Familia cubana puede cambiar

Redacción IPS Cuba

Investigaciones demuestran que aumenta el número de cubanas jefas de hogar Jorge Luis Baños - IPS

HAVANA TIMES, 16 sep. — En la sociedad cubana actual existen potencialidades para enfrentar y transformar con el tiempo las inequidades entre hombres y mujeres que frenan el desarrollo armónico de la familia, sostuvo la psicóloga Mareelén Díaz, especialista del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (Cips) de Cuba.

La investigadora identificó “aquellas fracturas que brindan una posibilidad de cambio” durante una presentación en el foro permanente del no gubernamental Grupo de Reflexión y Solidaridad “Oscar Arnulfo Romero” (Oar), dedicado a “La familia y las brechas de género desde una perspectiva de equidad” y realizado el 15 de septiembre.

Así, mencionó “como puntos de apoyo para poder edificar relaciones de género diferentes” el alto nivel profesional que alcanzan hombres y mujeres en la isla caribeña; la alta tasa de participación e incorporación femenina en la escuela, el trabajo y la sociedad; y el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

En este sentido, la población tiene acceso al uso de anticonceptivos y puede optar por el aborto en los inicios del embarazo. En el país, el 21,2 por ciento de las mujeres entre 15 y 54 años ha recurrido a algún método abortivo, según la Encuesta Nacional de Fecundidad realizada en 2009 por la gubernamental Oficina Nacional de Estadísticas.

Al analizar el elevado número de divorcios, la experta destacó la decisión personal legitimada socialmente para acabar un vínculo desafortunado. Pero, amplió, hay que fortalecer la mencionada capacidad en las mujeres, aunque este paso cobra otros matices en casos de violencia donde ellas carecen de medios económicos o vivienda para independizarse.

Cada vez resultan más frecuentes las mujeres jefas de hogar, “asociadas con el empoderamiento femenino, la toma de decisiones y encauzar proyectos familiares”, analizó Díaz. Sin embargo, tradicionalmente este fenómeno solo se relaciona con la pobreza y la desventaja social, a pesar de no ser así en todas las experiencias.

A la par, conviven familias monoparentales con un hombre que educa solo a sus descendientes y representa un rol diferente de la paternidad, continuó. También mencionó que investigaciones recientes en el campo de la psicología, arrojan cambios positivos en el ejercicio paterno a nivel nacional, aunque no llegan a ser mayoritarios.

Además, se manifiestan pocos prejuicios hacia las uniones consensuales y la vida sexual fuera del matrimonio, apuntó. Por último, destacó que existe en Cuba “cierta visualización de derechos en cuanto a la identidad de género y orientación sexual”.

De forma general, Díaz resumió que la crisis económica de los años 90 del pasado siglo XX marcó un punto de giro para la sociedad cubana, que continúa en la actualidad e impacta en la familia y las relaciones de género.

A su juicio, entre los principales problemas que provocan inequidades entre hombres y mujeres en los hogares el control del presupuesto familiar en manos masculinas, desigual participación en las labores domésticas y la responsabilidad femenina en el cuidado de la infancia y la tercera edad.

Junto a la experta, la psicóloga Yohanka Valdés especificó en la violencia de género dentro de la familia, como parte del foro permanente que el Oar persigue consolidar sobre problemáticas sociales. Este grupo de inspiración cristiana trabaja hace más de 25 años en el acompañamiento a comunidades de todo el país por la no violencia, en especial la de género, la participación ciudadana y una cultura de paz, entre otros.