santiago de Cuba, La Habana, Artemisa, Cienfuegos, Granma, Guantánamo, Sancti Spíritus, Villa Clara, Las Tunas y Matanzas.
En Santiago de Cuba en particular se vio que tras las protestas le dieron comida a la gente, y eso por una parte alienta a otros a seguir su ejemplo, y socava la autoridad gubernamental, porque en una dictadura totalitaria no se puede permitir el disenso ni las manifestaciones públicas en contra del gobierno, y mucho menos que se salgan con la suya.
Los ideólogos del Partido Comunista de Cuba (PCC), el Parlamento, el Gobierno y la Revolución en sentido general cada vez tienen menos argumentos, y el caso reciente de corrupción en las altas esferas asociada al exministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, tampoco ayuda.
Fue de caricatura el abordaje de la televisión nacional a estos asuntos, para mantenerse en su línea de siempre, repitiendo los ataques a los mensajeros sin poder refutar ni una linea de sus mensajes.
La batalla que se dio en la CDH tuvo una vez más al mismo ganador moral, pero en la práctica el régimen sigue con su status y nada cambiará hasta que no se realice la presión internacional necesaria, porque como hemos dicho en muchas ocasiones aquí en las calles se puede dar mucha guerra, pero existe todo un sistema represivo montado para descabezar la oposición y desalentar la disidencia, que va desde los mismos medios de comunicación oficialistas hasta los efectivos militares.
El respaldo internacional debe ser más incisivo para que no siga quedando en palabras de aliento que ayudan y estimulan, pero no resolverán nunca el problema.