El parole humanitario, la nueva fase del éxodo cubano

Por Osmel Ramírez Álvarez

HAVANA TIMES – Que Cuba sea un país migrante es uno de los muchos logros negativos de la revolución fidelista de 1959 y que dura hasta la fecha, devenida socialista radical. Con razón entre el 20 y 25% de nuestro pueblo, aproximadamente, vive en la diáspora, donde una parte significativa lo identifica como ‘exilio’.

Aunque la migración ha sido constante y de la forma en que se ha podido en las diversas etapas debido a la dificultad de nuestra condición de isla sin fronteras terrestres con otros países, (salvo la zona minada limítrofe con la base naval de Guantánamo), ha habido los tristemente célebres ‘éxodos masivos’. Momentos de un flujo mayor, puntual o masivamente desenfrenado.

Camariocas en 1965; Mariel en 1980; la crisis de los balseros en 1994; y el actual éxodo vía Centroamérica-México, que como crisis comenzó en 2015 ante la inseguridad migratoria que generó el deshielo, interrumpido solo por las restricciones de la pandemia de covid 19.

Al cierre de este mes de mayo la cifra de cubanos beneficiados con el parole humanitario, en solo cinco meses de implementado, es de alrededor de 30 mil, según información divulgada este fin de semana por la Policía Fronteriza e Inmigración del Departamento de Seguridad Nacional de los EUA. Una cifra significativa, pero ínfima delante del abultado número de solicitudes.

El parole humanitario está siendo facilitado por la administración Biden desde el 6 de enero del presente año, para cubanos, nicaragüenses, venezolanos y haitianos; no es más que una medida para intentar frenar la presión en la frontera sur por la abrumadora llegada de emigrantes de estos cuatro países.

Lo primero a señalar es que si bien desde EUA el tema del patrocinador es muy factible pues libera al gobierno de responsabilidades con el migrante, visto desde el lado cubano tener un patrocinador para entrar a los EUA no es algo directamente relacionado con estar perseguido o perjudicado por el régimen cubano, ni depende de la actitud de nadie, sino que es meramente un privilegio. Algo casual, desvinculado del esfuerzo individual. Una especie de azar, de lotería, de suerte.

Paradójicamente, con esta modalidad tan abierta y azarosa de calificación de migrantes se pueden estar yendo, escapando ‘del problema’ más fácilmente agentes del minint, gente fiel al sistema, personas que eligen la neutralidad y hasta potenciales agentes infiltrados. De esos que los hay por montones viviendo aquí de los dólares que envían sus familiares y amigos. Mucho más fácil que la inmensa mayoría de los que de una u otra manera han expuesto el ‘pellejo’ luchando por el cambio democrático.

Es un hecho palpable, lamentablemente imposible de medir, que en los EUA hay más coterráneos dispuestos a patrocinar al grupo no vinculado a la lucha por una Cuba Mejor, que a los opositores, porque el control social del régimen funciona tanto en Cuba como en EUA, regulando a cubanos incómodos y prohibiendo con ello que visiten Cuba. Se puede entrar en ‘la lista negra’ aunque estés fuera. Y es un tipo de censura que funciona.

En efecto, el parole humanitario es una gran facilidad migratoria para los cubanos y no nos podemos oponer a algo que beneficia a un buen número de nuestros coterráneos y les brinda la oportunidad de dejar atrás el desastre. Pero es válido -y una obligación- señalar que es azaroso.

Divide a los cubanos como un apartheid: si tienes la suerte o dinero para tener un patrocinador, te salvas y emigras, similar a haber nacido blanco o negro en la Sudáfrica anterior al gobierno de Mandela. Y el peor punto es que no cubre el vacío que dejó el suspendido ‘Programa de Refugiados’, como vía de escape para los verdaderos luchadores por la democracia, que enfrentan la represión del sistema a veces a un punto insostenible.

En fin, el parole humanitario es apenas un nuevo capítulo, igualmente torcido, de la actual ola migratoria que comenzó con la vía Ecuador-Centroamérica- México en 2015. Demasiado prolongada en comparación con las anteriores, que al parecer no va a terminar más que con la solución definitiva del problema, que es lograr el cambio democrático que Cuba necesita.

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Osmel Ramirez

Soy de Mayarí, un pueblecito de Holguín. Nací el mismo día en que finalizó la guerra de Viet Nam, el 30 de abril de 1975. Un buen augurio, ya que me identifico como pacifista. Soy biólogo pero me apasionan la política, la historia y la filosofía política. Escribiendo sobre estos temas me inicié en las letras y llegué al periodismo, precisamente aquí en Havana Times. Me considero un socialista demócrata y mi única motivación comunicacional es tratar de ser útil al cambio positivo que Cuba necesita.

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2 thoughts on “El parole humanitario, la nueva fase del éxodo cubano

  • Saludos, todo este proceso tiene como facilitador la reforma migratoria impulsada por la presidencia de Raúl. De ser como era antiguamente no salía nadie!

  • LOS EEUU no han aplicado un sistema migratorio estable, único y razonable, con Cuba jamás. Van de improvisación en improvisación, de administración en administración. En cuanto a la pretendida “reforma de Raul Castro”, como otras decisiones suyas, tampoco es ley respaldada por un sistema institucional confiable, la Seguridad del Estado en Cuba, simplemente, sigue con el suprapoder de decidir a quien se le dice SI Y A QUIEN NO.

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