Pobrecitos los cubanos (II)
Creo que estas historias resultan muy interesantes sobre todo porque se trata de vivencias personales, escritas además en un blog en el que casi todos los foristas atacan a Fernando Ravsberg sin la más mínima compasión.
Creo que estas historias resultan muy interesantes sobre todo porque se trata de vivencias personales, escritas además en un blog en el que casi todos los foristas atacan a Fernando Ravsberg sin la más mínima compasión.
Es verdad que existe pobreza. La mitad de la población se mantiene con salarios ínfimos y se ve obligada a robar en sus centros de trabajo para sobrevivir. Sin embargo, es un error pensar que esa es la realidad de todos los ciudadanos.
Esta semana fue emocionante, caí en un operativo de la Policía Especializada cuando salía del bar del hotel Saint John’s en el Vedado. Mi delito fue tomarme un café y conversar con un estudiante de periodismo al que ayudaba en su tesis de grado. En el bar noté que el camarero daba demasiadas vueltas alrededor de nuestra mesa pero pensé que se aburría por la falta de clientes.
Vivo en un barrio de cubanos, parecía un lugar tranquilo, pero me he dado cuenta de que estoy rodeado de “desertores.” El señor que trabajaba en Cubana de Aviación, la doctora enamorada, nuestra dentista, aquel campeón de boxeo y medio equipo de voleibol.