Inseguridad ciudadana en Cuba

David Alexis González Joseph (tomado de Facebook Radio Guantánamo)

Por Javier Herrera

HAVANA TIMES – La tranquilidad ciudadana es uno de los valores fundamentales que debe proteger toda nación y gobierno. Sin un clima de paz y armonía, donde se respeten los derechos y las leyes es imposible que la sociedad funcione y termina convirtiéndose todo en un campo de batalla civil.

Hace poco, la radio de Guantánamo expresaba sus condolencias por el fallecimiento del locutor David Alexis González Joseph, resaltando sus virtudes y cualidades. Lo que no expresa el post, muy mal trabajo del periodista que redacta y de la censura que limita la noticia, es la causa de muerte.

Leyendo los comentarios se descubre que no es un fallecimiento casual o debido a alguna dolencia o accidente.  David Alexis fue asesinado en su casa durante la madrugada anterior.

Una fuente cercana a la víctima y que prefiere el anonimato nos relató:

“Lo apuñalaron y lo degollaron en la madrugada del 26. Fue asesinado para robarle en la casa. Él vivía solo. Ese es mi barrio. Todos los días asaltan a alguien”.

Dos días antes la web www.cubanosporelmundo.com daba fe de una mujer asaltada en la habanera localidad de Cojímar, a más de mil kilómetros de Guantánamo, recibió ocho puñaladas por el delincuente que intentaba arrebatarle una mochila. 

Si usted se pone a buscar noticias de Cuba en la red no pasan dos días sin que encuentre un hecho violento, algún asalto a mano armada y hasta algún asesinato a sangre fría. La crisis económica ha enraizado en la sociedad de tal forma que ha devastado los valores y está llevando a la nación a convertirse en un campo de batalla donde los delincuentes campean y el ciudadano común esta desprotegido.

Los medios de comunicación oficiales hacen silencio ante tales hechos. Callar y mirar hacia otro lado no hace que desaparezca el delito testigo y víctima de lo mismo si es la reconocida periodista deportiva Julita Osendi, quien fuera victima hace unas semanas de un asalto a plena luz del día. Muy al contrario, sacar estos hechos a la luz pública serviría como alerta a la población sobre los riesgos que está asumiendo en determinadas localidades o barrios. También serviría para avisar a los delincuentes de que la sociedad los observa y vigila.

Mientras la vida se vuelve incierta en la selva en que nos estamos convirtiendo, la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) parece mirar a otro lado también. Jamás está cerca de donde ocurren los hechos. La policía tarda horas en responder a un llamado de auxilio. Cuando arriban apenas cumplen con los protocolos establecidos y el interrogatorio de las víctimas parece más tendiente a establecer su culpabilidad que a aclarar los hechos.

Es un chiste en boga en estos tiempos que cuando necesites de la policía lo más eficiente es gritar alto y claro: “PATRIA Y VIDA”, el lema empleado por disidentes y opositores del régimen, es seguro que en menos de dos minutos arriben dos patrulleros, un camión de la policía especializada y hasta cinco o seis motos de la policía política de contra inteligencia (CI).

Mientras la violencia y el delito se enseñorean de nuestras calles la PNR, que debería ser garante de la tranquilidad ciudadana, se encuentra al servicio y bajo la dirección plena de la CI. La CI ha asignado funciones prioritarias a la PNR y ahora es más importante hacer guardia debajo de cualquier disidente reconocido o no, para impedirle salir de su vivienda sin orden judicial alguna, que perseguir rateros y asaltantes.

Lad Damas de Blanco llevan décadas de ser blancos de represión.

Junto con las noticias de asaltos y robos es común encontrar las denuncias de opositores y no opositores del acoso policial por expresar sus opiniones. Detenciones arbitrarias, largos interrogatorios, citaciones constantes y amenazas son el menú diario de quienes se atreven a abrir la boca para denunciar los males que corroen nuestra sociedad. Para esto sí sobran los recursos, para garantizar el cumplimiento de la ley faltan.

En los campos de Cuba el hurto y sacrificio de ganado ha tomado fuerza. Ante la indolencia de las autoridades los campesinos ya están hablando de organizar brigadas de autodefensa. Para quien no comprende la gravedad de este hecho le haría referirse a las distintas autodefensas surgidas en centroamerica y Colombia entre el campesinado para enfrentar a los grupos armados de la droga. De todos es conocido que terminan  convirtiéndose en grupos delincuenciales tanto o más poderosos que los que los victimizaban.

De continuar la impunidad los ciudadanos comunes comenzarán a defenderse por sí mismos y a tomar la justicia por sus manos. Entre tomar la justicia en sus manos y delinquir, asesinar y excederse en la violencia hay una línea muy fina apenas perceptible y que no es nada deseable que la sociedad cruce. Surgirían grupos de poder que terminarían convirtiéndose en mafias que monopolicen el delito y la violencia.

Presos políticos de las protestas del 11 de julio de 2021

En Cuba, como en cualquier Estado, existen instituciones cuya función es garantizar el cumplimiento de las leyes y con ello la tranquilidad ciudadana. Es hora de que dejen de cumplir funciones de represión política y asuman sus tareas fundamentales. Es hora de que los medios de comunicación cuestionen a las instituciones que no cumplen sus funciones y que dejan al ciudadano indefenso. Estamos hablando de fiscalía y tribunales que condenan a 15 y 20 años a un joven por salir con un cartel antigubernamental mientras un asaltante ve su causa sobreseída.

Estoy hablando de la policía que debe hacer cumplir la ley y no lo hace. Hablo también de los dirigentes que desde su burbuja dan discursos triunfalistas y hacen creer que Cuba hoy es un paraíso de tranquilidad.

La inseguridades hoy plato diario del cubano: No estamos seguros de si el dinero nos alcanzará todo el mes, no estamos seguros de poder enfrentar una enfermedad y que existan los recursos para tratarla, no estamos seguros de poder conseguir alimentos, no estamos seguros de volver a ver alguna vez al familiar o amigo que se marcha a otras tierras… y para colmo ahora nuestras vidas y míseras propiedades tampoco están seguras.

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