La salud mental en Cuba, la perla del Caribe

Por S.E. Lewinski

HAVANA TIMES – Otro día en el paraíso, pero ¿para quién? El turista, la élite política, o los 11 millones de habitantes de la Isla Prisión (nombre acuñado por jóvenes cubanos). Unas 250.000 personas escapando de la isla en 2022 es sin duda un mensaje de importancia para el mundo. Es como si la gente votara con los pies.

Si la vida fuera tan maravillosa en el paraíso ¿por qué la gente vendería sus pertenencias, se arriesgaría a un viaje a pie a través de varios países o a cruzar 90 millas de aguas peligrosas en embarcaciones caseras? Es una forma de escapar de una tierra que apenas tiene medicinas, agua potable, alimentos, electricidad, gasolina, etc. Además, el aumento de la pobreza con la inflación y la devaluación de la moneda tiene su peso en los riesgos que la gente tomará para escapar.

Dentro de la pobreza también hay que considerar el impacto camuflado en la salud mental y el bienestar. Los expertos señalan que “la pobreza en la infancia y entre los adultos puede causar mala salud mental a través del estrés social, el estigma y el trauma”.

La dependencia de Cuba con las importaciones y la pésima infraestructura en la Isla han agravado aún más el impacto de la pobreza. Si a esto le añadimos los ocasionales huracanes y las explosiones de las refinerías de petróleo, que agravan el estrés en la Isla, la gente se degrada hasta el punto de ruptura. El peor caso de deterioro de la salud mental incluye el suicidio para abandonar la Isla cuando las condiciones acumuladas abruman al individuo.

El físico Fidel Castro Díaz-Balart, hijo mayor de Fidel Castro, se suicidó tras someterse durante meses a un tratamiento contra la depresión.

Hay que añadir las políticas gubernamentales que tienen la propensión a aumentar el estrés en la población con controles políticos e ideológicos. Tales controles incluyen la psicología, que influye en el estado de pensamiento de las masas.

Por ejemplo, el control oculto de un turno de trabajo de 24 horas seguido de tres días de descanso. Este cambio se produce en las profesiones de la medicina y otras entidades gubernamentales. Los turnos de veinticuatro horas seguidas y tres días libres pueden parecer una gran idea, pero conducen a la alteración del ciclo circadiano y contribuyen al Trastorno del Sueño por turnos de trabajo.

“Estos turnos provocan un aumento del 33% en el riesgo de síntomas depresivos e incrementan el riesgo de ansiedad. Los trabajadores por turnos tienen más del doble de probabilidades de tener ideas suicidas que los trabajadores diurnos”, afirman Parka y Lee, a partir de sus estudios.

En resumen, la salud mental en la Isla no puede gestionarse con helados baratos o ron fácilmente disponible. Las ideologías políticas influyen en la mente de las personas que luchan por sobrevivir a diario y proteger a sus familias. Es responsabilidad de los dirigentes rendir cuentas de sus acciones que influyen en la salud mental de la población, incluso en el paraíso.

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*Un suicidio de un individuo en Cuba al servicio de la infraestructura de servicios públicos influyó en este artículo. Este individuo soportó más de cinco años trabajando en turnos de 24 horas, lo que provocó un deterioro de la salud mental. Tristemente, el suicidio era su única salida. Un individuo increíble con la mente destrozada por un estilo de trabajo anacrónico. Un empleado del estado que enfrentó la degradación de la salud mental no por elección, sino a costa de su vida.

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