Llegó el arroz

Comprando la comida de la tarjeta de racionamiento en la bodega del barrio.

HAVANA TIMES – ¡Llegó el arroz de enero!  -gritó Marta con toda la fuerza de sus pulmones mientras subía las escaleras del edificio.

La bienvenida noticia puso el edificio completo en zafarrancho y pronto comenzamos a salir los vecinos, jaba en mano, solos o acompañados, rumbo a la bodega. Apenas las nueve de la mañana y ya la cola era impresionante. Estábamos allí al menos un representante de cada uno de los hogares que compran en mi bodega, desde el anciano que vive solo hasta el joven que mandaron a buscar los mandados… Es que pese a que nuestro glorioso presidente diga que el limón es la base de todo, en realidad el arroz es la base de la alimentación del cubano.

Sacos de arroz.

Me pregunto qué habrá comido la mayoría durante todos estos días, pues hoy estamos a 22 de enero y lo único que había entrado a la bodega era el azúcar de este mes, faltando un par de libras que tocaban el mes pasado y nunca llegaron. También despacharon una libra de pollo, un paquete de 250 gramos de picadillo y una botella de aceite por núcleo. Cuando venden las cosas por núcleo me alegro de vivir solo porque deben ser soberbias las broncas familiares cuando es un núcleo numeroso y un par de los convivientes se cocinan aparte, como es común en nuestros hogares cuando conviven varias generaciones y matrimonios.

La cola de la bodega acá es todo un acontecimiento. En la cola te enteras de unos cuantos chismes, de las opiniones de la gente con respecto a cómo esta “la cosa” y de paso te reencuentras con vecinos que no ves nunca. También la compra se puede convertir en una insulsa discusión con el bodeguero que siempre intenta quedarse con unas cuantas onzas por cada libra de producto que despacha… imagino que yo y mi pesa digital no le caigamos muy bien por este motivo.

Créanme si les digo que el entusiasmo era mayor que el mostrado por Cubadebate en el 65 aniversario del triunfo del régimen. Estábamos casi de fiesta, contentos de no tener que preocuparnos por el arroz  en lo poco que queda del mes y con la esperanza de que el próximo mes no se atrasen tanto las cinco miserables libritas que nos tocan.

Una bodega antes de 1959.

Cuando me veo en estas colas, cuando miro los estantes de la bodega no tengo más remedio que recordar los cuentos del abuelo sobre la bodega donde él trabajaba y referirme a las tantas imágenes de bodegas cubanas de antes del triunfo de la revolución que se pueden encontrar en internet y que parecen de otro mundo con sus decenas de productos, todos liberados y sin restricciones de compra.

En fin, hoy habrá fiesta en más de un hogar en mi barrio donde no se sabía qué se comería en la tarde. Yo por mi parte tendré mi pequeño festín de arroz con huevo, perrito caliente y plátanos maduros fritos…  de vez en cuando uno debería darse algún lujo gastronómico como este.

Mi cena después de haber comprado arroz.

¿Mañana? ¿El principio de febrero?  Ya inventaremos qué comer el principio de febrero, ya estamos tan acostumbrados a esta lucha diaria por conseguir qué llevar a la mesa que de veras no me importa qué comeré dentro de una semana si hoy logro llenar la panza.

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One thought on “Llegó el arroz

  • Es así… la vida del cubano de a pie es una lucha diaria para encontrar algo q llevar a la mesa… ni en el período especial se pasó tanto trabajo… así q debe ser este el “período ultraespecial”… cto durará este período??? … no Dios lo sabe…

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